Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
Victoria abrió con brusquedad sus ojos gracias a las sacudidas que le daban en su cuerpo. Se encontraba en medio de la nada, miro hacia arriba y vio el cielo nocturno de algún lugar, había estrellas y una que otra nube en el cielo, se levanto con rapidez y alguien fue hacia ella, cubriendo su boca para qué no gritara.
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Se asusto, pero inmediatamente se enfoco y era el príncipe quien estaba con ella. André puso un dedo sobre sus labios y después quito su mano sobre la boca de Victoria.
— ¿Dónde estamos? —articulo Victoria en silencio, el príncipe leyó sus labios y de la misma forma le contesto.
— Bran... Rumania.
— ¿Tierra o Fény?
— Tierra —Victoria no entendió porque estaban ahí.
Giro sobres sí misma y miro el contexto que la rodeaba, efectivamente estaban en una ciudad, había poca nieve por algunos lugares y no hacia tanto frío. Estaban en un callejón, se veían luces prendidas en algunas casas además de las lámparas de la calle y podía ver en el Este una pequeña línea de luz, estaba amaneciendo.
Miro para otro lado y vio a Claudius sentado en el suelo, recargado en la pared y con Ilea en su regazo. Victoria se acerco a ellos y pregunto, sorprendida por ver al pequeño de los Strigon con ellos, pues él había partido días antes del Reino de las Sombras.
— ¿Dónde están los demás? —susurro.
— Fueron a inspeccionar la zona, tengo que cuidar a la pequeña.
— ¿Por qué no estás en el castillo?
— Nos atacaron —contesto.
André rápidamente se acerco a ellos y les hizo señas para que se levantaran, Victoria también ubico varias mochilas negras las cuales estaban recargadas a un lado de Claudius. Reconoció la suya, la cual era un pequeño morral que contenía un juego de cuchillos y un arma de fuego.
Inmediatamente llegaron su padre y Spector junto con Iván, Rumpel, Su Yeong y Esmerald. Victoria no entendía mucho así que espero a que le explicaran que había pasado, pues estaba segura que se desmayo al traspasar el portal.
— ¿Novedades? —pregunto André.
— Bastian y las tropas llegaron bien, está a unos tres kilómetros de aquí —contesto Elian—. Tenemos que movernos, el sol está por salir.
— ¿Por qué no podemos ir al castillo? —pregunto Victoria.
— Hay híbridos por todos lados, tampoco hay portales seguros que no noten que lo traspasamos.
— ¿Ideas? —pregunto Spector.
Cada uno comenzó a proponer cosas y a discutir, en silencio para no levantar sospechas. Victoria se excluyo de esa discusión para mirar los alrededores, el callejón no era callejón, era una simple calle en forma de curva y miro que no solo eran casas, sino también negocios.
