Siempre Serás Tú #D2

Capítulo veintinueve

Brisa:

Me acomodo en uno de los asientos de la oficina de mi madre, mientras mantengo mis brazos cruzados, una expresión fría y una mirada triste.

Como era de esperarse, mi madre me está reprochando por mi falta de responsabilidad al no haber asistido al trabajo en días, y por no haber avisado sobre mi ausencia. En los siete minutos que llevo en su oficina, no ha parado de recordarme lo importante que es el trabajo para mi familia, y que asistir a él es de suma importancia. Me vuelve a recordar por séptima vez en la mañana, que ella no tolera la falta de responsabilidad. Algo que sé desde siempre, pero que ella tiene la necesidad de repetirme una y otra vez.

Al parecer, según dice mi madre, los días en los cuales estuve ausente, la empresa estuvo repleta de trabajo, y me perdí una muy importante reunión de negocios.

Está muy enojada conmigo por todo ello. Y ahora mucho más, ya que llegué tarde a la reunión. Ah, y también por no haber prestado la atención necesaria hace rato, cuando estábamos negociando para cerrar un importante contrato.

Está bien. No la culpo por estar enojada. Ella tiene razón. Ha sido una falta de responsabilidad de mi parte haber faltado al trabajo y ni siquiera haber marcado el número de mi madre para avisar que no asistiría por un par de días. He hecho mal al no responder ningún mensaje de mis padres, cuando me preguntaban por qué no iba al trabajo. Y también sé que hice mal al no prestar atención hace rato, cuando mi empresa familiar cerraba un importante trato con la empresa familiar de mi ex. Estuve algo mal, lo admito. Pero en esos días yo no me encontraba para nada bien. Apenas podía pasar un rato sin derramar una lágrima. En aquellos momentos no me importaba para nada el trabajo. Sólo tenía como prioridad encontrar alguna manera para poder pegar cada pedazo de mi maltratado y pobre corazón. Y mi excusa por haber tenido la cabeza en otra parte, en vez de tener mi concentración en la reunión, que era donde debía estar, es que mi ex novio me ha hecho tanto daño, que apenas puedo dejar de pensar en él y en todo lo que pasó.

—¿Vas a explicarme por qué faltaste al trabajo? —me pregunta mi madre. Yo ni siquiera me molesto en levantar la mirada del suelo para observarle y contestarle.

No sé qué puedo responder. No quiero que se sepa la verdad de por qué falté. Estoy avergonzada de ser cornuda, y el tener que confesar que lo soy, me avergüenza todavía más. Por lo tanto no le diré que el motivo fue que Gastón me engañó con su estúpida ex.

Dios, cómo quisiera estar en mi departamento. Cómo quisiera estar en mi cama, con Toby acostado en mis pies, y con Emma a mi lado. En este momento necesito eso. Menos mal que Stefanía irá a casa a quedarse una noche conmigo para que yo no esté tan sola. Tuve que contarle a Stef todo lo que ha pasado con Gastón, ya que ella me encontró llorando en el baño. Bueno, en realidad no le conté todo. Sólo lo de la noche en la que encontré al padre de mi hija con su ex. Le resumí aquella noche en tal sólo unas pocas palabras: "Gastón me engañó con su ex, lo eché de casa y terminé con él".

La expresión de Stef al oír aquellas palabras, fue de total sorpresa. No se esperaba que le fuera a decir algo como eso, y la entiendo. Ése chico guapo con el que estuve, no parecía ser de esos hombres que necesitan a más de una mujer para ser felices. Vaya, sí que las apariencias engañan.

—¡Brisa! —La voz de la mujer que tengo enfrente me quita por completo de mis pensamientos, provoca que levante la mirada del suelo con rapidez, y la dirija hacia mis padres. Sus rostros reflejan molestia. Bueno, mi madre parece estar más molesta que mi padre. Como siempre. Siempre es la misma historia-. ¿Podrías por una vez en tu vida prestarme atención cuando te hablo? Y tú ya sabes a la perfección que a mí no me agrada en lo absoluto que no me mires cuando te estoy dirigiendo la palabra. Ahora, ¿vas a contestar la pregunta que te he hecho hace más de un minuto, o vas a quedarte observando el suelo?