My Immortal (Fény 1#) | EN EDICIÓN

Capítulo 99 [1/3]

Las nubes habían oscurecido el lugar y habían provocado una lluvia torrencial que no había parado en al menos dos horas y los estruendos de explosiones eran cada quince minutos que hacia templar todo el lugar. Victoria permaneció en el mismo lugar, sentada con Mila en brazos y alejada de los demás.

Podía ver a la reina Amelia seguir llorando por el rey Dreagan, Iván estaba en la misma condición, solo que él no estaba llorando, seguía en shock que lo enmudeció totalmente a pesar de que Eugene y Esmerald trataba de que hablara un poco. Bastian no había regresado solo Thomas, informando que el castillo estaba tomado por los demonios, pero aun no había señal de Lilit, Spector tuvo que irse con Elian, Thomas, Su Yeong y los soldados vampiros, que los ayudaron a salir, para llegar al portal más cercano he ir al Inframundo por los rebeldes, sin antes hacer jurar a medio mundo que protegerían a Ilea.

Los únicos que quedaban en la cueva eran Eugene, Amelia, Lauren, Esmerald, Iván, Ilea, André y Victoria con la pequeña Mila. La noche había caído y no se atrevían a dejar la cueva para no complicar las cosas. Incluso el príncipe había buscado la entrada a los túneles que escondían las armas, lamentablemente no eran tan extensos para dirigirse a otro lugar, lo único que hizo el príncipe fue sacar equipo para proteger la cueva, aunque pensaba que la mejor opción era moverse.

Victoria decidió acompañarlo pero él se lo negó, en cambio Iván, después de horas, se levanto y fue él quien acompaño a André. Regresaron con chalecos antibalas para todos, armas de fuego pequeñas y dos fusiles de francotiradores, sacaron equipo de visión nocturna, así como algunos micrófonos como los que Su Yeong les había dado.

— ¿Esas seguro? —dijo André a Iván, Victoria rápidamente volteo hacia ellos para intentar escuchar la conversación—. ¿Tienes buena vista nocturna?

— Confía en mí —Iván tomo la gran arma que le daba su cuñado.

— Ten cuidado con las municiones, están huecas por dentro —explico el príncipe—. Dentro tienen fuego líquido, es el mismo que utilizan los guardianes.

— ¿Por qué tienen eso? —pregunto Victoria poniéndose de pie y yendo hacia ellos. Miro con atención las extrañas balas que parecían de pintura.

— Las compramos —contesto André sin dar más detalles, acercándose a su princesa—. No podemos permanecer de por vida aquí, necesitamos movernos.

— ¿Qué sugieres?

— Ir a una de las casas de seguridad —el chico se mordió el labio de forma nerviosa—. Sé que es una locura, pero tengo que proteger a mi madre, no está en condiciones de luchar con nosotros, Eugene tampoco —ambos miraron al hada, la sombra y la vampiresa que estaban sentadas, tratando de ponerse los chalecos antibalas—. Podríamos ir a otra cueva que contiene vehículos aéreos, podemos ir hasta allá y tomar uno, salir por el valle y llegar a la ciudad más cercana o adentrarnos más en los Cárpatos. Tenemos que proteger a las niñas, ya ha oscurecido, podemos lograrlo. Pero no podemos usar nuestros poderes.

— Iremos todo, ¿verdad? —el príncipe asintió.

— Bien.

El príncipe con ayuda de Iván y Esmerald comenzaron a movilizar a todas, aseguraron los chalecos, se pusieron los micrófonos y cada uno llevaba un arma a parte de sus propios poderes. André ayudo a Victoria a ponerse un armazón estilo canguro para meter ahí a Mila, después se acomodo el chaleco antibalas cubriendo por completo a la pequeña que estaba fija en el pecho de su madre, lo mismo hicieron con Ilea pero quien la llevaba era Lauren.

Cuando estuvieron listos, André fue el primero en salir de la cueva para hacer un recorrido en un radio de diez metros, al regresar llamo a Iván, ambos salieron y vieron el caos a lo lejos, donde una de las torres del castillo se estaba incendiando, el príncipe ignorando eso se enfoco en darle indicaciones a su cuñado.