Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
Por un microsegundo los cuatro se quedaron como un fósil, pegados al suelo procesando lo que habían descubierto, repentinamente los chirridos de una puerta los hicieron salir del transe volteando hacia el origen del ruido, Dominic Saadi estaba parado justo enfrente de ellos junto con otros tres cazas del Inframundo.
Esmerald actuó rápido y se convirtió en humo gris antes de que alguien la atrapara, Iván también desapareció y justo antes de que André protegiera a Victoria para hacer un bliț, Dominic saco una daga de la nada y le dio en la pierna al príncipe quien grito de dolor y sintió como su cuerpo se paralizaba por completo, cayendo en seco al suelo.
— Vayan por los otros dos y avisen a la reina Lilit —dijo Dominic a los otros tres que en cuestión de nada se esfumaron en humo gris—. Nos volvemos a encontrar, mi princesa —el mago sonrió, primero hacia el príncipe paralizado y luego hacia Victoria— Sabes, son muy predecibles, aunque me encanto la idea de la lluvia hechizada, lo aplicare la próxima vez.
— Di lo que quieras ahora que puedes —contesto Victoria alargando sus colmillos a la vez que sus ojos se oscurecían y sus manos se iluminaban—. Te arrepentirás de todo lo que hiciste.
— No, no me arrepiento... —con un movimiento de manos comenzó a manipular el cuerpo de Victoria dejándola paralizada mientras la pone al otro lado de la habitación, mientras André comenzaba a sentir el cuerpo rígido gracias a la herida donde la sangre goteaba—. Te dije que él iba a ver todo lo que te hacía antes de matarte —Dominic se acerco por detrás de la princesa, oliendo y besando su cuello mientras los príncipes con impotencia intentaban tomar el control de sus cuerpos, lo único que podían hacer era mirar y hablar, ya que sus voces no estaban bloqueadas.
— ¡Aléjate de ella! —grito André, con sus ojos completamente oscuros, intentando arrastrarse a pesar de la parálisis que sentía para llegar a ellos.
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— ¿Por qué? —Dominic, aun con su puño cerrado para tener a Victoria a su merced, la abrazo por la cintura y susurro en su oído—. ¿Recuerdas cuando estábamos en aquella cabaña del Inframundo, mi princesa?
— Eres un maldito —dijo entre dientes.
— Tus labios junto a los míos... o sobre mí cuello mientras te alimentaba —Dominic le dio una suave mordida al cuello de ella.
— ¡Jódete, maldito hijo de puta! —grito Victoria a lo cual Dominic soltó una carcajada.
— Quien diría que tenias esa boquita tan sucia —el mago se puso frente a ella y se acerco tanto hasta el punto de rozar los labios de la princesa, mientras ella intentaba con todas sus fuerzas alejarse de él y André gritaba de impotencia—. Te voy a enseñar bien como usar esa boca y tu príncipe mirara como te hago mía una y otra y otra vez, pero antes... necesitamos a la pequeña Mila.
— ¡NO! —gritaron ambos príncipes con desesperación.
— Rumpel me conto de ella y de su ángel guardián —el mago suspiro con cansancio y aun con su mano en un puño fue hacia el escritorio de Dreagan y se dejo caer en la silla—. El arcángel posiblemente ya esté muerto, podre Miguel. Lilit seguramente lo mato junto con el engendro de Spector, aunque lo admiro, mira que engañar a la reina de los demonios, no lo hace cualquiera.
