Capítulo 61

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            Escucho un lejano 'beep' que taladra mis oídos, intento ignorarlo y seguir durmiendo pero cada vez se hace más intenso, me levanto de forma brusca y veo a Spector lidiando con un teléfono celular. Arrugo la frente pensando en por qué el tipo tiene un teléfono, no hay a nadie a quien llamar, él me mira y se encoge de hombros mientras comienza a despertar a todo mundo. ¡Ah, es una alarma!

Suelto un suspiro profundo, me levanto y veo mi posible ruta para no pisar a nadie y llego hasta la puerta.

— No iras vestida así —dice la chica de la cual ignoro su nombre, ve mí vestido negro y me avienta varias prendas—. Ponte eso, a menos que seas el hazme reír allá afuera —sonríe como tonta y estoy a punto de aplastarla cuando siento las manos frías de alguien, sobre mi brazo. Me suelto bruscamente de André y salgo del pequeño cuarto de emergencia.

Lidio con el cierre del vestido, pero el enojo puede más, mis manos se iluminan y estoy a nada de aventar bolas de fuego hasta que de nuevo siento el frio en mis muñecas.

— Déjame ayudarte —susurra en mi oído.

— No necesito tu ayuda —espeto soltándome de su agarre.

— Si piensas alejarme con esa actitud no lo lograras —bufo ante su comentario, así que decido ignorarlo y seguir peleándome con el cierre del vestido, al menos con eso puedo desquitarme. Pero no lo consigo, André enrolla un brazo en mi cintura y me proyecta contra la pared inmovilizándome, tal como lo hacía antes y eso me enoja más—. Te dije que me dejaras ayudarte.

— Eres un maldito.

— Siempre lo he sido, Norah.

— Ya no soy Norah, ella se ha ido.

— Lo sé —dice el de forma melancólica, intento soltarme pero él me aprieta más.

— Suéltame mientras soy amable —él se acerca a mi oído y susurra.

— ¿Puede ser posible que te ame aun mas? —besa mi cabello y yo me estremezco—. Sabía perfectamente que Norah murió gracias a su sacrificio salvándome la vida.

— Y ahora como le pagas.

— Amándote cada día.

— A esa tonta la enamorabas con bonitas palabras, pero a mí no —vuelvo a forcejear pero él no cede—. Suéltame.

El príncipe se aleja tan solo un poco, lo suficiente para bajar el cierre del vestido, después me deja libre y recoge la ropa que la chica demonio me aventó, me la entrega y sin decir nada más vuelve a meterse al cuarto de emergencia de la estación.

Antes, juro que lo único que sentía era enojo e ira, juro que pensé que al ver al príncipe lo mataría arrancándole mi corazón del pecho, pero ahora muchas cosas están en mi mente. ¿Sigo en el páramo? Porque esa sería una respuesta coherente para mí. Frustrada y confundida, me visto lo más rápido que puedo con unos jeans viejos y una blusa negra junto con una sudadera guinda, al entrar al cuarto Iván me da un par de converse y a penas me los pongo todos nos ponemos en marcha.

Caminamos lo que falta de camino hasta llegar a la estación, encontramos unas escaleras viejas y subimos hasta llegar a una reja que parece estar con candado, pero no supone un problema para Spector cuando jala la cadena hasta romperla y la reja se abre, con cuidado de que no nos vea nadie, salimos del subterráneo. Apenas esta amaneciendo y no hay mucha gente por las calles que conozco tan bien, pero poco a poco los autos comienzan a aparecer transitando las calles yendo, supongo, directos al trabajo.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora