Capítulo 68

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            Recorremos los pasillos del hospital, escuchamos como un hombre habla a través de un megáfono advirtiendo que los dos hombres con pistola, es decir los príncipes, salgan del edificio con las manos en alto. Claudius nos conduce hasta una salida de emergencia pero se acciona con código, no hay salida.

— Tenemos que hacer un bliț —dice Claudius—. Posiblemente tengan rodeado todo el lugar.

— No, no, no —me niego—. No correremos el riesgo de atraer a algún demonio o híbrido. Dispárale al sistema de seguridad.

— Esta arma no tiene balas —dice frustrado Claudius y la avienta a una esquina.

— Utiliza la mía —André le da el arma a su hermano, dispara pero ninguna bala sale—. ¡Infiernos! Solo tenía una bala.

— Entonces hagamos un bliț.

— ¡Que no, Claudius! —digo con desesperación.

— ¿André? —suplica Claudius pero él también niega.

— Hay que subir al techo.

Pronto, los príncipes encuentran unas escaleras y suben con mi hijo y conmigo en brazos, no sé cuantos pisos son pero no parecen exhaustos, en cambio yo siento que moriré en cualquier momento, el dolor en mis costillas se hace mas fuerte conforme da un paso André, aprieto los dientes y me aguanto, en pocas horas sanara, lo sé. Al llegar al techo Claudius corre a la orilla para ver que pasa abajo.

— Entraron al edificio, no tardaran en subir —dice algo nervioso.

— No podemos desaparecer, eso llamara la atención... nos encontraran si usamos nuestros poderes —miro a André a los ojos y suplico—. Tienes que protegerlo, tienes que cuidarlo.

— Lo haré, pero no tenemos otra salida.

En ese momento, un fuerte ruido se escucha a nuestras espaldas, el príncipe de hielo se voltea y vemos a tres policías apuntándonos con un arma, Claudius también los apunta a pesar de no tener municiones.

— ¡Baje el arma ahora! —grita un oficial.

— ¡No queremos hacerles daño! —dice André—. Yo solo quería que ayudaran a mi esposa.

— Bueno chico, tu error fue traer un arma.

— Y tu error, poli, fue venir aquí y no quedarte comiendo una rosquilla en tu unidad.

De alguna parte, Spector sale entre la oscuridad, dos policías por inercia le disparan pero el simplemente sonríe y se prepara para luchar. Los humanos no tienen oportunidad contra él, aun así arremeten y por varios minutos veo como tres policías luchan contra la sombra hasta que Spector deja a los tres tirados e inconscientes. No está nada feliz, lo sé por lo oscuro de sus ojos, no nos dice nada, suelta un chiflido y aparecen Lowell, Iván y Miguel mostrándonos sus enormes alas.

— Si ya acabaron de meterse en problemas, ¿podemos largarnos de aquí? —ruge Spector tomándome en brazos y haciendo una mueca de dolor—. ¡Andando!

Spector corre conmigo en brazos por toda la orilla, salta y sus alas comienzan a hacer el trabajo, miro hacia atrás sobre su hombro, Iván es quien trae en brazos a mi hijo y lo protege contra su pecho, más atrás Miguel lleva a André y Lowell a Claudius.

— Si volamos, ¿nadie nos descubrirá? —le pregunto a Spector y el niega.

— Reza por que así sea.

Sobrevolamos la ciudad de San Francisco, mi respiración está más calmada y el dolor ya no es tan fuerte, pero aun permanece ahí. En cuestión de minutos llegamos a la casucha donde Esmerald nos recibe con los nervios desbordados, evito mirarla y contagiarme con su ansiedad.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora