Capítulo 38

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Intento permanecer despierta y no caerme de la silla, mientras todos estamos en el comedor desayunando, pero a la vez todos hablan de que tenemos que marcharnos ya que alguien pudo vernos anoche. No sé realmente lo que dicen, tan solo enfoco mi mirada en el cereal con leche que no he tocado, mi cabeza duele, tengo una irrefrenables ganas de correr al baño y vomitar, además de que tengo sueño.

Después de que se pasara el efecto del sedante, las pesadillas me atacaron y no pude dormir. El príncipe intento calmarme, pero no volví a cerrar mis ojos. Una vocecilla, casi como un susurro se ha instalado en mi cabeza. «Ven a mí, ven a mí» Es lo único que dice, pero no le he dicho a nadie de esto, ni siquiera a André a pesar que dije que se lo diría en secreto. No quisiera añadir más leña al fuego.

Miro al príncipe, tiene los ojos enrojecidos de no dormir, está explicando acerca de un fiordo; Elian niega y mira a Su Yeong, ambos están de acuerdo y creo que descartan la idea del fiordo. Claudius dice algo de unas cuevas y Violet lo apoya, pero todo mundo vuelve a la discusión, excepto Iván. Luce ido, distante, probablemente igual que yo.

Enseguida alguien toca el timbre, Su Yeong se pone alerta y ve la cámara de afuera, es Rumpel. Parece apresurado y sin aliento.

— Miguel ha venido a verme —dice el lobo apenas entra.

— ¿El arcángel? —pregunta Claudius—. ¿Qué quería?

— También busca a Iván y a la princesa —Su Yeong le hace un ademan para que tome asiento y comience a explicar—. Se ha enterado que yo cuide de Iván desde que escapo del Inframundo; piensa que ellos dos, junto con los tres vampiros andan vagando por estos rumbos.

— ¿Tiene idea de mi o Su Yeong? —pregunta Elian, a lo cual el lobo niega—. ¡Excelente!

— Es difícil sacarle información, pero me da dicho que todo un ejército celestial esta en busca de la tercera profecía.

— ¿Iba acompañado? —el lobo asiente.

— Tres ángeles, un guardián y un vampiro —guarda silencio un momento, todos lo miramos expectantes hasta que dice—. Me entere de lo que sucedió anoche —bajo mi mirada y ruego que no nos hayan reconocido—. Un grupo de Fénix, vio a Iván.

— ¿Qué son los Fénix? —pregunta Iván confundido.

— Son híbridos, del Reino de los Guardianes —siento la tensión de todos—. Uno de mis hombres estaba cerca, se hiso pasar por aliado de Dominic. Lo mejor será que en este instante se vayan, antes de que los encuentren.

Mi padre inmediatamente les da instrucciones a todo mundo, de repente el príncipe me toma del brazo y vamos a nuestra habitación. Me siento en la cama mientras veo como él mete en una mochila las pocas pertenencias que tenemos. Después me ayuda a vestirme; minutos después, todos nos encontramos en la sala de estar, afuera nos espera una camioneta negra.

Una vez que todos la hemos abordado, Rumpel manejando y mi padre de copiloto, ambos discuten la mejor forma de salir del país y a donde deberíamos ir. Según entiendo, debemos salir del país con un perfil bajo, sin poderes o un portal.

A pesar de que estamos en medio de una huida, yo sigo sintiéndome mal y muy débil. Recargo mi cabeza en el hombro del príncipe y me dejo llevar al mundo de Morfeo.

***

Abro mis ojos de repente, estamos en un enorme estacionamiento. El príncipe me hace bajar y veo que estamos en el aeropuerto. Caminamos lo más rápido que podemos, al interior del gran edificio. Mi desorientación es tal, que no comprendo nada de lo que dicen, solo soy jalada de un lado a otro al igual que Iván. En medio de alguna parte del aeropuerto, Rumpel saca un sobre amarillo, bastante abultado, de su abrigo.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora