Nadie reacciono, nadie dijo nada... simplemente se quedaron ahí parados. Mientras la chica miraba a Iván y luego a Victoria y hacia una reverencia. Spector fue el primero en moverse, fue hacia adelante y abrazo con profundo cariño a Esmerald.
Victoria sintió como su cuerpo se liberaba de un profundo peso, al enterarse que la chica demonio había desaparecido quiso preguntarle a Spector, pero la relación con su tío no es muy buena así que se abstuvo de preguntarle sintiéndose preocupada por donde estaba. Pero claramente Spector siempre lo supo por qué no la reprimió preguntándole donde estuvo todos estos días. Victoria actuó de nuevo sin ordenarlo en su cerebro, se acerco a la chica y la abrazo.
— Lo siento —si todos estaba atónitos, ahora estaba como fósiles—. Nunca fue mi intención.
— Lo sé —contesto ella alejándose del abrazo—. Lowell sabía los riesgos tan bien como yo.
— Si hay algo que pueda hacer por ti...
— Si, hay algo... mantente viva, porque solo así sabré que mi hermano no murió en vano.
A Victoria se le formo un enorme nudo en la garganta al tamaño de una naranja, incluso más y aun así asintió sintiéndose más culpable. Se aclaro la garganta mientras todo mundo se acercaba a saludar a Esmerald y preguntarle donde estaba, la chica solo dijo que necesitaba un momento a solas, hasta que una hermosa mujer bajo sonriente por unas escaleras y se acerco al grupo. Bastian, quien esta vez no traía su armadura sino un traje, fue hacia la mujer y la abrazo por la cintura.
— Familia..., amigos, les presento a mi esposa. Lauren Roselin —Bastian sonreía mostrando sus perfectos dientes blancos, la mujer se acerco a cada uno y los saludo con un caluroso abrazo seguido de un beso en la mejilla. Cuando vio a los mellizos simplemente hizo una reverencia.
— Bienvenidos a su reino —susurro para que solo ellos escucharan—. Me alegra ser tía de un chico tan apuesto y una señorita tan preciosa con ese vestido. Tengo buen gusto.
Ambos hermanos sonrieron ante los halagos, después Lauren los invito a pasar a un gran salón, con enormes sofás modernos. Victoria seguía pensando que este mundo era una fusión de épocas pasadas y actuales, combinando lo viejo con lo nuevo. Aunque sintió que todo esto estaba fuera de lugar, pues ella estaba aquí intentando disfrutar de una comida cuando estaban en plena guerra y su pequeña Mila estaba en otro mundo, muy lejos de donde se encontraban.
Pero no mostro sus verdaderos sentimientos, se cubrió con una armadura tan grande como la de Bastian y pretendió seguir con la conversación de Lauren. Además se sintió segura al tener a André a su lado y que en todo momento tomo su mano, acariciando sus nudillos con su pulgar y de vez en cuando depositaba un beso en el torso de su mano. Poco después, Lauren los llevo a dar un recorrido por la mansión hasta llegar a la sala de audiencias, donde la Matriarca recibía algunos casos de la gente del pueblo e intentaba ayudarlos a solucionar los problemas que tuviesen.
Al entrar, Gianna estaba sentada en una gran silla hasta el fondo del lugar, lucia hermosa con un vestido, con un peinado alto y la hacía más bella aunque tenía unos ojos fríos e inexpresivos. Alrededor la gente esperaba su turno para poder hablar con la Matriarca, pero Victoria asintió un extraño impulso de acercarse a ella. Así que soltó la mano de André y camino con paso seguro, Elian intento detenerla pero ella le hizo un ademan con la mano. Victoria siguió su camino mientras Spector, Bastian y Elian se arremolinaban nerviosos en sus lugares, susurrándole a Victoria que regresara.
La chica no los escucho, ella continuo su camino hasta que Gianna la vio, Victoria se puso a un lado del hombre que estaba hablando con la Matriarca y le pidió disculpas por interrumpirlo. El hombre de unos setenta años le sonrió y le dijo que ya había terminada para después irse. Victoria quedo sola frente a Gianna, hizo una reverencia para después mirara un hombre a lado de la Matriarca, quien estaba expectante, al igual que todos.
— Disculpen la interrupción —Victoria miro a la gente del pueblo y también hizo una reverencia—. Mi nombre es Victoria West-Strigon, soy princesa del Reino de la Sangre —los murmullos se hicieron presentes resonando por todo el lugar.
— ¿En qué puedo ayudarla, princesa? —dijo Gianna con falso interés.
— Yo solo venia a mostrarle mis respetos a la Matriarca del Reino de las Sombras, la primera vez que nos conocimos no fui muy educada, además agradecerle por brindarnos protección a mí y a mi familia, y...
— Disculpe, princesa —la interrumpió Gianna—. Me siento conmovida por esas muestras de agradecimiento, pero por si no se ha dado cuenta este lugar es para audiencias del pueblo y escuchar sus peticiones, ¿tiene alguna petición, princesa Victoria?
— Bueno, ahora que lo pienso sí, tengo una —Victoria miro a la gente a su alrededor que permanecía callada, pero se enfoco en André, quien parecía muy nervioso—. Quisiera saber, ¿cuál fue la razón para tomar como prisioneros a mi esposo, el príncipe André Strigon y a su hermano, Claudius Strigon, del Reino de la Sangre? Somos refugiados de ustedes, no hemos causado problemas, por eso, no comprendo porque tomarlos como prisioneros, tenerlos en pésimas condiciones y negarles un juicio —los murmullos se intensificaron—. Comprendo las acciones pasadas del príncipe, lo que no comprendo es porque tomarlo como prisionero, ¿ellos causaron algún mal a esta gente? ¿Se rebelaron contra alguien o mataron a alguien?
— Victoria, basta —escucho que alguien susurro su nombre demasiado fuerte para escucharlo, lo ignoro y siguió mirando desafiante a la Matriarca.
— Mi hermana ha pedido algo, ¿no debería contestar? —dijo la voz de Iván que en segundos se encontró a lado de Victoria, e hizo una reverencia hacia Gianna y otra hacia la gente y fue cuando el caos se desato—. Me presento, soy Iván West... legitimo rey del Reino de las Sombras, al igual que mi hermana, reina legitima de este reino.
La conmoción se propago por todo el lugar, los murmullos se había convertido en fuertes voces que reclamaban una aclaración de lo que estaba pasando. En cambio, los mellizos seguían aun en medio del lugar, mirando fijamente a Gianna Roselin que parecía que le daría un infarto en ese momento. Uno de los hombres que estaba cerca de ella le susurro algo, Gianna asintió y el hombre fue hacia los mellizos. El hombre quien parecía ser uno de los soldados de la Matriarca, pues era inmenso, les hizo un ademan con falsa educación y les pidió que los siguieran.
Ambos hermanos fueron llevados a un enorme salón, inundado de cosas lujosas, desde las cortinas, como los muebles, las alfombras, los marcos de las fotografías, todo era de lujo. El hombre incluso les pregunto si les ofrecía algo de beber, a lo cual los hermanos se negaron. Iván fue a sentarse a uno de los sofás, pero inmediatamente se levanto al ver a los tres hermanos West entrar a toda prisa por la puerta, los tres tenían sus ojos oscuros, los tres estaban serios y los tres provocaban tanto miedo que tanto a Iván como a Victoria, un montón de escalofríos invadieron sus cuerpos. La joven tuvo que apretar sus manos para no demostrar que estaba temblando de miedo.
Spector, quien era más grande que los otros dos, y que daba mucho más miedo que Elian o Bastian, se acerco a los mellizos como si fuese un depredador a punto de atacar a su presa. Por largos segundos se quedo parado frente a los legítimos reyes de las sombras, los miro con esos ojos negros mas no dijo nada, quizás pensando cual de las palabras sería más atemorizante para decir.
— A partir de este momento, todo lo que diga Iván y Victoria no será tomado en cuenta —dijo de forma tranquila—. No voy a tolerar más incertidumbre por parte de los dos. Por el bien de todos nosotros, ustedes no reinara ni este ni ningún otro reino hasta que a mí se me dé la gana, harán lo que yo quiera, cuando yo lo quiera y la palabra 'no' para ustedes no es una opción.
— Soy tu rey —intervino Iván.
— Tu renunciaste a la corona, dijiste que no querías esto —Spector sonrió de forma macabra y señalo a Elian—. No me importa si eres su padre, a partir de ahora yo soy el rey de Iván y Victoria, seguirán mis órdenes y si no las cumplen no duden ni un segundo que seré yo quien los decapite y muestre sus cuerpos por los siete reinos y después echar sus partes a los dragones para que coman, ¿entendido?
— Es lo mejor que he escuchado en días —dijo la Matriarca, apareciendo ya recuperada de la impresión inicial, sonrió de forma sínica hacia Spector para después ponerse a su lado y mirar a los mellizos—. No sé que pretendían, pero si su intención es...
— ¡Ay, por favor! —se desespero Victoria—. ¿Creen ustedes que estoy tan deseosa de sentarme en esa silla para escuchar problemas ajenos? Yo no puedo con los míos propios, ¿cómo se supone que maneje a un pueblo? —todo mundo se quedo callado, implorando porque Victoria se callara, pero no lo hizo—. La familia Roselin puede quedarse con el reino más poderoso, puede hacer lo que le plazca, solo quiero que la gente se dé cuenta que clase de gobernante tienen. Si va a ser así, Gianna Roselin, que creo que sí, te pido que renuncies a la corona de las sombras y dejes el lugar para el legítimo rey —apunto a Iván.
— ¿Tu no reclamaras lo que te pertenece? —dijo Gianna intentando provocarla y crear cizaña—. ¿Le dejaras todo a tu hermano? ¿Todo el poder?
— Se lo merece más que yo —Victoria camino hacia André y ambos entrelazaron sus brazos—. Mi reino son los Vampir, tan poderosos como las sombras. Además, una profecía no se puede ignorada así de fácil, no para la gente que cree fielmente en esto y creo que tu reino, Gianna, cree fielmente en la llegada de los reyes que convertirán a su reino en el más poderoso del mundo. Así que te propongo algo... muestra un poco de colaboración con nosotros o retírate para que la familia West reine.
— Tengo derecho de antigüedad.
— ¿Se tomara en cuenta después de tomar prisioneros a dos príncipes que no hicieron nada y no hay pruebas para inculparlos incluso de absolutamente nada? —dijo divertido Thomas—. Tía, ¿estás consciente de que lo que sucedió en el salón de audiencias se propagara por todo el reino? Incluso llegara a oídos de los espías sombras que están en el Reino de la Sangre, si algún vampiro escucha esto ira con el rey Dreagan y si piensan que los príncipes aun son prisioneros, los vampiros nos atacaran. Además cinco reinos de Fény se unieron a ellos, tienes más ejercito que nosotros y posiblemente que Lilit, la probabilidad de que el rey Dreagan gane la guerra esta elevada, si gana al Inframundo vendrá por nosotros y se hará el caos.
— Querida —esta vez fue Lauren, la hermana de Gianna quien intento dialogar con ella—. Has cometido un grave error.
— ¡Cállate! —grito la Matriarca, ya frustrada.
— No, Gianna. Thomas tiene razón, si los reyes Dreagan y Amelia se entera de lo que le hiciste a sus hijos, independientemente que ahora estén mucho mejor, nos declararan la guerra. Y ella... —señalo a Victoria— puede ser la salvación de este reino para que no nos ataquen. Victoria lo dijo, los vampiros también son su reino...
— Tu error te va a costar muy caro —dijo André, montando la postura de todo un príncipe y futuro rey—. Te lo aseguro, lo pagaras por el resto de tu vida a menos que sedas el mando a la familia West.
— Entonces, Gianna —Victoria se acerco a ella toda sonriente, disfrutando de ver a la Matriarca caer—. ¿Te quedas al mando y a la espera de otra guerra entre sombras y vampiros... o renuncias al poder y a una vida de preocupaciones?