Capítulo 74

3.2K 323 10
                                    

Reacciono cuando siento que algo me levanta, parpadeo unas cuantas veces y me doy cuenta que me he quedado dormida, aún estamos en la regadera y nos sigue cayendo el agua fría. André cierra el grifo, tapa la taza del baño, me sienta ahí y me cubre con una toalla, está oscuro pero lo veo perfectamente gracias a la luz de la lamparita de noche que aún sigue prendida en la habitación.

Lleva la ropa mojada y pegada al cuerpo, así que sin ningún pudor comienza a desvestirse, estoy por protestar pero sé que no me hará caso así que miro a todos lados menos a él, pero es malditamente imposible cuando veo su pecho, ya no tiene la piel negra y es por qué ahora tiene un corazón latiente. Cierro los ojos, hago mis ejercicios de respiración, me controlo y vuelvo a mirarlo, ahora está de espaldas a mí poniéndose una toalla en la cintura y veo su espalda tatuada con el nombre de Norah con letras en rumano. Se gira y viene hacia mí.

— Vamos a quitarte esa ropa.

— Ni lo sueñes —mi voz suena como si estuviese ebria—. Déjame así.

— ¡Por Murlok! ¡No soy un pervertido! —me ayuda a ponerme de pie, me tambaleo y me sostengo del lavabo—. Además ya te he visto desnuda.

Por increíble que paresa su comentario hace que mi rostro se sonroje y supongo que mis manos se ilumina porque siento mucho hormigueo a pesar de los guantes. Él se acerca a mí y enrolla su brazo en mi cintura mientras que su mano libre va a mi espalda para quitarme el sujetador y lo deja caer, pero con el cae la toalla, después baja su mano hasta mi cadera pero lo detengo, esto está yendo muy lejos.

 Él se acerca a mí y enrolla su brazo en mi cintura mientras que su mano libre va a mi espalda para quitarme el sujetador y lo deja caer, pero con el cae la toalla, después baja su mano hasta mi cadera pero lo detengo, esto está yendo muy lejos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Yo lo haré —como puedo levanto la toalla y la enrollo en mi cuerpo, junto todas mis energías y puedo desnudarme sin que él me vea.

Aunque André ya lo dijo, es una de las cosas que no recuerdo y lo agradezco, pero por algo nació Mila, ¿no? Un suspiro de cansancio sale de lo más profundo de mí ser, inevitablemente me estoy inclinando hacia adelante y caigo en el pecho del príncipe quien lucha por sostener la toalla y a mí.

Esto no es normal, no se supone que sea débil. Malditas profecías, se supone sería un ser muy poderoso, pero ahora estoy aquí, en el baño de un motel, desnuda y con el príncipe revoloteando a mi alrededor para sostenerme y no caer de bruces al piso.

Él me vuelve a sentar en el retrete, toma otra toalla y comienza a secar mi rostro, mis brazos y mis piernas, no hace otra cosa más que eso. Incluso en su frente aparece una arruga de concentración, continua ahora con mi cabello quitando el exceso de humedad mientras yo me dejo hacer, en verdad quisiera que se fuera pero sé que no lo hará. Una vez que termina, acomoda la toalla que me envuelve y me toma en brazos.

Regresamos a la habitación donde me deposita en la cama, quedando sentada y observando cómo rápidamente va a su mochila y saca una enorme playera, la cual me pone y cuando me cubre hasta los muslos quita la toalla, vuelve a tomarme en brazos y me mete a la cama cubriéndome con las mantas.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora