Capítulo 20

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Mientras recorro todo el camino de velas que me llevara hasta el Claro no dejo de masajear mi pecho. Algo no anda bien, bueno de echo nada está bien aquí, pero algo molesto en mi interior... es ese cuervo negro que imaginariamente vuela por mi interior picoteando cada órgano vital, en especial mi corazón.

Esta vez voy sola, nadie me dirige, nadie me cuida. Sigo las velas que están encendidas hasta que llego a una enorme puerta como la del estudio del rey, solo que mucho más grande, brillante por el barniz seguramente y con decoraciones talladas, probablemente, a mano simulando pequeñas dagas y otras figuras abstractas. Inmediatamente se abre y me quedo sorprendida al entrar al Claro.

Ya ha anochecido, pero todo el lugar está iluminado con grandes antorchas, el césped luce como si fuera primavera. Hay una pasarela de madera por la cual supongo que tengo que pasar, en ambos lados hay sillas y todos los invitados están de pie. No sabría cuantos hay en realidad pero absolutamente todos visten túnicas de color rojo como la sangre, con la capucha puesta sobre sus cabezas y todos tienen una máscara de rostro completo. Al final puedo ver a los reyes, Claudius y Violet vestidos también con la túnica roja.

En frente hay un altar adornado con rosas blancas y un hombre con una túnica negra pero solo con un antifaz rojo. André en cambio esta vestido completamente de negro, tiene un bastón en la mano y no sé si es por vanidad o porque realmente lo necesita aunque lo dudo mucho, él luce un antifaz parecido al mío. Y mi corazón comienza a acelerarse, de nuevo pero, el dolor sigue presente.

Comienzo a caminar por la pasarela de madera mientras que los invitados van haciendo una reverencia. 

Llego hasta el príncipe de hielo, quien me toma de la mano y se la lleva a sus labios para depositar un frío beso

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Llego hasta el príncipe de hielo, quien me toma de la mano y se la lleva a sus labios para depositar un frío beso. Nos ponemos frente al altar y comienza la ceremonia en lenguaje Vampir y no entiendo absolutamente nada. Solo me concentro en dejar de temblar, ignorar el dolor en mi pecho y tratar de no caer desmayada aquí mismo.

Escucho el extraño parloteo del hombre que tengo frente y me doy cuenta que va en la parte en donde te preguntas si aceptas a tu futuro esposo en las buenas y malas, en la salud y enfermedad y en todas esas cosas... comprometiéndote a amarlo y aceptarlo como tu fiel compañero hasta la muerte e incluso más allá. Solo que esta vez lo pregunta en rumano, entiendo ese idioma y digo que si a todo, no servirá de nada si me opongo o hago una gran rabieta, nada servirá. El hombre avienta sobre nosotros un poco de agua, con ayuda de una flor, con olor a especias negras, en el pergamino que tiene frente a él lo extiende en la pequeña mesa y nosotros nos acercamos para poner nuestras firmas, además nos hacemos un pequeño corte en el pulgar hasta que una gota de sangre aparece y pongo mi sangre en el pergamino a lado de mi firma. Claudius de repente aparece a mi lado y le entrega al hombre una cajita de terciopelo donde vienen unos anillos. André me pone un anillo de oro con un diamante rojo y brillante y yo hago lo mismo, su anillo tiene el mismo diamante que el mío de forma modesta para no verse tan femenino. Y al terminar...

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora