Capítulo veintiuno

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Brisa:

Estoy derrotada.

Tengo el corazón partido en miles de pedazos y a medida que cada segundo va transcurriendo siento que me quiebro todavía más, si es que eso es posible.

Ya han pasado varias horas desde que Gastón cruzó la puerta de nuestro... perdón, de mi departamento, con sus valijas en manos. He de admitir que en parte me siento mal de haberlo echado de casa, pero qué más iba a hacer. No podía permanecer ni un día más con un traidor como él. Sigo preguntándome por qué me traicionó. ¿Por qué Gastón, la persona con la que tengo una hija, la persona que decía que me amaba, iría a hacerme una cosa como esa? ¿Acaso eso es amor para él? Pues si lo es, está muy equivocado. 

Me estoy interrogando desde el momento en que vi aquella escena en el sofá, si he hecho alguna cosa como para que él tuviera la necesidad de engañarme con ella. 

No sé por qué confié en él cuando me dijo que nunca me engañaría, o cuando dijo que sólo me quería a mí. Sus palabras parecían ser sinceras. Pero resulta que no y eso me parte el corazón. ¿Lo ven? Ese es el miedo que siempre sentía cuando se trataba de Tiffany. Ese era el temor que recorría todo mi cuerpo; temía que nos separara. Aunque no puedo darle todo el crédito de nuestra separación a ella, él también hizo su parte. Si me pongo a pensar, creo tener una idea de por qué se había estado besando con ella; Zorra es mucho más bonita que yo, mucho más atractiva en todo sentido. Quizás Gastón ya se había aburrido de mí. Quizás ya no me quería de esa forma y por eso hizo lo que hizo. Éstas son sólo conclusiones, que supongo que son acertadas. No veo otro motivo por el cual el padre de Emma me haría tal cosa. 

Tengo un irremediable y profundo dolor en mi pecho. Un dolor que no ha desaparecido desde hace ya varias horas. Me la he pasado caminando de acá para allá, sin saber qué hacer. Pienso en llamar a Stef y a mi hermano, pero la verdad es que no quiero que se enteren de esto por ahora. Sí, sé que no podré ocultarlo por un duradero periodo de tiempo, pero ahora sólo quiero estar en casa y no hablar con nadie. 

Arrastro los pies hasta el baño. 

Cuando me miro el espejo, hago una mueca de disgusto. 

Estoy horrenda. 

Mi maquillaje está todo corrido, mi nariz está colorada al igual que mis mejillas y mis ojos completamente rojos. 

No dudo en lavarme la cara y en buscar mi celular en la cocina. Paso por al lado del sofá y mis ojos se cierran hasta llegar a la cocina. Tomo mi celular, decidida a borrar todos los recuerdos que pueda contener mi móvil con respecto a mi relación con Gastón. Presiono la galería de imágenes y al instante comienzan a visualizarse muchísimas fotos en las que estoy con mi ex. Siento que el dolor de mi pecho crece con mucha más fuerza y no puedo evitar derramar unas cuantas lágrimas. Los recuerdos me invaden por completo y cuando me doy cuenta, he presionado una imagen en la que Gastón, Emma y yo, estamos en la playa. La sonrisa nostálgica que aparece en mi rostro es inevitable. 

Voy deslizando mi dedo en la pantalla varias veces. Me detengo al ver una foto que me trae millones de recuerdos. Me quedo observando la pantalla, mientras que los recuerdos de ésa vez en la que con Gastón tomamos aquella foto, se reproducen en mi mente. 

Recuerdo que fue la primera vez que nos habíamos acostado. Sin duda una de las mejores noches que pasé con él. 

Cuando decido dejar de mirar las fotografías que me están matando, sé que es momento de eliminarlas. Y créanme que quiero borrarlas, pero no puedo, no puedo hacerlo. 

Se me vuelven a humedecer los ojos por millonésima vez en la tarde. 

Vuelvo a intentar eliminar todas las fotografías en las que esté con él pero sigo sin poder. 

Siempre Serás Tú #D2Where stories live. Discover now