Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Disfruten el capítulo, se lo ganaron.
¡Saludos!
***
9 días antes de la primavera.
Había pasado una semana, fue duro para todos. Gianna había mandado vigilar a los West y a su cuñado, sin saber que la gente en la que ella confiaba eran los aliados de Bastian pero aun así debían de tener cuidado. Rumpel y los príncipes estaban totalmente recuperados de sus heridas y malestares, así que Esmerald junto con Su Yeong y Claudius, después de un día entero de planearlo, decidieron atravesar un portal e ir a la Comuna para saber que estaba pasando en la frontera, no se rebelarían identidades e irían disfrazados. Se supone que los tres debían llegar al castillo Vampir y preparar todo para recibir a las tropas de las sombras.
Por otro lado, Spector y Elian, con ayuda de Bastian y Thomas, cada noche se infiltraban a los túneles que abarcaban todo el pueblo, incluso un poco más, llegando al bunker que Gianna construyo para guardar todo tipo de información que a ella le beneficiaba. Los hermanos West estaban buscando informaciones de los seres que habitaban ahí, buscando a los mas sádicos con sed de venganza para qué se unieran a la causa de la tercera profecía, además de armar un plan para salir de allí con al menos, cuatro mil soldados aliados.
En cambio Iván y Victoria no descansaban ni un segundo al estarse entrenando. Bastian los ayudaba, junto con soldados que eran de confianza para él, para enseñarles un montón de cosas a sus sobrinos, la cuestión era dominarlo. Pero gracias a los trucos que Spector hizo en la mente de ambos hermanos, cuando aun estaban en su Páramo Mental, el dominio de sus poderes parecía innato. El dominio de Victoria era el fuego de los guardianes y correr tan rápido que era imposible verla venir, pues según André los vampiros, por medio del instinto, sabían que un enemigo se les acercaría en cuestión de segundos, pero con Victoria era diferente, pues a pesar de que su sangre corre en el sistema del príncipe nunca la vio venir ni sentirla cuando le decía que lo atacara.
