Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
El grito del príncipe se escucho por todo los Cárpatos, una extraña aura lo envolvió, mientras poco a poco su rostro se deformaba sobresaliendo un pico por boca, sus brazos se convirtieron en alas negras y sus piernas en patas de caballo y cola de dragón.
Los presentes, nunca había visto nada igual, solo habían escuchado de la maldición del príncipe y que se convertía en algo, pero nadie sabía en qué, pues los únicos que sabían de esa extraña transformación no vivían para contarlo, gracias a André que los mataba sin compasión alguna.
Cuando estuvo completamente trasformado en una quimera, miro con odio a los que estaba a su alrededor, sus ojos ahora estaba completamente oscuros que parecían dos fosas vacías pero llenas de odio, grazno de forma amenazadora a quienes querían ayudarlo, pero no tenía tiempo para atacarlos a ellos. Corrió para adentrarse en el bosque y se perdió entre los arboles lo suficiente para poder tomar vuelo y elevarse por los cielos.
Sobrevoló el castillo y sus alrededores, sabía que Dominic no iría lejos porque el poder de Eugene había sido tan poderosamente espeluznante que quizás el mago oscuro estaba débil, escondido en la fortaleza o en alguna de las cuevas de los Vampir, donde escondían su armamento. Exploro cada una de ellas, incluso en el valle, volvió a revisar la fortaleza y luego yendo rio abajo, donde encontró al oscuro. André cayó en picada hacia él y con sus patas de caballo golpearlo fuertemente en la cabeza. Dominic estaba débil y André no quería darle tiempo a que se recuperara.
Como un buitre a un animal muerto, el príncipe sobrevolaba a el mago oscuro y cada que tenia oportunidad lo golpeaba con tanta rudeza que con cada golpe era imposible que Dominic volviera a ponerse de pie, pero lo hacía, no se iba a dar por vencido tan fácilmente. Así que se concentro y los hechizos salieron a diestro y siniestro contra la quimera que lo atacaba. André recibió varios de los hechizos que lo herían o lo hacían caer para proyectarse contra los arboles y rocas, pero él tampoco se daría por vencido, no paraba de golpearlo con tal brutalidad, pero Dominic seguí levantándose.
— ¡Te arrepentirás de incluso haber nacido! —grito Dominic—. Me quitaste lo que más amaba... —el príncipe asesto otro golpe en la cabeza del mago—. Incluso si muero... me encargare de hacer tu vida miserable y tu princesa y tu hija será quien lo pague.
Una extraña fuerza salió del cuerpo de Dominic directo al príncipe, André perdió el equilibrio en el aire proyectándose de nuevo contra un árbol, rápidamente se levanto sacudiendo su cabeza para orientarse mejor para ubicar al mago y sin importante nada corrió con todas decidido hacia él. Sus colmillos se alargaron dentro de su pico de ave, haciéndolo aun más grotesco, y en un acto rápido la piel sensible del cuello de Dominic fue arrancada, dejando al descubierto el musculo y la sangre brotando por doquier.
El príncipe sintió que volvía a tener el poder de su cuerpo, de cintura para arriba volvió a tener su aspecto normal, aunque su boca estaba llena de sangre, actuó rápido y le quito al mago uno de los cuchillos que solía llevar siempre, mientras esté ponía las manos sobre su cuello y detener la sangre.
— Te veo en el infierno —dijo el príncipe, levanto sus manos y con un gran golpe, asesto en el pecho del mago hundiéndolo justo en el corazón.
***
El príncipe André permaneció arrodillado, con la mirada fija en el agua del río que descendía provocando un ruido relajante. Las gotitas de lluvia chapoteaban en el agua, llevándose la ceniza negra de lo que había sido el cuerpo de Dominic. No supo cuando tiempo se quedo de esa manera, su mente estaba en blanco y solo miraba hacia el agua que corría libremente.
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