Capítulo 81

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            Después de escuchar aquella gran revelación incestuosa, Iván tuvo que sacar a Victoria de aquel lugar. A ninguno de los dos les importaba tanto un trono como para casarse entre ellos, pues había cosas mucho más importantes que una corona. La Matriarca tenia claras sus intenciones, pues muy bien podría quedarse con el trono.

Victoria se negó a regresar a aquella casa, así que su hermano la llevo, aun en la silla de ruedas, justo a la entrada de un bosque. Mientras atravesaban las calles del pueblo se encontraba a mas seres extraños y grotescos, lo que más les sorprendió a los mellizos fue ver a un grupo de lobos hibrido, pues de cintura hacia arriba tenían hocico y patas, de la cintura para abajo tenían piernas. Más mujeres de cabellera de color extravagante y ojos nublados iban de aquí para allá y Victoria se debatía internamente si eran hadas.

Uno que otro rugido se escuchaba a lo lejos y aquel gigante con un mazo aún se podía ver a la distancia junto con, ya no solo uno, sino cuatro dragones sobrevolando el pueblo a lo lejos. Todo eso desapareció cuando Iván la empujo hacia el bosque, el camino era difícil para entrar con la silla así que Victoria se puso de pie, el chico intento llevarla en brazos pero ella se negó.

            Ambos caminaron a paso lento hasta llegar a un pequeño montecillo de algunos metros de altura, infestado de cuervos que salieron volando al verlos, ambos hermanos continuaron caminando hasta encontrar un grupo de rocas que sobresalían ...

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Ambos caminaron a paso lento hasta llegar a un pequeño montecillo de algunos metros de altura, infestado de cuervos que salieron volando al verlos, ambos hermanos continuaron caminando hasta encontrar un grupo de rocas que sobresalían de la nieve y fue perfecto para sentarse. Ninguno dijo nada por algunos minutos aunque sus mentes estuvieran llenas de preguntas, entre otras cosas. Aunque Iván no soporto el silencio.

— Tenía un hobby —dijo el chico de repente, atrayendo la atención de su hermana—. No soy buen pintor, pero me gustaba hacerlo mientras miraba televisión, Rumpel había hecho que acondicionaran mi habitación, en una de las esquinas estaba mi taller de pintura, después había un enorme librero y a su lado una gran pantalla en la pared —sonríe recordando aquellos momentos—. También leía libros, Rumpel decía que me los comía. Todos ellos eran de fantasía, algunos de ellos las adaptaban en películas o series, era adicto a verlos y después pintaba algunas de esas escenas. Al menos eso hacía que mi mente olvidara los recuerdos de la supuesta mistress.

— Me llegaron algunos de esos libros —dice Victoria—. Los metías a mi casillero del instituto, ¿cierto? —él asiente—. ¿Por qué?

— Para que te fueras dando una idea de lo que pronto descubrirías.

— Viendo a esa gente puedo decir que la realidad supera la ficción —ella coge un poco de nieve para hacer una bola y luego aventarla, acto que espanta nuevamente a los cuervos y salen volando.

— ¿Sabes lo que más extraño? —antes de aventar otra bola de nieve, Victoria mira a su hermano y niega—. Extraño una noche en mi habitación, mirando cualquier cosa en la televisión a la vez que pintando... además, no termine de ver la temporada de Juego de Tronos, había maratón cuando me capturo Spector —Victoria suelta una sonora carcajada.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora