My Immortal (Fény 1#) | E...

By HyeJoon03

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Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a r... More

Prologo
My Immortal - Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
My Shadow - Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo Especial
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
My Eternity - Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo Especial
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo Especial
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo Especial
My Heart - Capítulo 80
Capítulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89 [1/3]
Capítulo 90 [2/3]
Capítulo 91 [3/3]
Capítulo 92
Capítulo 93
Capítulo 94
Capítulo 95
Capítulo 96
Capítulo 97
Capítulo 98
Capítulo 99 [1/3]
Capítulo 100 [2/3]
Capítulo 101 [3/3]
Capítulo 102
Capítulo 103 [1/2]
Capítulo 105
Capítulo 106
Capítulo 107
Capítulo 108
Capítulo 109
AVISO IMPORTANTE
Capítulo 110 [1/3]
Capítulo 111 [2/3]
Capítulo Final
Epílogo
Personajes [1/2]
Personajes [2/2]
Material Extra
Segunda Parte

Capítulo 104 [2/2]

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By HyeJoon03


Caminaron hasta que llegaron a estar a doscientos metros de distancia del castillo Vampir, una parte considerable estaba derrumbada y la otra aun se erguía de forma débil, pero los muros que rodean al castillo aun estaban intactos. Todos estaban en su posición, aunque se podían ver a varios demonios e híbridos en los techos de las torres fijando sus armas en dirección al enemigo.

El grupo de los vampiros y algunas sombras decidieron ir por la puerta trasera, dónde había un gran risco para escalar y llegar a una barda demasiado alta donde entrarían directo en la zona donde los sirvientes vivían, aunque los cuerpos de algunos quizás aun estén ahí, puesto que no todos lograron salir hace días.

Escondidos entre los arbustos, André, Esmerald y los mellizos esperaron a que Bastian diera la señal, habían caminado por horas hasta que comenzó a caer la tarde, pero aun no era el momento indicado. Cuando la sombra diera la señal, por lo menos cien sombras y en especifico las que volaban llevarían el agua del lago hasta el castillo para provocar la lluvia; Merlín con ayuda de Iván y su wardjan, el vampiro Lucius, decidieron hechizar todo el lago. Cuando callera la lluvia los soldados tenían pocos minutos para entrar al castillo y recuperarlo.

La lluvia solo controlaría momentáneamente los poderes de los intrusos, pero pelearían a muerte con sus espadas o armas de fuego. Sin embargo, la misión de aquellos cuatro que se encontraban escondidos entre los arbustos, lo más cercano al risco, era encontrar a las sombras infiltradas para ayudarlos a llevar a Lilit hasta las mazmorras y que mejor fingir que Victoria e Iván se encontraban escondidos ahí junto con Mila.

Aunque sabían que no tendría mucho efecto, es por ello que Spector también los acompañaría, pues que él estuviera, supuestamente en las catacumbas, era un motivador potencial para atraer a Lilit, porque seguramente querrá matar ella misma a la sombra que fingió amarla y declararle su completa fidelidad y devoción. Eso era una misión suicida, pero tenían que detener a Lilit antes de que se volviera más poderosa.

— ¿Qué espera Bastian? —se quejo Esmerald—. Ya no soporto estar aquí escondida.

— Has escuchado "la paciencia es una virtud" —dijo Iván sin quitar la mirada de enfrente.

— Pues no tengo esa virtud —la chica miro hacia su derecha donde podían ver el sol escondiéndose poco a poco—. En minutos esto estará en penumbra, Lilit aprovechara eso, está esperando que ataquemos primero.

— Tiene que oscurecer, para que no vean venir la lluvia —explico Victoria, de repente todos vieron a un gigantesco hombre.

Los cuatro chicos se quedaron boquiabiertos al ver lo enorme y extraño que era, pronto se acerco a Bastian quien lo saludo de forma rápida y se acercaron a Elian, Spector y a quien lideraba a los pocos vampiros que quedaban llamado Morvant, a falta del ministro de seguridad, Vlad, que imaginaban ya estaba muerto.

Los cinco hombres hablaban tan rápido y le explicaban al recién llegado los planes que tenían. Victoria nunca lo había visto, le pregunto a André si era de su reino pero el príncipe negó conocerlo al igual que Esmerald, Iván lo pensó pero termino negando haberlo viso antes.

Por algunos minutos, el extraño ser escucho todo lo que los West le decían, al final asintió; quito la ropa que le cubría el torso y al menos la mayoría volteo a mirarlo, pues su cuerpo era sumamente extraño e increíble. Las venas que sobresalían de su cuerpo parecían pequeños relámpagos, como si en su interior hubiese una gran tormenta eléctrica, le hizo una señal a otros dos que estaban a cierta distancia, eran dos mujeres o al menos eso suponían.

— ¿Qué infiernos es él? —pregunto atónito André.

— Ni idea —contesto de la misma forma Iván.

Las mujeres que acompañaban al tipo también descubrieron su torso dejando ver su desnudes solo de cintura para arriba y ellas eran igual. Cada uno corrió, con espada en mano, para diferentes direcciones y el que estaba más cerca de los chicos era el tipo que se elevo por los aires, sin utilizar alas o algún otro método y levantando sus manos.

Era como ver al mismísimo dios del trueno, Thor, solo que en vez de utilizar un martillo es una espada, y ver como el cielo comenzaba a relampaguear. Ahora todo tenía sentido, iban a crear una verdadera tormenta en el castillo y esos seres extraños ayudarían a hacerlo más real.

El sol se escondió, los Montes Cárpatos se oscurecieron y una tormenta eléctrica comenzó. Victoria intento tomar la mano del príncipe, pero no tenía sus guantes puestos, así que solo acerco su cabeza con la de él, André deposito un tierno y rápido beso en su nariz y esperaron.

El viento apareció, arrastrando las copas de los arboles de un lado a otro, un frío gélido inundo todo el lugar que solo se iluminaba cuando aparecía un rayo. Las gotitas de lluvia también comenzaron a caer, afortunadamente los seis reinos aliados y las sombras están protegidos con magia de algunas brujas y hadas, sus poderes eran ilimitados a menos que los mataran.

La tormenta a cada segundo comenzó a intensificarse cayendo una lluvia torrencial, faltaba poco, todos ya estaban en sus posiciones esperando que la lluvia se aligerara y cuando lo hizo, la mayoría se quedaron sordos al escuchar una explosión justo al sur. Fue suficiente para que a lo lejos se escuchara gritos de guerra y los cuatro chicos que estaban en los arbustos, corrieras hacia el risco no importa que.

Iván y Esmerald sacaron sus alas y emprendieron el vuelo hasta ser los primeros en llegar a la cima de la barda en medio de una lluvia de balas, Victoria utilizo el fuego para impulsarse tal como Bastian le enseño y André utilizo su fuerza para escalar sin dar señales de fatiga. Al llegar a la barda se encontraron con un pequeño patio vacio y sin protección.

El príncipe de hielo pego un brinco hasta caer y hacerle una señal a los demás. La única puerta de madera que se encontraba ahí estaba técnicamente rota, donde se apresuraron a entrar, el lugar estaba oscuro pero para quien lo necesitara tenían lentes de visión nocturna, aunque nadie ocupo de ellos, gracias a la luz tenue de las manos de Victoria. Se adentraron más entre el laberinto de pasillos donde no encontraron a nadie, hasta el momento.

— ¿Cómo encontraremos a las sombras? —susurro el príncipe.

— Bastian dijo que son gemelos idénticos, del Reino de los Guardianes —explico Victoria—. Él dijo que entre sombras nos reconoceremos.

— Espero que hayas tomado un curso de eso —dijo Esmerald.

— Pues no —los otros tres miraron a Victoria preocupados—. Me dio sus nombres, Nathalia y Nathan.

— Deben de tener algún distintivo —se detuvieron en un cruce de tres pasillos, el príncipe se detuvo ahí—. Sería un error de principiante dividirnos porque somos pocos, Lilit posiblemente esté en el estudio de mi padre, pero aquí dentro es un completo laberinto para quien no lo conoce. Bastian dijo que esas sombras iban como asistentes de los ministros de Lilit.

— ¿Y creen que ella trajo a toda su comitiva? —pregunto incrédulo Iván.

— No lo dudes ni tantito —contesto Esmerald—. No subestimes a Lilit y cree todo lo que dicen de ella, es tan traicionera como este castillo.

— Bien, primero iremos al Salón del Ministerio, sino esta allí iremos a la sala de audiencias y si tampoco está allí el último lugar seria el estudio de mi padre —dijo André tomando el camino de la derecha—. Las veces que Lilit vino a este castillo solo se le mostraron esos tres sitios y dudo que Rumpel se aventurara a explorar el castillo para informarle de otros sitios.

— ¿Qué pasara con Spector? —pregunto Iván, quitándose un poco de agua de los ojos que aun escurría de su cabello.

— Dijo que avanzáramos sin él —contesto Esmerald encogiéndose de hombros—. Supongo que nos encontrara.

— De acuerdo, entonces vayamos.

Los cuatro se apresuraron a recorrer los pasillos, no había ni un solo ruido dentro, solo el tenue sonido de explosiones y sus propias respiraciones, tampoco encontraron cuerpos por ningún lado. Llegaron a unas escaleras en forma de caracol, las cuales descendían hacia la primera parada.

El salón del Ministerio estaba todo revuelto, las sillas y las mesas estaban por sin ningún lado y sin un alma que morara por ahí. Los cuatro chicos continuaron hasta llegar a la sala de audiencias, justo antes de entrar escucharon extraños ruidos y gritos. André les hizo una señal para que se prepararan para pelear. Entraron por la puerta más cercana y el horror ante sus ojos fue inexplicable.

El salón estaba cubierto en sangre y cuerpos desmembrados por todas partes, mientras que el trono del rey se incendiaba. Nadie los había notado aun, pero Victoria vio que eran todos los sirvientes de castillo. A lo lejos escucho un grito de una chica, la cual era arrastrada de su cabello hasta empotrarla en la pared. No reconocía quien era el tipo, si demonio o hibrido aunque eso no le importo, pero si sabia quien era la chica.

A Victoria no le importo el grito del príncipe de hielo o de su hermano cuando corrió hacia la chica que tenía una espada cerca del cuello, corrió con todas sus fuerzas al punto de no ser detectada por el enemigo, sus manos ya estaban iluminadas suficiente para hacer un puño con ellas y asestarle un golpe a aquel tipo. Hundió su puño en el interior de aquel ser que se retorció y antes de que hiciera algo mas, Victoria hurgo en su interior hasta encontrar su corazón y hacer cenizas junto con el cuerpo.

Mina, la sirvienta que siempre la cuido, cuando pensaba que era una simple prisionera cayó al suelo envuelta en pánico.

— Vete —dijo Victoria en susurro—. Vete y escóndete en las catacumbas.

La vampiresa tuvo que controlarse y obligarse a desaparecer, cuando lo hizo la princesa sintió un peso menos pero esto no había terminado. Se giro para ver a su príncipe completamente atónito por lo que acababa de ver, algunos híbridos que se encontraban ahí también vieron lo que ella podía hacer y no se inmutaron en correr a atacarla y antes que un demonio le hundiera la espada, André apareció frente a él para asestar su daga en el corazón del demonio extinguiéndolo.

Iván y Esmerald también se unieron a la batalla, eran cuatro contra al menos trece híbridos. Cada uno fue aniquilado ya que se dieron cuenta que fueron humanos en su vida anterior y tal como lo había deducido la princesa, solo estaban llenando las filas pero su capacidad para pelear era nula ya que no podían controlar sus poderes.

Iván ayudo a Esmerald a caminar ya que había sufrido un fuerte golpe en una de sus piernas, pero nada grave. En cambio los príncipes parecían estar bien, André se acerco a Victoria pero ella se lo negó, fue a uno de los rincones de aquel salón y en medio de aquella masacre se dejo caer en el piso para descansar un momento.

— ¿Amor? —la llamo el príncipe tomándola de un brazo y jalándola para que se levantara, ella se negó—. ¿Estás bien? ¿Puedes seguir?

— Si —contesto con esfuerzo, pues su pecho dolía como si le hubiese abierto la carne.

— Son los Davu —dijo Iván, dejo a Esmerald recargada en la pared y fue con su hermana—. No puedo seguir hechizándote.

— No lo hagas —Victoria se hizo un ovillo en el suelo, aguantando el dolor hasta que paso. Su príncipe la ayudo a levantarse, pero se veía demasiado pálida—. Vámonos antes de que alguien más llegue.

— Tú no puedes continuar así —le dijo el príncipe, negándose a seguir poniéndola en riesgo.

— No hay vuelta atrás —recupero el equilibrio y a pesar de las protestas de André volteo a mirar a todos—. Andando, hay una reina que matar.

A regañadientes André condujo a los demás, lo más rápido que podían hasta el primer piso donde se encontraba la oficina del rey vampiro. Fueron tan deprisa antes de que cinco soldados, claramente del Inframundo por su vestimenta, atravesaran el pasillo por donde ellos habían llegado, se fijaron en ellos para tratar de ver si dos de ellos se parecían entre sí. Cada uno era diferente en aspecto además de que todos eran hombres.

Miraron por la barandilla como se alejaban por el pasillo y el silencio volvía a reinar, André los insto a que siguieran por otro par de largos corredores hasta dar con la enorme puerta caoba, no había signos de vida así que el príncipe fue primero, Victoria intento negárselo pero él en silencio le prometió que estaría bien.

La chica no tuvo de otra más que esperar algunos metros más atrás, miraron a André pararse justo en frente de la puerta, se quedo quieto por algunos segundos sin hacer absolutamente nada, después tomo la manija de la puerta y abrió. La espera fueron segundos de agonía para al final darse cuenta que no había nadie, el príncipe le hizo una señal a los demás para que se acercaran, adentrándose a la habitación.

Había una enorme mancha de sangre en medio del suelo, pero ya no estaba el cuerpo del rey, André no temió por su padre ya que el Arcángel Miguel lo escondió en un lugar seguro, también estaba una pequeña montaña de tierra, pero era en realidad lo que una vez había sido Rumpelstilskin. Iván evito mirar a ese lugar y se acerco a la ventana para ver la batalla que se desataba en los jardines del castillo.

— Vámonos, iremos a las catacumbas —dijo André yendo hacia la puerta, todos menos Victoria salieron, el príncipe la llamo varias veces pero parecía estar intrigada en algo que estaba en el gran librero—. ¿Inimă, que pasa?

— El libro —señalo un ejemplar, el único que estabamostrando las hojas y no el lomo—. Es el único que no está bien acomodado. El rey siempre me regañaba cuando ponía un libroasí.

— ¿Y eso que importa? —entro Iván y la jalo de la mano haciendo una mueca de dolor al sentir el fuego de su mano, ella rápidamente se zafo del agarre y fue a tomar el libro con cuidado, no podía prenderle fuego así que lo tomo con mas firmeza y se dio cuenta que era.

— Yo le di a Claudius este libro... pertenecía a la esposa de Spector, Ava —hojeo el libro y su preocupación comenzó a crecer al confirmar que era el mismo libro que Spector le había dado—. Habla de la magia en los reinos de Asia, es decir, el Reino de las Ninfas, a ella le agradaban mucho las hadas.

— ¡No te entiendo! —se frustro Esmerald—. Di rápido lo que tengas que decir antes de que venga alguien.

— No hay razón para que esto esté aquí, debería estar en el estudio de la casa que Gianna nos dio en el Reino de las Sombras, porque yo vi cuando Spector lo dejo ahí —nadie parecía entenderlo así que les explico—. Antes de dejar el libro, Spector lo tomo entre sus manos y cerro sus ojos, dijo que estaba sintiendo la energía del libro, porque los objetos guardan la esencia de sus dueños y solo los demonios pueden sentir eso —Victoria le lanzo el libro a Esmerald—. ¿Sientes el libro? Tú eres un demonio, ellos saben el valor de los objetos que pertenecieron a alguien, descubren todo de ellos, dime lo que sientes de ese libro —la chica demonio se asusto tanto.

— ¡No!

— ¿Qué pasa? —pregunto Iván desesperado por no entender, al igual que André.

— Lilit sabe quién es Ilea.

******

Hola, lectores y lectoras, espero que estén bien y que hayan disfrutado de estos capítulos. Gracias por seguir apoyando la historia con todos esos votos. :D

¡Saludos!

PD.: creo que puse muchas imágenes, lo cual me hizo preguntarme ¿les agrada que ponga imágenes en la historia o exagero y dejo de ponerlas?

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