Capítulo ocho

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Brisa:

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Brisa:

Me despierta el llanto de Emma.

Me levanto de la cama. Arrastro mis pies por el suelo, mientras froto mis ojos, los cuales me arden mucho. Apuesto a que están rojos e hinchados por tanto llorar. Sé que no ha sido una discusión muy mala la que he tenido con Gastón, pero he llorado bastante de la bronca. La estupidez y la ingenuidad de mi novio me molestan.

Intento calmar a mi hija como por una media hora. Cuando al fin lo logro, el tono del celular la despierta.

Ruedo los ojos y vuelvo a su dormitorio para intentar hacerla dormir por segunda vez en la noche. No pienso ir a contestar la llamada. Estoy segura de que es Gastón. Aún estoy enojada como para hablar con él. Más tarde le llamaré, pero ahora no tengo ganas. Acabo de despertarme y estoy con un humor de perros, así que si hablara con mi novio, de seguro aumentaría mi mal humor y no quiero que eso pase.

Recorro el cuarto de Emma, mientras la acuno en mis brazos intentando que vuelva a dormirse. Le canto algunas canciones de cuna para lograr mi objetivo. Logro dormirle con más facilidad que antes.

Voy hacia la cocina para beber un poco de agua y tomar mi celular.

Tengo diez llamadas perdidas de Gastón. La última vez que me ha llamado fue hace algunos minutos. Mis sospechas eras acertadas. El llamado que despertó a mi hija fue de parte de su padre. También tengo varios mensajes de él, pero no pienso verlos ahora.

(...)

Son las nueve de la mañana.

Estoy viendo la entrevista de mi novio. En lo que le llevan entrevistado, lo he notado bastante distraído y algo cansado. Puede que eso se deba a que me estuvo llamando casi toda la noche. Posiblemente, él no ha dormido nada y ahora me siento culpable por ello, pero en parte se lo merecía por ser un idiota.

Apreto la mandíbula al ver como Tiffany toca a mi novio. Todo el rato que les han entrevistado, ella no ha parado de tocar el hombro o el brazo de Gastón. O sea... por Dios, zorra. ¿No te das cuenta de que él ya tiene novia y una hija? ¿Acaso no puedes buscarte a un chico que esté soltero y no tenga hijos?

En lo que resta de la entrevista, sigo notando la clara distracción y el claro cansancio del padre de mi hija.

Recibo un mensaje suyo minutos después de que el programa termina:

¿Cómo está Emma?

Le contesto enseguida:

Bien. Acaba de terminar de comer y ahora está conmigo.

Tarda algunos minutos en responder, pero por lo menos lo hace:

Bien. Tenemos que hablar.

Leo su mensaje y le contesto minutos después:

Sí. Tengo que contarte algo, pero ahora iré a ver a Stef a la empresa. Más tarde te llamo, ¿de acuerdo?

Me contesta a los segundos de recibir mi mensaje:

Bien. Te amo.

Sonrío al leer las dos últimas palabras. Puede que el enojo se me haya pasado, pero aún sigo molesta. Guardo el celular y me preparo para ir hacia la empresa.

Me replanto la idea de comprar un auto y obtener mi licencia de conducción. No me gusta tener que tomar un taxi. Meterse en un auto con un extraño no es muy seguro, uno nunca sabe lo que puede suceder.

Recibo un mensaje de Stef:

Puede que tarde un poco. Espérame en la oficina, tengo otra reunión.

Bien. —le contesto.

Empujo la pesada puerta de vidrio del vestíbulo del edificio. Encuentro un taxi con rapidez. En todo el trayecto del viaje, me he sentido realmente incómoda dentro del vehículo, incluso ahora. El conductor no deja de mirarme por el espejo retrovisor. Me está incomodando. Quiero llegar lo más rápido a la empresa. Tengo la sensación de que el viaje se está haciendo muy largo.

Vuelvo a encontrar por milésima vez al taxista observándome. Me tomo algunos segundos en observar sus ojos. Me resultan bastantes familiares. Decido apartar la mirada al darme cuenta de que ya le he mirado lo suficiente.

Cuando por fin llego a la empresa, le pago al conductor, ganando que ahora me observe de cuerpo completo. Sus ojos se me hacen cada vez más familiares, pero su rostro para nada. Me regala una sonrisa. Su sonrisa también se me hace conocida, pero no sé de dónde. De seguro me parecerá a mí. Me apresuro a salir del auto y a caminar hacia la empresa. Saludo a la recepcionista y me encamino hacia la oficina de mi amiga.

—Me alegra volver a verte —Me doy la vuelta y una sonrisa no tarda en formarse en mi cara.

Liam.

Me regala una de esas sonrisa típicas de él.

Me apresuro a caminar hacia él, y le saludo.

—También me alegra verte —le digo y mi ex novio planta un beso en mi mejilla.

—¿Cómo estás?

—Bien. ¿Y tú?

—Bien. —Volvemos a hablar por algunos minutos, al igual que en el día de ayer. Me alegra volver a verlo dos veces seguidas. Aunque, espero que la maldita persona que quiere joderme la vida, no me fotografíe ni nada. Me pregunto si Liam ha recibido alguna amenaza o algún llamado.

El celular de mi ex suena. Lo saca de su bolsillo y puedo observar que en la pantalla aparece que es un número privado. Él desliza su dedo por el botón rojo.

Se me pasa por la cabeza que quizás le esté llamando la persona que me acosa, por lo cual se me ocurre preguntarle si en las últimas semanas ha recibido alguna llamada o mensaje, pero decido que será mejor no hacerlo, ya que si él no ha recibo nada, no quiero que comience a asustarse con que puede que vuelvan a molestarle. Demasiado ya pasó el año pasado. No quiero traerle recuerdos.

—¿Por qué no has respondido? —Qué metida soy—. Lo siento —me disculpo—. No debería haber preguntado, no es de mi incumbencia. —Me sonríe y niega mientras guarda su teléfono.

—No te preocupes. Me han estado llamando desde un número privado desde hace algunos días y, siempre que respondo, nadie habla del otro lado de la línea, pero puedo escuchar la respiración de alguien. —«Ay, no.»

(...)

Tecleo el número de Gastón.

Un tono... dos tonos... tres tonos... cuatro tonos... cinco tonos...

Vamos, Gastón. Responde.

—¿Hola? —«¿Qué?» En definitiva esa voz no es de mi novio, sino que es de una mujer. Y sé perfectamente que esa voz es de zorra, lo cual hace que me pregunte... ¿Qué mierda hace ella atendiendo el teléfono de Gastón?

Esto es demasiado.

_____

Es algo tarde para publicar, lo sé. Espero que les guste el capítulo y espero leer sus comentarios sobre qué les ha parecido esta parte.

El domingo no habrá capítulo. Mañana es mi cumpleaños y me voy a tomar el día.

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