[Elian]
La sombra se paseaba de un lado a otro mientras los doctores vampiro, Dorian y Anna, revisaban a Eugene y trataban de hacerla dormir. Pues el hada llevaba días teniendo la misma visión en sus sueños, donde sus hijos estaban en un túnel, también hay una pequeña niña con ellos y sangre por doquier. Elian trataba de permanecer calmado pero los recientes acontecimientos estaban acabando con sus nervios.
Después de que los príncipes Vampir huyeron Elian, Su Yeong y Rumpel trataron de hacer lo mismo, pero por seguridad Dreagan los obligo a quedarse en el castillo, pues Eugene no podía viajar y si lo hacía, ¿cuál sería su escondite? No había ningún lugar en Fény o en la Tierra que fuera seguro para Elian y Eugene, con excepción del castillo.
— ¿Elian? —el rey de los vampiros entro a la habitación que se les había asignado, la sombra miro a Dreagan sin reflejar emoción alguna—. Podemos hablar.
— Lo haremos, cuando terminen con Eugene.
— Por supuesto —dijo Dreagan parándose a un lado de él.
Ambos miraron como Dorian trataba de inyectarle medicamento humano a Eugene para que durmiera, pues Elian se oponía a que hechizaran a su esposa y pudiese dormir. Dorian miro a la sombra y comenzó a decirle que lo más apropiado es dejar a Eugene en el castillo, cuidándola las veinticuatro horas y aplicándole sedantes con fuertes dosis.
— El lugar se ha convertido en una fortaleza —dijo Anna mirando a Elian—. Puedes confiar en que nadie a no ser que tú des tu permiso entrara a esta habitación y tendrá contacto con ella.
— ¿Puedes confiar en nosotros? —pregunto Dreagan.
— ¿Tengo de otra? —espeto Elian malhumorado y se puso pensativo—. Bien, si yo decido quien entra y quién sale solo serán ustedes dos —miro a ambos doctores.
— Cuidaremos de ella —Anna sonrió de forma compasiva.
— ¿Ahora si puedes venir conmigo? —el rey camino a la puerta, pero Elian se acerco a Eugene.
— Duerme amor mío, alguien más estará velando tus sueños por mi —beso sus labios—. Dijiste que no te hiciera promesas, pero iré por nuestros hijos, te lo prometo.
Elian beso una vez más a Eugene y deposito su confianza a dos vampiros que acababa de conocer hace un par de días. Pero al menos ellos harían que su esposa durmiera un poco, camino de forma rápida a lado del rey de los Vampir hasta llegar a su oficina, donde se encontraba Su Yeong y Rumpel. Los cuatro se sentaron en los sofás de la oficina, expectantes a lo que Dreagan tenía que decirles.
— Tengo que preguntarte algunas cosas, Elian —dijo el rey después de unos segundos—. ¿Quiero saber quién es Spector en realidad?
— ¿Es en serio? —Elian finge reír y trata de controlarse—. No sé quién es, no conozco nada de él.
— Es tu hermano.
— ¿Y eso qué? —Elian se puso de pie.
— Elian —lo llama su amigo, Su Yeong—. Ha llegado otra carta.
— ¿Carta? —dice la sombra, confundido.
Nadie responde solo Rumpel le entrega un pequeño sobre, luce igual que el que llego hace días con el corazón de su hija. Elian duda algunos segundos en abrir dicha carta, mira a todos los presentes. Un vampiro, un hada y un lobo... los tres expectantes a saber que dice la carta misteriosa, porque es más que obvio que nadie la ha abierto.
Elian toma una respiración profunda, rasga un lateral del sobre y deja caer la hoja en la palma de su mano, esta doblada por la mitad y antes de abrirla lee el remitente del sobre, que dice: 'Para mi hermano, Elian West'. La sombra intenta controlarse y desdobla la hoja.
— Lee en voz alta, por favor —pide Dreagan a lo cual Elian asiente, carraspea un poco y comienza a leer.
— Querido hermano, se que en estos momentos me odias y posiblemente no confíes en mi porque crees que casi te mato hace veinticinco años, es una larga historia que te contare cuando te tenga frente a mí y te hayas calmado después de querer golpearme. Yo fui quien... —Elian se queda callado y alza su vista.
— Por favor, continua —suplica Rumpel intrigado
— Yo fui quien robo el corazón de Victoria y lo envió al castillo Vampir, yo soy quien matara a Lilit. Como dije, hay muchas cosas que tengo que explicarte pues todo tiene una razón de ser, se que tu eres el que más ha sufrido con todo esto, pero jamás fue mi intención que todo terminara de esta manera. Ahora necesito de tu ayuda, por favor confía en mí y pregúntale a Eugene una cosa por mí: Un cazador salió una mañana de su campamento. Caminó un kilómetro hacia el sur y vio un oso. Lo siguió hacia el este durante un kilómetro exacto, lugar donde lo mató. Luego lo arrastró un kilómetro hacia el norte hasta el mismo campamento de donde había salido. ¿De qué color es el oso? —Elian arruga el ceño, está realmente confundido y frustrado por aquella carta y sobre todo esa pregunta tan extraña—. Aunque también quiero que te diga el nombre del cazador y el lugar donde vive. Su respuesta es la ubicación en donde nos encontraremos en nueve días cuando el sol se haya ocultado. Yo confió en ti y no me vendría mal si traes algunos colegas de confianza contigo, pues necesitaremos toda la ayuda posible para atacar a Lilit y su reino. Te juro que protegeré a tus hijos y los llevare a salvo contigo y Eugene, nos veremos en nueve días en la Tierra. Tu hermano, Spector West.
— ¿Qué? —se levanta de un salto Su Yeong—. ¿Cómo es posible que él... que Spector...? —el hada camina de un lado a otro—. ¡Spector casi te mata, secuestro a Eugene y ahora a tus hijos y ahora pide confianza!
— Cálmate, guerrero —pide el rey Dreagan—. Spector no es de confianza, se dice que él mato a sus padres.
— Además, ¿a Spector le gustan los acertijos? —Rumpel se queda pensativo—. ¿Qué rayos significa esa pregunta del cazador y el oso?
— ¿Tu entiendes eso, Elian? —le pregunta Dreagan.
— Yo, no... —Elian trata de forzar su mente, trata de analizar la información de aquella carta y trata de concentrarse en aquella extraña pregunta, ¿de qué color es el oso? Hasta que de pronto, de levanta de un salto—. ¡Eugene!
La sombra sale corriendo, ignorando los gritos de Dreagan, Su Yeong o Rumpel. Inconscientemente llega hasta la habitación donde está su esposa, pues se ha aprendido la ruta desde la oficina del rey hasta sus aposentos. Los doctores vampiro, Dorian y Anna, se giran de forma brusca y alarmada, Elian también los ignora y camina hacia Eugene quien abre sus ojos al sentir las manos de su esposo en sus mejillas.
— Eugene, tengo que preguntarte algo —dice Elian tratando de controlarse.
— ¿El qué? —pregunta ella asustada.
— Tú me dijiste que... que de pequeña Mila te contaba sobre tu padre y que aparte de guerrero era un cazador que llevaba de comer a las sombras en la comuna—el hada asiente—. ¿A dónde iba a cazar?
— No podía cazar en el Reino de las Ninfas por que se darían cuenta, tampoco en el Reino de la Sangre pues por obvias razones no podíamos matar nada de otros reinos —Eugene mira a todos los presentes hasta volver a fijar su mirada en Elian—. Cazaba en el Polo Norte, cazaba osos polares.
— ¿El Polo Norte? —pregunta Rumpel—. ¿Spector quiere que te encuentres con él en el Polo Norte? Porque ahí hay osos blancos —Elian lo mira, pero niega.
— Cariño, nunca me dijiste como se llamaba tu padre.
— ¿Por qué quieres saberlo, Elian? ¿Por qué ese lobo dice que te encontraras con Spector? —el hada está a punto de llorar—. ¿Hay noticias de nuestros hijos?
— Te diré todo, pero necesito que contestes primero —Elian insta a su esposa a sentarse en la cama—. ¿Cómo se llamaba tu padre?
— Nicolai.
— ¿Y donde vivía Nicolai? —Eugene lo mira inquieta—. Por favor, amor. Dime donde vivía, el equivalente en la Tierra.
— Rusia.
— Más exacto —suplicaba Elian.
— Republica de Sajá, a las afueras de Chokurdakh —susurra el hada y baja su mirada—. Tenía una cabaña, ahí vivió con mi madre cuando se casaron, ahí nací yo... ¿Te encontraras con Spector?
— Así es —dice Elian.
— ¡De ninguna manera! —dice Dreagan—. Estamos haciendo todo lo posible para protegerlos a ustedes y...
— No te estoy pidiendo permiso, Dreagan —la sombra se pone de pie para enfrentar al rey de los Vampir—. Si con ello estoy un paso más cerca de mis hijos, lo haré.
— ¿Confías en Spector? —pregunta Su Yeong con incredulidad.
— ¡No! Es por ello que tu y Rumpel irán conmigo —se acerca al hada y al lobo—. Hagamos un plan, si es una emboscada hay que ir preparados.
— ¡No, por favor! —dice Eugene con las mejillas empapadas por las lagrimas—. No pueden hacer esto, Spector es capaz de cualquier cosa. Elian, por favor, quédate conmigo.
— Tengo que ir por nuestros hijos —dice la sombra yendo hacia Eugene—. Te prometo que regresare a ti.
— Elian... —dice ella afligida.
— Estarás bien aquí, amor —Elian le da un pequeño y tímido beso en sus labios—. Ellos cuidaran de ti mientras yo no estoy —señala a Dorian y Anna—, estarás segura aquí, te prometo que yo volveré con nuestros hijos; tú solo trata de dormir.
— Me pides mucho.
— Por favor, Eugene... por favor, solo duerme.
Eugene mira a Elian con ojos escépticos, no confía en Spector a pesar de que cuando estuvo cautiva por él nunca le hizo daño y nunca dejo que la reina Lilit se acercara a ella. Aun así, no podía permitirle a Elian que fuera a encontrarse con él, considerando que la primera vez que se vieron, Spector dejo en coma por quince años a Elian, aunque el demonio lo niegue en la carta que envió. Pero al final, Eugene asiente y deja que Elian se marche.
La sombra besa a su esposa por última vez y sale, junto a Su Yeong, Rumpel y Dreagan. El rey de los Vampir está nada convencido de que el encuentro con Spector sea pacifico, en realidad nadie lo cree, por eso tienen que armar un buen plan para no morir en el intento.
Los cuatro se encierran en la oficina del rey, Su Yeong se concentra en la carta que ha enviado el demonio, mientras que Rumpel y Elian comienzan a idear planes, y Dreagan llama a su ministro de guerra, Vlad y pedirle las armas más sofisticadas que tengan.
Todo mundo estabaseguro que si Spector es el traidor e intenta sacar a Iván y Victoria delInframundo, se desataría toda la furia de Lilit y tenían que estar preparadospara su ataque. Debían avisar a los reinos a sus respectivos ejércitos, debíande propagar la voz de que pronto atacaría el Inframundo. Pero a la vez, siendocuidadosos con la información que se propagara, tan solo para proteger alsupuesto traidor, a la tercera profecía y por supuesto a los príncipes que,aunque no lo sabían con certeza, Dreagan sabía que ellos se encontraban ahoramismo en los dominios de Lilit.