Capítulo cincuenta y ocho

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Brisa:

Llevamos un largo rato conduciendo y yo no veo la hora de llegar a la casa del lago. Me siento asfixiada dentro del auto y, por más que me haya encargado de bajar las ventanas para ventilar un poco el coche no se me pasa el malestar. Siento el estómago revuelto desde que me subí y siento que las náuseas empeoran al paso del tiempo. 

Gastón se encuentra con las manos en el volante y la vista al frente, mientras que yo observo por el espejo de la puerta que el coche de Isaac está detrás nuestro. Mamá dijo que nos alcanzarían después de recoger a la abuela de su casa, luego de organizarse con la ropa y luego de comprar comida para pasar estos días. 

Me giro para observar a Emma y a Toby. Ella va en su bebesit despierta, y Toby viaja con la cabeza fuera de la ventana del lado izquierdo. Cuando me giro para volver a observar a Gastón, veo que él también me observa por unos segundos después de sonreírme. 

—¿Estás bien? —me pregunta, dulce. 

—Sí, sé que estos días serán buenos para todos. Creo que la pasaremos bien y que será como una terapia para mí, algo que necesito desde hace tiempo. Van a ser horas sin mensajes, sin nada que pueda asustarme. 

—Sí pero, ahora, ¿estás bien? Ya sabes por qué te pregunto...

Asiento. En parte siento que le miento pero que en otra no. Es confuso. Después de la visita de Tyler a casa y luego de conversar unos minutos con ese tipo me he quedado con una sensación rara, me ha traído más confusión de la que ya tenía. 

—Qué bueno que no estuve en el momento —musita, pero yo logro oírle perfectamente. 

—¿Por qué?

—Porque sino me hubieran arrestado por asesinato —exagera. 

—¿Por qué? 

—¿En serio preguntas? —me mira—. Te podría haber violado anoche. 

—No sabemos si es él —digo. 

—Antes estabas bastante segura de que en algo tenía que ver —responde. 

—No, bueno, sí, pero ahora no tanto. 

—¿Por qué? —inquiere extrañado—. ¿Qué te hizo cambiar de opinión? 

—He estado pensando en que quizás él me haya dicho la verdad. ¿Y si en verdad no es él? ¿Y si de verdad hay alguien más y Tyler no está metido otra vez en locuras psicópatas?

—No, no, no —niega—. Ahora no me vengas con dudas, Brisa. Tú misma fuiste quien dijo que no le ibas a creer nada y que estabas segura de que se trataba de él cuando llegué a casa y me contaste lo que pasó. 

—Sí, ya sé, pero hay cosas que no me cuadran —me defiendo. 

—A veces no todo tiene una razón. 

—En realidad, yo pienso que sí. Todo tiene una razón. 

—Sí, y la razón es que el tipo está algo demente —contesta. 

—¿Qué tiene que ver Stef en todo esto? ¿Que...? —me corta la oración. 

—Brisa, a esa pregunta todos nos la hemos hecho miles de veces y nunca encontramos respuestas. 

—Ya sé, pero dejar de preguntármelo no me dará la respuesta que necesito. 

—Pero hacértela una y otra y otra vez tampoco significa que obtendrás algo. Sólo conseguirás enloquecerte más y frustrarte. Y con eso viene el estrés, y no te hará nada bien en estos tiempos, amor. Estás embarazada, y el estrés y el nerviosismo es causa de pérdida de embarazo y no quiero que le ocurra nada malo a ese bebé. De verdad. 

Siempre Serás Tú #D2Where stories live. Discover now