Capítulo 51

4.2K 335 6
                                    

50 días, antes de la Primavera.

            André y Claudius van caminando entre el laberinto de pasillos de su castillo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

André y Claudius van caminando entre el laberinto de pasillos de su castillo. Cuidando de que absolutamente nadie los vea, ambos van con una mochila en la espalda, cargando lo esencial. Un poco de ropa, armas y un botiquín de primeros auxilios (para cualquier cosa), pues que sean inmortales no quiere decir que son inmunes a las heridas, ya que tardan horas en recuperarse.

Llegan a la gran cocina, son las doce del día, normalmente esa es la hora de descanso de absolutamente todos los sirvientes del castillo, así que la cocina está desierta. Claudius guarda un poco de comida y salen por una puerta trasera, que los conduce a un pequeño patio que está rodeado de una barda de al menos cuatro metros de altura. Ambos príncipes se impulsan con sus piernas y escalan la barda como si fuese de un metro de altura. Al otro lado hay un risco, que los llevara por un valle hasta llegar a la carretera, justo donde capturaron a Norah, hace dos años.

— No hay vuelta atrás mi hermano —dice André—. A pesar de ser príncipes, nos hemos revelado ante el rey y hemos roto hasta ahorita un millón de reglas.

— Lo sé y que posiblemente te deshereden del trono —Claudius mira al vacío—. Al salir de los límites del castillo irán tras nosotros. Tenemos que sobrevivir como simple humanos a partir de que saltemos.

— Viviré como un verdadero maldito si ella no está a mi lado.

— Lo sé muy bien, André. Es por eso que vamos a hacer esto bien, ¿de acuerdo?

— Hasta la muerte, mi hermano.

— Hasta la muerte.

Claudius no lo piensa y se avienta al vacío, André toma una respiración profunda para después hacer lo mismo que su hermano. Ambos caen al suelo de forma tan delicada que parecieran dos plumas meciéndose hasta caer, pero no se detienen. Apenas y sus dos pies tocan el suelo se echan a correr entre los Carpați, en minutos llegan al valle; sin descansar aunque sea un segundo, ambos príncipes no se detienen por nada del mundo.

Afortunadamente nadie los ha seguido, el frio es intenso pero ellos no lo sienten como tal y sin complicaciones llegan hasta la carretera. La suerte de los vampiros los acompaña, al llegar al camino que los conducirá al pueblo más cercano dejaran de utilizar sus poderes, dejaran de ser vampiros para volver a camuflarse como simples humanos.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora