Capítulo cuarenta y dos

6.7K 572 84
                                    

Brisa:

Recuesto mi cabeza en el pecho de Gastón después de una perfecta y placentera noche de pasión.

Se siente bien volver con él. 

Estar juntos me hace sentir... completa. Algo que me venía haciendo falta sentir.

Y el alivio. 

Eso también me hacía falta sentir.

Vaya...

Pasamos mucho. En tan sólo una semana vivimos muchísimo y es una alegría que ya todo esté bien entre nosotros. El peso de no tenerle se desvaneció en cuanto nuestros labios volvieron a hacer contacto. 

Tuvimos una noche demasiado intensa que consistió en comenzar a hacer el amor en el sofá, seguirlo en la ducha y terminarlo en la cama. Fue una excelente manera de volver a conectarnos por completo y de reconciliarnos.

Qué genial, lo sé.

Me siento cansada, agotada, pero sobre todo... mejor que hace horas atrás. Haberlo hecho con Gastón provocó que me olvidara por un largo rato de los otros malditos dilemas que se han hecho presentes en mi vida hace tan sólo un par de horas. 

No quiero pensar más en ellos. 

Pero Isaac reaparece en mi mente... 

¿Cómo se estará sintiendo él? ¿Qué es lo que estará pensando mi hermano con respecto a que pronto partirá de este mundo? 

Vaya, no puedo creerlo. 

Aún sigo en shock  por la noticia. Ahora me siento feliz pero también triste. Tengo estas dos emociones mezcladas y es complicado dar una explicación de cómo estoy realmente. 

Lo único que puedo decir es que estoy bien y estoy mal. 

Nada más que eso.

¿Cómo estará la relación entre Stef y Isaac? Ella debe de estar muy molesta por la decisión que tomó mi hermano con respecto a callarse la boca con lo de su enfermedad terminal. Pero no creo que ella le esté discutiendo cosas en este momento. O quizás sí. Si fuera yo lo haría pero, por supuesto, sólo para descargarme. Pero me quedaría con él y lo acompañaría en sus últimos momentos. Algo que planeo hacer.

Pobre Stef... debe estar destruida. 

«Kendall...»,  ella se quedará sin padre. Es una lástima que no llegue a grande para conocer bien al padre que la crió desde que nació. Pero yo y su madre nos encargaremos de contarle cómo era él, cuánto la amaba, cuán feliz era con que ella fuera su bebé, el humor característico de él, lo buena persona que era...

Pienso en mamá y papá... A pesar de que ellos no han estado del todo presentes en nuestra vida, sé que nos aman. Ellos también quedarán destruidos cuando se enteren de la peor de las noticias.

Mi abuela... Más que nietos somos sus hijos. Ella siempre estuvo con nosotros para todo. Con la tarea del cole, buscándonos y llevándonos a todo lugar, lavando nuestra ropa, dándonos de comer, comprándonos obsequios cuando sacábamos buenas notas en la escuela... siempre. Siempre ha estado para nosotros en todo momento y sé cuánto cariño le tiene a mi hermano. No me quiero imaginar cómo es que ella se encontrará cuando se entere. Y no quiero ser yo quien deba decirle lo que está pasando actualmente en la familia. Es egoísta, lo sé. Pero no quiero romperle el corazón. 

Elsa, mi abuela, es una persona bastante grande y temo que no pueda soportar lo que inevitablemente pasará. 

—¿Estás bien, amor? 

Lo miro. 

—No tanto —confieso. 

—¿Qué ocurre? —pregunta—. Ah, ¿y por qué has estado llorando antes de venir? —interroga—. Se te notaba algo triste. 

Siempre Serás Tú #D2Where stories live. Discover now