Capítulo 7

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A Norah casi se le salieron los ojos al escuchar las palabras de Claudius, pensando lo peor. Hasta que el vampiro comenzó a reírse de forma ruidosa y exagerada al ver su expresión, probablemente, de auténtico horror. La vampiresa también se unió a las risas y Norah supo que tanto ella como Claudius eran tal para cual, riéndose de forma siniestra de cosas sin chiste, teniendo un humor bastante negro, que claramente hizo sentir incomoda a Norah y con la piel de gallina al escuchar esas carcajadas.

Inconscientemente comenzó a caminar hacia atrás, empujando a su vez a André que pronto la detuvo, abrazándola con más fuerza para evitar la huida. Entonces el príncipe se acercó al oído de Norah y dijo:

— Tranquilízate, ella no te va a hacer nada malo —susurro él.

— Eres muy gracioso, Claudius —dijo Violet, intentando recuperar la compostura—. Eso se escuchó muy mal.

— Discúlpenme, no pude evitarlo. Lo siento, cuñada —Claudius se levantó del sofá entre risas, yendo hacia Norah y tomándola de la mano para que se sentara con ellos—. Únete a nosotros, para que te enteres de nuestros planes.

— Así es, continuemos con lo que haremos —André también fue hacia el sofá, sentándose a un lado de Norah.

— Muy bien —Violet se puso seria y se tomó un par de segundos para analizar a los otros tres—. Primero creo que deben dejar de fingir, ya sé que tu André no quieres casarte, tu Norah tienes miedo lo puedo oler y Claudius, tu eres un sinvergüenza con ella —por increíble que parezca, aquello relajo a los vampiros y a Norah, soltando un suspiro los tres a la vez—. Ahora, vayamos al punto. Tenemos que hacer algo para que tu sangre cambie de olor.

— ¿Cambie de olor? ¿Cómo? —Norah claramente estaba más confundida que nunca, Violet noto aquello y sonrió de forma más amable.

— Escucha, para nosotros los vampiros la sangre humana tiene un olor peculiar, gracias a eso podemos identificar si el humano es hombre, mujer, niño, bebé, anciano o si alguien es puro o virgen. También es una cuestión hormonal, en tu caso —comenzó a explicar la vampiresa—. Se supone que cuando un vampiro muerde a un humano la sangre cambia sutilmente su olor y eso advierte que este humano fue mordido. En tu caso debemos hacer ese cambio más potente, es decir, no solo debemos simular que André te ha mordido, sino también simular que tú y él, pues... tuvieron sexo.

— ¿Por qué rayos tengo que simular eso? ¿Y cómo lo harán? —pregunto Norah aterrada por la posible respuesta.

— Bueno, es obvio, ¿no? —dijo Claudius mirando a su hermano y a Norah, ambos sonrojados por lo que decía el pequeño vampiro.

— ¡Claudius! —siseo André a modo de advertencia. Mientras Norah estaba a punto de perder los nervios por lo que el vampiro insinuaba.

— Basta, nadie va a morder a nadie o lo que sea —dijo Violet con tal seguridad que Norah pudo volver a respirar de alivio—. Veraz, Norah. Estudie un poco de herbolaría, sumado a que los vampiros tenemos el don de hacer varios trucos con la sangre.

— No son hechizos como tal, pero si son muy efectivos —dijo Claudius mucho más serio.

— Lo que vamos a hacer es mezclar tu sangre con la del príncipe y crear una esencia muy poderosa para ti, combinando ciertas plantas con olor —continuo la vampiresa.

— Esta bien, pero aun no entiendo por qué tenemos que hacer eso. ¿Cuál es la finalidad? —los tres vampiros se miraron entre sí, debatiendo con sus miradas quien tenía que responder y al final lo hizo Violet.

— Si entendí bien, en El Baile de Las Rosas, Claudius escucho algo sobre unas apuestas que estaban realizando algunos chicos del clan y magos, ¿verdad?

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora