Capítulo 24

6K 556 8
                                    


Todo pasa tan rápido. André desaparece del patio para materializarse justo detrás de mí y apenas me dio tiempo de girarme cuando, de alguna parte, un humo gris comenzó a envolverme y a alejarme del príncipe; para terminar con Violet vertiendo encima de mí un extraño líquido y de la nada el chico que hace un momento estaba en el patio cae de forma brusca al suelo.

El que supuestamente es mi hermano mellizo, comienza a toser de forma extraña y trata de pararse pero le es un poco difícil. Me acerco a él para ayudarlo y mientras los tres vampiros nos miran, dos de ellos aún están en posición de ataque dispuestos a arrancarle la yugular al pobre chico, yo trato de forzar a mi mente y recordarlo. Sé que lo he visto antes, no sé en donde, pero ya lo conozco.

Un fuerte dolor en el pecho me sorprende y me doblo hacia adelante. André inmediatamente me sostiene para no caerme de rodillas.

― ¿Qué te pasa? ―pregunta el príncipe de hielo alarmado.

― Me duele mucho... otra vez... ―él me toma en brazos y me vuelve a poner en la cama.

― ¿Violet? ―la vampiresa da un paso hacia donde esta André―. Ella es...

― Mi hermana es un híbrido, está comenzando su fase de transición ―Iván se sienta en la orilla de la cama, ignorando la mirada de asesino de André y se dirige a mí―. Naciste después que yo, mi transición ha pasado hace algunos días.

― ¿Y eso qué? A mí me duele el pecho, yo no soy una de ustedes.

― Ni yo lo soy.

― ¿A qué te refieres? ―el dolor vuelve a atacarme hasta que el chico pone una mano sobre mi frente y lo único que siento es una inmensa tranquilidad y el dolor se ha ido.

― ¿Quieres que te lo diga ahora? ¿Todo? ―me siento en las nubes, como si flotara, me siento tan ligera, pero mi vena curiosa quiere saber lo que pasa, así que me limito a asentir―. Tú eres mi hermana, somos producto de un deseo que pidió mi padre a nuestra abuela. Spector la obligo a cumplir su deseo y al final, la reina de las hadas castigo a nuestra abuela, tal parece que ese reino tiene sus límites al momento de conceder deseos. El castigo fue que sus vástagos pagarían ese precio del deseo ―un sueño... si, definitivamente esto es un sueño, ¿no? Todo lo que me está contando es digno de un guion de película, tal vez, cuando despierte, me ponga a escribir todo lo que mi mente va creando... porque debe ser mi mente, ¿verdad?―. Cuando nació Eugene, nuestra madre, apareció la segunda profecía y años después ella se embarazo de Spector.

― No entiendo nada ―dice el príncipe de hielo―. ¡Explícate mejor!

― El precio por el deseo de mi padre, lo pago mi madre al momento de embarazarse de nosotros. Y ese fue el castigo de mi abuela.

― Pero son tres las profecías ―concluyo Claudius aun molesto.

― Fue un costo extra ―Iván se encoge de hombros y regresa su mirada a mí―. Tu transición esta próxima, siete tipos de sangre corren por nuestras venas y así como conmigo, tu cuerpo sufrirá muchísimo. Se supone que los genes de los hombres son dominantes en sus hijos, tendríamos que convertirnos en demonios pero eso solo sucedería si tuviésemos solo dos líneas de sangre. Nuestro caso es diferente.

― ¿Qué no eres un demonio? ―pregunto confusa.

― Si, pero también soy un hombre lobo y un hechicero.

― ¡¡Eso es imposible!! ―exclaman Claudius y Violet a la vez.

― Pues claro que tiene que ser imposible, pero hace tres noches, cuando comenzó la luna llena me convertí en un lobo e inconscientemente le prendí fuego a un árbol... no sé lo que ocurre, tres líneas de sangre me reclamaron, aunque soy un ser oscuro gracias a mi padre y supongo que lo mismo pasara contigo, Victoria.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora