Capítulo 3

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Luego de haber presenciado aquella infame revelación por parte de Dreagan, André llego con Norah en brazos hasta su habitación, la cual se encontraba en la segunda torre más alta con vista a la entrada del castillo. Norah se percato que sus guardias no estaban custodiando la zona al igual que la otra veintena de soldados que estaban por los alrededores, así que entraron en silencio y con delicadeza. André puso a Norah en su cama, se encargo de arroparla porque solo llevaba la bata del hospital y en todo el camino no dejo de titiritar de frío, sin embargo los minutos trascurrieron y ambos se sumieron en un incomodo silencio. No pronunciaron ni una sola palabra y Norah evadía en todo momento la mirada de André, quien la miraba desde arriba, intimidándola aun más por su aspecto mortalmente serio.

El vampiro noto aquello, así que sigilosamente se sentó justo al pie de la cama e intento relajarse a pesar de que su mente trabajaba a mil por hora. Los minutos pasaban y la tensión e incomodidad fueron tan tangibles que a ambos los ahogaba, pero siguieron sin dirigirse la palabra. Por lo que André opto por provocar alguna reacción por parte de Norah y lo único que se le ocurrió fue rodear la cama e ir al lado izquierdo, donde se sentó cómodamente con la espalda recargada en el cabezal y sus piernas cruzadas y extendidas en el colchón. En todo ese proceso, André no aparto los ojos de Norah, quien lo miro horrorizada, el vampiro tuvo que controlarse para no soltar una carcajada, mientras que ella pensaba las muertes más horrorosas que probablemente André estaría maquinando.

Incluso pensar en la muerte era menos angustiante que pensar en la remota idea de ser la seleccionada en continuar con el linaje Strigon. Un escalofrió recorrió por la espalda de Norah a pesar de estar cubierta hasta el cuello, sacudió su cabeza débilmente y sin importar que su cerebro le decía que se quedara callada, algo en su interior la animo a enfrentarse al vampiro, pues si continuaban sumidos en aquel silencio ella se volvería loca.

— ¿Qué... tanto me... miras? —su voz sonó completamente afónica, pensando que era un milagro que su tráquea no estuviese fracturada y sintiendo un creciente odio hacia André.

— Que modales —susurro el vampiro en tono divertido a la vez que ofendido.

— ¿Planeas... ahorcarme... de nuevo? —aquella pregunta le costó mucho más que la primera, pero André entendió perfectamente sus palabras. Su semblante cambio suspirando de frustración.

— Lo siento, ya te lo dije —extrañamente sus palabras fueron sinceras y Norah se asusto, pues creía en esa sinceridad sin titubear, André se acomodo mejor en la cama, quedando ahora tendido en la misma posición que ella, ambos mirando hacia el techo, aunque André desistió y regreso su mirada a Norah—. Y te miro por que trato de entender que está sucediendo, Leitan y mi padre me confunden y luego tu y...

— No te... entiendo.

— No hace falta que lo hagas —de un salto André se puso de pie, camino elegantemente hasta la puerta y por largos segundos se quedo ahí parado, frente al gran pedazo de madera, entonces se giro para de nuevo mirar a Norah y decir con total seriedad y una fuerte convicción reflejada en sus ojos—: Te protegeré como lo ha pedido mi padre y apenas te recuperes continuaremos con las redacciones, descansa.

El príncipe salió de la habitación apresurado y a Norah le dio la oportunidad de ver que sus guardias se encontraban nuevamente en sus posiciones. No obstante una terrible angustia comenzaba a dominar su cuerpo, pues independientemente de lo que había dicho Dreagan, ella en verdad no entendía los motivos de su estadía en ese castillo de pesadilla.

Era un hecho de que ella no sería liberada, tendría que vivir ahí, escapar no era una opción factible y lo único que parecía ser el camino hacia la libertad o al menos la libertad de su alma era muriendo. Su corazón se apretujo al pensar en aquello, pues no quería morir bajo ninguna circunstancia. Al final Norah decidió ahuyentar también esos pensamientos y no entrar en pánico, hizo un par de ejercicios de respiración e intento dormir. No tuvo éxito ya que un sin fin de preguntas azotaron su cerebro sin piedad y lo peor es que no tenía una respuesta para ellas.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora