Capítulo 34

5K 482 12
                                    

― ¿Cómo sabes quién soy? ―pregunte sorprendida.

― Porque si no fuera por tu color de ojos diría que estoy viendo a Eugene ―trata de sonreír, esta vez de forma sincera.

― ¿Cómo te sientes? ―le pregunta Su Yeong.

― Bien, lleva a los chicos arriba y atiende a todos, yo me uniré quizás en la cena.

― ¿Seguro estas bien?

― Claro que si Victoria ―intenta mover las cadenas pero están demasiado tensas―. Ve con Iván.

Su Yeong me toma del brazo y todos subimos, encontrando a Iván sentado en el piso y respirando de forma apresurada. Rumpel tenía una mano en la cabeza del chico, susurrándole un par de cosas.

Me acerque a él, me postre sobre mis rodillas e intente buscar su rostro y en él su mirada. Sus ojos amatistas están perdidos en la nada.

― Tranquila, él está bien ―dijo Rumpel―. Solo necesita descansar. Vamos.

Iván se puso de pie, no miro a nadie y junto con el lobo subió las escaleras. Era extraño verlo así, pues normalmente muestra tener la mente fría y actuar con decisión y seguro de sí mismo, sin antes haber pensado en lo que podría ocurrir. Pero ahora... Decido hacer lo mismo que él, subo las escaleras y me dirijo a la habitación que se me asigno.

No me apetece acostar o sentarme en el sofá, así que me siento en el suelo con la espalda pegada a un lateral de la cama, encojo mis rodillas y las abrazo, escondiendo mi rostro. Hago un par de respiraciones profundas intentando ahuyentar esos sentimientos malignos.

Jamás, en toda mi existencia, había sentido aquellas irrefrenables ganas de atacar a alguien al punto de destruir su vida.

Inmediatamente escucho como se abre y se cierra la puerta de forma silenciosa y en segundos siento el frío del príncipe a mi lado. No me abraza, tampoco toma mi mano o intenta hablar, simplemente se queda a mi lado de forma callada.

Mientras estaba en la escuela, estudiando, pude conocer la historia de países o pueblos que se ponían en contra de un solo hombre por diversas causas hasta dar con su muerte y si, era algo realmente horroroso. Pero que todo un mundo de seres se una para repudiar y matar a seres que no son culpables de nacer mucho más diferentes que ellos. Solo una palabra podría describir eso, 'increíble'.

― Yo no lo sabía ―dice de repente el príncipe―. No comprendo los sentimientos que ahora te embargan, pero te juro que no sabía nada.

― Pero lo sabrías ―lo miro―. Lo sabrías muy pronto por qué vas a ser rey. ¿Y luego qué?

― Yo sé perfectamente por lo que pasaron tus padres ―se pone de pie enojado, al igual que yo―. Se lo que se siente ser evitado, temido, repudiado por todo tu reino y que tu familia tema de ti porque piensan que en cualquier momento explotaras en ira y decidas matarlos. No insinúes nada acerca de mí.

Bien, punto para el príncipe. Él gana, solo por el simple hecho de que soy nueva en todo esto y que aún tengo un poco de raciocinio como para aceptar que no estoy en condiciones de opinar sobre nada de lo que no tengo conocimiento alguno y que un montón de sentimientos psicópatas aun estrujan mis entrañas. Me dejo caer, de nuevo en el suelo, en esta discusión yo no voy a ganar. Para ganar, tengo que saber cosas y conocer a mis aliados. Si soy la hija de un demonio y un hada gracias a un deseo y mi hermano es Iván, tengo que comenzar por él, por mi hermano.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora