Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
Un triunfo. Iván y Victoria había ganado su primer triunfo después de haber ocasionado muchos problemas, en especial ella. Todo mundo había pensado que ella estaba hablando por impulso, aunque ya tenía todo planeado, con lo que no contaba es que Iván se le uniera a su causa al igual que Thomas y para rematar, la propia hermana de Gianna y André.
Sabían que los West no tendrían el mando del reino en ese instante, tomaría tiempo. Pero al menos habían dejado la espinita para que la gente de ese lugar, si es que no lo habían pensado, sintieran el impulso por saber quién era Gianna, quienes eran los Roselin y que estaban haciendo en ese mando que quizás por derecho de antigüedad si les corresponda, pero una profecía no se puede ignorar. Todo mundo lo sabía y gracias a eso, Victoria tenía fe de que, aunque Iván dejo claro que no quería ser rey, él tendría el mando del Reino de las Sombras, quizás con ayuda de los tres hermanos West.
Victoria sabía que su hermano tenía todas las capacidades de un líder, solo que Spector trataba de impedirlo para que no cometieran locuras y alguien terminara herido o muerto. Así que después de haber provocado a la Matriarca de las Sombras, quien salió hecha una furia del gran salón donde todos se encontraban, los West regresaron a su casa provisional. Lo que los mellizos hicieron de alguna forma beneficio a todos, en especial a Bastian quien dijo que tendría más libertar de ir de aquí para allá y poder organizar a un grupo de soldados que pelearían a causa de la tercera profecía. Incluso Lauren, se agradeció a sus sobrinos por haber puesto a su hermana en su lugar, alguien necesitaba bajar sus aires de grandeza y que mejor que los legítimos reyes de ese lugar.
— Tenía miedo —dijo Victoria, después de horas de estar celebrando su pequeño triunfo en la sala de estar donde Esmerald y Lauren cocinaron un poco de carne con algunos guisos y todos comieron juntos, ahora ella entraba a su habitación seguida del príncipe de hielo—. Pensé que Spector me asesinaría con un movimiento de su mano.
— No pensé que fueras a hacer eso —sonrió André, tomando la mano de Victoria y jalándola para abrazarla y besar su cuello—. No se me hubiese ocurrido.
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— Bueno, es que recordé a tu madre y como hablaba de ti... —la chica acaricio el rostro de su príncipe, admirando sus rasgos— pensé que si yo fuera la reina Amelia, me enojaría mucho al enterarme de que aprisionaron a mis hijos sin razón alguna. Pensé que comeríamos junto con todo el Consejo del que tanto habla Gianna, ahí soltaría la bomba... pero Lauren nos llevo al salón de audiencias y pues...
— Esa es mi chica —el príncipe deposito un beso tierno en su mejilla, justo en ese instante se abrió la puerta. Ambos chicos se separaron, viendo a Claudius entrar, yendo hacia la cama y acostarse en ella.
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