Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
El dolor punzante en la cabeza es tan doloroso que hace abrir bruscamente los ojos del príncipe de hielo, levanta su mano izquierda y con cuidado toca el golpe en su nuca, duele tanto que decide dejar de tocarlo y vuelve a acomodarse en el catre donde se encuentra. De repente los recuerdos llenan a su cerebro de golpe e intenta levantarse de forma brusca, pero se da cuenta que varias cadenas están sobre su torso e impiden que se mueva.
Mira a su derecha y Claudius está en la misma posición que él, pero aun esta inconsciente y con un vendaje manchado de sangre seca. Analiza el contexto que lo rodea, está en una casa vieja, apenas y hay luz por las velas, el olor a comida y pan recién horneado aparece de repente, no hay muchos muebles en aquella habitación, solo mesas y repisas de madera que contienen platos y vasos de vidrio.
Inmediatamente el príncipe capta algo, atrás de una mesa, junto a la ventana, alguien lo mira. André parpadea un par de veces hasta que su vista borrosa se aclara y ve a una niña, luce asustada mientras trata de ocultarse lo más que puede detrás de aquella mesa.
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— ¡Ilea! —grita una voz masculina—. Preciosa, ven aquí.
La niña responde a aquel llamado, con suma precaución se pone de pie y comienza a caminar hacia André, él intenta llamarla pero la niña se echa a correr por una puerta y desaparece. El príncipe sigue muy confundido por lo que ha pasado, con un suspiro deja que su cuerpo se relaje en el catre y mira hacia el techo mientras un millón de preguntas de formulan en su cabeza, a una velocidad preocupante que lo satura.
Su mente está en blanco, pues después de ver a Spector y recibir un golpe en la cabeza no sabe que ocurrió, no sabe si fue salvado o es prisionero, aun que por las cadenas en su pecho obviamente es prisionero. De repente alguien aparece en su campo de visión con una sonrisa burlona.
— Insisto, que decepcionante es ser esposa de André Strigon —dice la chica demonio que embosco a André y a Claudius, pero inmediatamente le quita las cadenas al príncipe—. Bien, quédate tranquilo, te dijimos que no queríamos pelear.
— ¿Quién eres? —pregunta el príncipe.
— Mi nombre es Esmerald —la chica le da la mano a modo de saludo, pero André ni siquiera la toma, en su lugar va hacia Claudius y le quita las cadenas.
— Y además no tiene educación —murmura Esmerald a lo cual el príncipe la ignora—. Tu hermano está bien, déjalo dormir y ven a comer algo.
La chica se va y desaparece por la misma puerta con la cual se fue la pequeña de hace unos minutos, André lo piensa un momento, pero si estos demonios estuvieran con Lilit ya estuvieran muertos él y Claudius. Con un suspiro y una mueca de dolor, el príncipe de hielo sigue a la chica, atraviesa la puerta y llega a una pequeña cocina y lo que ve lo deja boquiabierto.
Esmerald está sentada en un banco de madera junto a un chico que engulle con avidez sus alimentos, la pequeña Ilea está sentada en el otro extremo de la mesa mientras Spector parte un trozo de pan y se lo da a la niña, seguido de un beso en su frente. Al darse cuenta del príncipe, Spector sonríe con socarronería y hace un ademan para que el príncipe tome asiento.
