Capítulo cincuenta y seis

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Brisa: 

—Hola, ¿quién es? —responde Gastón por mí y coloca el altavoz de mi teléfono. 

—¿Qué tal? Soy el comisario con el que realizaron la denuncia el día de ayer. Le llamo para comunicar noticias sobre Tyler Lynch. 

Miro a Gastón y luego al celular ubicado en el tablero del auto. 

—¿Qué noticias?

—Quedamos en que luego de llamar a la cárcel en donde él yace avisaríamos sobre su estado. 

—Ajá... —dice Gastón.

Siento pequeñas cosquillas en el estómago en base a los nervios pero intento evitarlos y olvidarme de ellos. Aunque es difícil. 

—El señor Lynch ha salido de la cárcel hace unos meses atrás. La madre del chico ofreció una buena cantidad al juez y disminuyeron su condena inmediatamente. 

—¿Qué? ¡Eso está mal! —espeto—. ¿Cómo es que hacen eso los malditos jueces? Todo es dinero para ellos. ¡¿Acaso ese maldito juez no estaba al tanto de que ese loco quiso matar a su hermanastro y que era cómplice de mi secuestro?! ¡Mierda! Todos los que se supone que hacen la ley son unos corruptos. ¡Los políticos, los jueces y los policías también!

La observación de Gastón ante mis arrebatos de ira me molesta. Me mira como diciendo "¡no reacciones así ante un oficial!", pero yo no me tranquilizo a pesar de ello. Tengo un enojo creciente en mi cuerpo que no puedo controlar. 

Y es comprensible porque, ¿quién no se volvería loco al enterarse de que la persona que era cómplice de tu secuestro y que tenía planeado estar presente en el momento de tu muerte está libre?

O sea, esto es descabellado. 

¿Qué tiene en la cabeza el tipo que dejó que Tyler saliera bajo dinero? ¿Caca? 

Dios. 

—No todos somos corruptos. Algunos sí tenemos valores —dice el oficial, refutando mis expresiones de molestias, y yo ruedo los ojos. 

—Brisa, tranquila, no hagas un papelón —me pide mi novio y yo niego con la cabeza mientras le miro. 

—¿Cómo puedes pedirme que me calme con una bomba así? ¡Tyler anda suelto! Tiene que ser él quien nos molesta. 

—¿Hay alguna noticia más? —pregunta al oficial. 

—Hay sobre la señorita Débora Morgan. Saldrá en unos días de la cárcel, o puede que inclusive antes de lo esperado. 

Me entra el pánico. 

Me dará un ataque de nervios en cualquier momento. 

O un infarto. 

«Me va a matar en cuento salga.»

—¿Cómo es que salió? —inquiere él—. ¿Cómo puede ser posible? Estaba sentenciada a años de prisión. ¡No me digas que a ella también la dejan salir por dinero! ¡Esa loca va a intentar dañar otra vez a mi familia! 

—Pueden pedir una orden de alejamiento para sentirse más seguros. Es injusto, lo sé, pero así fue decidido por el juez. Lo que me dijeron es que, como ella tiene problemas psicológicos, si intenta algo contra alguien nuevamente, la meterán a un psiquiátrico con orden de un juez. 

—Eso a mí no me deja tranquila porque la dejarán suelta. ¡Eso está mal! —espeto—. ¡Vendrá a joderme la vida otra vez! Estoy segura de que la van a meter en un psiquiátrico porque va a venir a matarme y va a lograrlo.

Siempre Serás Tú #D2Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang