Capítulo 86

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Los pequeños copos de nieve caían lentos y perezosos, el viendo movía con ligereza las ramas sin hojas de los arboles en un vaivén hipnotizante y un montón de cuervos negros parecían disfrutar el clima invernal de ese mundo tan extraño, pues jugue...

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Los pequeños copos de nieve caían lentos y perezosos, el viendo movía con ligereza las ramas sin hojas de los arboles en un vaivén hipnotizante y un montón de cuervos negros parecían disfrutar el clima invernal de ese mundo tan extraño, pues jugueteaban en el cielo, volando de aquí para allá como si fuesen una gran nube negra. Una capa de grueso hielo cubría un riachuelo y pocas rocas que sobrevivían a la nieve que poco a poco las comenzaba a cubrir. Era maravillosa la vista en aquel bosque de ensueño, digno de una película o para fotografiarla y usarla como postal.

De repente un ruido extraño se escucho en medio de aquel pacífico silencio, Victoria reacciono y miro al causante de aquel ruido. Elian estaba quitándose su tan característica chaqueta negra y la ponía en los hombros de su hija, solo en ese momento la chica reacciono al frío que sentía y de que no llevaba un abrigo más que un vestido de verano, como siempre. Miro sus manos, y a pesar de los guantes, una capa de escarcha las cubría, hizo sus manos en puños y solo así se rompió el hielo. Ella miro a su padre y con esfuerzo le sonrió, él correspondió abrazándola por los hombros.

— Deberíamos regresar —dijo Elian controlando los temblores en su cuerpo—. Tenemos más cosas que hablar, entre todos.

— Solo, no le digas a nadie... sobre esto. En especial a Iván y a André —Victoria suspiro—. Tal parece que ellos no saber lo que pasara al final.

— Lo sabrán.

— Para cuando lo sepan ya será muy tarde, el primer sol de primavera se ocultara y André podrá matar a Dominic.

— La profecía no garantiza que André viva —Elian se puso frente a su hija, de rodillas para estar a su altura—. No sabemos quien vivirá y quien morirá.

— Apuesto lo que sea a que André matara a ese mago, por mí y por Mila... lo hará.

La sombra, también sabia que quien triunfaría sería André después de que vea lo que le sucederá a Victoria. Ahora ella comprendía y sabía cual sería su final, aquel sueño se lo dijo muy claro, uniendo todas las piezas del rompecabezas supo y descifro la profecía de los malditos. Sabiendo todo eso, no se altero, no le vino un ataque, no sintió odio o rencor, tampoco aparecieron lágrimas, pues inconscientemente ella siempre supo cual sería su final y lo aceptaba por que había hecho una promesa a Mila.

En silencio, ambos se pusieron de pie y emprendieron de regreso la caminata hacia la casa. El viaje de regreso fue más corto que de ida o así le pareció a Victoria, quien al entrar se sorprendió ver a su hermano ya despierto, pensó en hablar con él de lo que sucedió anoche pero parecía enojado, así que lo dejo estar. Dirigió su mirada a los príncipes quienes ya estaban sentados en el gran comedor junto con todos los demás. Ambos Strigon tenían buen aspecto y la piel rojiza de su cara y manos se estaba quitando, ninguno traía los vendajes y suponía que alguien les ayudo a vestirse con una gran playera y pantalones holgados.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora