Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
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Los gritos y aplausos son ensordecedores, dentro y fuera de la arena. Elian levanta su puño aun con la espada en su mano y las ovaciones se hacen más fuertes, después de unos segundos mira hacia abajo donde está su compañero y buen amigo, Su Yeong, aun recostado por el cansancio intentando regularizar su respiración; le tiene la mano al hada y este la toma para impulsarse a levantarse, antes de poder retirarse reciben felicitaciones por parte de uno de los mejores guerreros sombra y profesor de todos aquellas sombras adolescentes que se preparan para ser soldados. Brais elogia el combate que tuvieron, Elian y Su Yeong son de los alumnos más destacados y es una belleza verlos luchar.
Después de escuchar a su profesor se encaminan hacia los dormitorios, pero apenas dan dos pasos y un compañero se acerca a felicitarlos por el combate. Recorren de polo a polo el campamento que se les ha asignado dentro de la Comuna para entrenarse, al ir rumbo a los dormitorios reciben más aplausos y ovaciones, llegar a la habitación que ambos chicos comparte y Elian se derrumba en su cama viendo como su amigo se quita la armadura.
— ¿Sabes quién vendrá hoy? —pregunta el hada, Elian lo miro y se encoje de hombros—. Mila... y traerá a Eugene.
— ¿Y? —la sombra evade la mirada del hada, concentrado en las muñequeras de piel que trae puestas.
— Síguelo negando galán, pero he visto las miraditas que se dan tú y Eugene —Su Yeong sonríe ampliamente—. Creo que tienes ventaja contra todos los demás, a mí solo me considera su amigo, a los demás ni siquiera los mira, solo tiene ojos para ti.
— ¡No seas ridículo! —se levantó de la cama—. Iré a tomar un baño.
— ¿Cuál es el problema? —Su Yeong lo sigue hasta los baños comunitarios, donde hay varios chicos utilizando los cubículos.
— ¿El problema? El maldito problema es que soy una sombra —le espetó—. Ahora si no te importa dejarme en paz.
Su Yeong levanto las manos haciéndose hacia atrás, dejando a Elian solo con sus líos mentales de rechazado y pensando en los mil y un motivos por los cuales Eugene jamás estaría con alguien como él, si sus padres lo repudiaron porque es una sombra, no tenía oportunidad con el hada. En medio de sus conflictos se quito la armadura y la ropa, tomo un baño rápido y regreso a su habitación para seguir con sus deberes del día, afortunadamente su amigo no se encontraba ahí.
Al llegar a la cocina, donde varios de sus compañeros se encontraban haciendo el almuerzo, comenzó a preparar la masa para hornear, pero sabía que en cualquier momento entraría dos hadas trayendo consigo un poco de comida, como de costumbre. Pues estando las sombras confinadas no podían salir a cazar y los peces que sobrevivían en el mar de aguas congeladas eran parte de su dieta además de uno que otro oso polar o focas y ni pensar en las cosechas.
