Capítulo cincuenta y siete

3.9K 339 59
                                    

Brisa:

—Llama a la policía —me dice Stef, asustada y levantando la voz. 

—No creo que sirva de algo si no nos ha hecho nada malo.

—Claro que servirá de algo, ¡se ha escapado de la cárcel, Brisa!

—No se ha escapado, le han dejado suelto hace unos meses porque su madre le pagó al juez  una buena cantidad —respondo—. Me he enterado hace un rato. 

—¿Y no pensabas decirnos nada? ¿Cómo se te ocurre callarte eso? 

—No se me cruzó por la cabeza, Stefanía. Planeaba dejar de tener eso en mente. 

—Llama igual a la policía —se mete Isaac, y camina hacia mí para que me corra de la puerta—. Yo lo voy a distraer hasta que llegue la ayuda. 

Me niego. 

—No, para nada. ¿Estás loco? ¿Y si te hace algo, Isaac? No estás en condiciones de defenderte.

—¿Por qué? ¿Porque estoy enfermo y débil? 

—No te lo tomes a mal, por favor. No quiero que te ofendas. Sabes a qué me refiero.

—No, no me ofendo, pero quiero que sepas que sí puedo defenderme por mí mismo. Aún soy capaz de patearle el culo a este tipo —se defiende. 

—No, Isaac, no harás nada. Te quedas aquí y punto —se queja su novia—. No es momento de hacerse el héroe.

Él rueda los ojos. 

—Stefanía, yo puedo —le discute. 

—No discutan, ¿quieren? ¡Llamaré a la policía y listo!

—No, no llames, ¡por favor! —dice Tyler detrás de la puerta y los tres nos quedamos en silencio—. No quiero hacerles ningún daño, de verdad. No me abras la puerta si no quieres, puedo decírtelo desde aquí —dice. 

—Vete, Tyler, nadie te quiere aquí —le escupe mi hermano. 

—Quería pedirte perdón por todo el daño que te hicimos pasar, de verdad que estoy muy arrepentido por todo. 

—No me importa, vete, no te quiero aquí —le hago saber. 

Pero él, ignorando mis palabras, me dice:

—Desde que salí de la cárcel estoy tomando medicamentos y voy al psicólogo tres veces por semana. Estoy mejorando en mis impulsos, en mis pensamientos, y en mis celos. Te lo juro, ya no soy la persona de antes. 

Su boca larga palabras que para mí son de la importancia más mínima que pueda existir y me parecen de lo más hipócrita. Tengo altas sospechas de que sea él quien intenta joderme la vida y con quien casi lo hago anoche. Ese tipo es un asco. Estoy segura de que es Tyler. Tiene que ser él. 

Pero algo de lo que no me cierra es por qué vendría hasta el departamento. Quizás quiera hacerse pasar por buenito y arrepentido para ya no estar más en mi mira. Mis recuerdos me llevan hasta la vez en que encontré un micrófono en la casa de Gastón en Los Ángeles. Quizás su intención sea realmente lo que pensé: salirse de mi mira, hacer que yo sienta que él es ahora una persona cuerda. Puede que  haya colocado micrófonos en el auto y que haya logrado escuchar la conversación que tuvimos con el policía hace rato. Realmente pensar eso no es algo loco. Con las cosas que han pasado y pasan no me sorprendería en lo absoluto. 

—No vine a que me perdones ni nada por el estilo. Sólo quería pasarme a ver cómo estabas y a pedirte perdón. Luego iré a ver a Liam al hospital para poder disculparme también con él. 

Siempre Serás Tú #D2Where stories live. Discover now