Capítulo dieciocho

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Brisa:

—Diablos, Sky. Has metido la pata —dice y se golpea la frente con la palma de su mano. 

—Skyler, contesta lo que te he preguntado —le exijo con el entrecejo fruncido. Si es lo que yo pienso, cosa que espero que no, mi relación con Gastón se irá al carajo.

Se queda en silencio. Eso puede que responda la duda que se ha plantado en mi cabeza, pero quiero oírlo de su boca. Quiero que ella me lo diga.

—¿Y? —pregunto, impaciente por una respuesta—. Estoy esperando a que me contestes lo que te he preguntado —se me quiebra la voz aún más que antes. No creo ser capaz de seguir reteniendo las lágrimas que luchan con mucha fuerza por salir hacia el exterior. 

—Creo que será mejor que volvamos a abajo —me cambia de tema y da unos pasos para dirigirse a la planta baja de la casa. Le detengo al instante en el que sus pies comienzan a moverse. No se irá hasta que no me haya respondido.

—No, no, no. Te quedas aquí y contestas mi pregunta —Se me escapa una lágrima, la cual mi mano seca con rapidez. Ya estoy pensando lo peor. «¿Gastón me ha engañado con ella? ¿Él sería capaz de hacer algo como eso? ¿Sería capaz de hacerme eso a mí?»

Suelta un suspiro y se apoya en la pared. 

—Escucha, Brisa; acabo de meter la pata, pensaba que tú ya te habías enterado de ello. Gastón es mi amigo y yo no soy quien debería decirte esto. 

—Skyler, dímelo, por favor. ¿Tiffany y Gastón ya se han acostado? —le pregunto con temor. Me da miedo la respuesta, pero sea cual sea, debo saberlo. Necesito saberlo. 

Con un asentimiento de cabeza, afirma mi pregunta. Tenía la esperanza de que su respuesta no fuera afirmativa, pero lamentablemente, lo es.

Siento un fuerte dolor en mi garganta. Se me ha formado un nudo tremendo, un nudo que creo que será difícil desatar.

—Sí. 

—¿Tú cómo lo sabes? ¿Él te lo ha dicho? —pregunto, mientras siento que las lágrimas ruedan por mis mejillas. No quiero que ella me vea llorar, pero qué le voy a hacer, no puedo contenerme. Me siento mal.

—Ella. Me lo ha dicho ella —Acaricia mi brazo—. Oye, no llores, ¿sí? Eso ha sido hace bastante tiempo. Estuvieron de novios por algunos meses, pero su relación no funcionó. 

—¿Hace tiempo? —Asiente—. ¿Antes de mí? —Vuelve a asentir. A pesar de que sienta algo de alivio, el dolor no ha desaparecido de mi cuerpo, al contrario, sigue ahí. No del todo, pero sigue. Gastón no se ha acostado con ella en lo que va nuestra relación, pero sí antes. Han ido a la cama antes de que nosotros comenzáramos una relación, pero no es eso lo que me inquieta. No puedo quejarme porque si no eramos novios, no tengo el derecho de reclamar nada. «Pero, ¿cómo es eso posible?» Él me había dicho que se conocieron en el rodaje de la película que filmaron juntos. Eso significa que... me ha mentido. Él me ha mentido en la cara. Se conocían de antes. «Qué idiota es.»

Estoy enfadada y molesta. «¿Por qué hacerlo? ¿Por qué no decirme la verdad y ya?» Esto no se quedará así, debo hablar con él y exigirle una explicación. Creo que será mejor que nos marchemos a casa. Tengo que hablar con él ahora mismo y no creo que hacerlo en una fiesta sea lo adecuado. 

—¿Cómo es que nunca oí en la televisión hablar de ellos dos? 

—Nadie, excepto por algunas personas, sabían que ambos estaban juntos. Según sé, ellos querían mantener la relación en secreto —Asiento—. Te aconsejaría que tengas cuidado, y lo digo en serio, Brisa. Sé que es mi amiga y la quiero pero, a veces puede ser muy cruel. Y cuando quiere algo, lo consigue. Esas miraditas que le regala a tu novio, son las mismas que ella ponía cuando quería revolcarse con alguien. Y créeme cuando te digo que casi siempre lo logra —me avisa. Le creo. No hace falta conocerla para saber cómo es. Sólo el verla lo dice todo, aparte de sus actitudes, claro. «Es una zorra.»

Siempre Serás Tú #D2Where stories live. Discover now