Capítulo 45

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Escucho gritos, disparos, el choque de espadas y rugidos. Hay demasiados híbridos y demonios, trato de alejar a los lobos con el fuego mientras Iván les dispara. No veo a nadie más que a él.

De repente un zaino salta de un árbol y antes de que caiga sobre mí, me elevo lo más alto que puedo mientras arrojo bolas de fuego al zaino, quien cae al suelo en medio de gritos y envuelto en un abrasador fuego. Y antes de que pueda regresar a tierra, algo me toma del cabello y con brusquedad me hace caer, mis alas se lastiman en el proceso y es el peor dolor que puedo sentir; aun así, sigo sin tener tiempo para revisar mis golpes.

Me giro y todo pasa tan rápido.

Antes de que el demonio traspase mi cuerpo con una espada, alguien se pone frente a mí. Estoy a punto de un shock por lo que ha sucedido; el demonio saca la espada del cuerpo de Violet y la avienta como si fuese una muñeca, la ira inunda todo mi ser y me da la fortaleza para hundir mi puño en las entrañas del demonio y prenderle fuego desde adentro y dejarlo en su agonía.

Corro hacia donde esta Violet, toda su ropa esta empapada de sangre. Trato de reanimarla, pongo mis manos donde brota la sangre y trato de detenerla, pero no funciona. La vampiresa intenta decir algo, pero ni siquiera tiene fuerzas para hacerlo.

— ¡Shhh! Estarás bien, te prometo que estarás bien... —pero ni yo me creo mis palabras.

— Cl-Clau... dius... —la escucho decir, pero no hace falta que yo le grite al príncipe.

Claudius aparece frente a nosotras e inmediatamente se abalanza hacia Violet. Su cara de horror me dice que no hay vuelta atrás, pues he visto que las espadas de los demonios tienen un extraño color y recuerdo que Su Yeong me dijo que les ponen veneno; el príncipe la toma entre sus brazos hasta quedar en su regazo. Violet sigue intentando hablar, pero la sangre que brota de su boca se lo impide. Veo a un lobo corre hacia nosotros, no lo pienso dos veces y le arrojo dos bolas de fuego, mientras aúlla de dolor.

— No hables, por favor —escucho decir al príncipe, me acerco a él y un nudo en la garganta no me permite hablar.

— Te... amo... —dice Violet con dificultad—. Para... to-toda... la eternidad.

            Sin importar que, Claudius besa a Violet en los labios, yo tomo su mano y vemos como poco a poco la luz de sus ojos se va apagando cuando los cierra, para no volverlos a abrir jamás

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Sin importar que, Claudius besa a Violet en los labios, yo tomo su mano y vemos como poco a poco la luz de sus ojos se va apagando cuando los cierra, para no volverlos a abrir jamás. Claudius abraza a la vampiresa contra su pecho y llora desconsoladamente, quisiera poder decir algo para aliviar su dolor, pero las palabras no salen.

Iván y yo hemos roto la promesa, no hemos podido mantener a salvo a estas personas, pero tal vez podamos aplazar esta guerra. Me acerco a Violet y susurro:

— Gracias, por ser mi ángel guardián —el príncipe me mira con el rostro bañado en lágrimas, me acerco a Violet y deposito un beso en su frente. Me levanto y busco a mi siguiente objetivo, Darius está peleando con Su Yeong.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora