Capítulo 100 [2/3]

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— ¡Quema! —fue lo único que dijo antes de desplomarse al piso y sentir que se incendiaba por dentro, no entendía el porqué, pues ella ahora es una guardiana.

— ¡AYUDA! —grito Esmerald varias veces hasta que dos ángeles aparecieron, al ver a las dos chicas uno se aproximo a ellas y el otro salió corriendo.

— ¿Qué es esto? —pregunto el ángel, sorprendido por lo que veía.

— Mi hermano... le pedí que me hechizara —explico Victoria con esfuerzo—. Los Davu...esta dentro... los siento...

— ¿Puedes ayudarla? —pregunto Esmerald al ángel.

— Intentare.

El ángel puso sus manos sombre el pecho y el abdomen desnudos de Victoria, al tocar su piel sintió que estaba tocando hierro al rojo vivo y fue como si algo lo empujara con fuerza, cayendo de bruces en una esquina. Pronto el príncipe de hielo apareció, pero Esmerald le impido acercarse, Victoria seguía tendida en el suelo retorciéndose de dolor. Miguel fue a auxiliarla, pero ocurrió lo mismo que con el otro ángel, fue proyectado fuertemente hacia un lado.

— Dice que quema —explico Esmerald—. ¿Y si la llevamos al hielo de afuera?

— ¿Cómo? —André miraba horrorizado a su princesa con la impotencia de no poder hacer nada.

— Yo la llevo —Eugene apareció y sin acercarse se arrodillo a un metro de su hija, con un susurro comenzó a decir unas cuantas palabras en un idioma extraño y comenzó a levantar a Victoria por los aires.

El arcángel Miguel y André salieron antes que el hada y buscaron un lugar donde el hielo aun estuviera denso, cuando Eugene paso, los que se encontraban ahí dejaron de hacer lo que estaban haciendo para ver a la princesa de los vampiros ser llevada por los aires hasta el hielo, al depositarla ahí un grito desgarrador cubrió todo el valle y el llanto de Victoria comenzó a ser incontrolable y lleno de dolor, mientras el hielo en segundos se convertía en agua y vapor.

Iván, al ver todo eso corrió hasta donde estaba su hermana, quien aun llevaba el torso semi descubierto y negro gracias a los Davu. Él se acerco a ella, su madre intento detenerlo pero el negó y puso su mano sobre el pecho de Victoria sin hacer contacto.

"Waxaan ilaaliyo" —dijo en otro idioma—. "Waardiyayaasha" "Wasaan daryeeli" —el chico estuvo así hasta que el sol comenzó a filtrarse entre los arboles del valle.

Victoria en ese tiempo se quedo dormida y no parecía que nada le perturbara. André camino hacia ellos y con cuidado toco una de las manos de su princesa la cual estaba helada y alguien le paso una manta para cubrirla.

— ¿Qué hiciste? —pregunto André a Iván.

— Un hechizo protector —dijo el muchacho en susurro—. Lo aprendí de un libro africano, que Rumpel me dio... ¿ella esta fría? —el príncipe asintió—. Pero no es suficiente, llévala a un lago, vi uno cuando veníamos.

— Como aquella vez que la metí en la bañera con hielos.

— Así es...llévala, nosotros cuidaremos a Mila.

El príncipe le agradeció y tomo a su princesa en brazos, Miguel hizo que un ángel los acompañara al lago que estaba a un kilómetro de distancia. Al llegar André le dijo al ángel que podía dejarlos solos, el soldado dudo si dejarlos solos o no, pero al final lo hizo.

El príncipe de hielo, sin quitarse la ropa o zapatos, camino hacia el lago, donde había una rocas y se sumergió con Victoria

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El príncipe de hielo, sin quitarse la ropa o zapatos, camino hacia el lago, donde había una rocas y se sumergió con Victoria. Ella, al sumergirla al agua, despertó como si la hubiesen electrocutado, hizo una mueca de dolor pero poco a poco comenzó a tranquilizarse. André se recargo en una roca para mantener solo sus cabezas fuera del agua.

La chica no entendía mucho, simplemente se acomodo en los brazos del príncipe y apoyo su cabeza en el hombro de él, mientras miraban el sol salir.

— Solo seis días —susurro ella.

— ¿Qué?

— Faltan seis días... para la primavera

— ¿Llevas la cuenta, inimă? —ella asintió—. Estaremos bien —el príncipe aparto el cabello húmedo de Victoria que cubría sus mejillas, ese simple acto era tan reconfortante para ella que el príncipe continuo haciéndolo.

— Siempre fui tu destino, ¿cierto?

— Si... ¿por qué la pregunta?

— Solo quiero saber... si nosotros estamos predestinados y tu dios es el Destino, no importa si alguno de nosotros se va lejos —Victoria miro los hermosos ojos azules de su príncipe—. Nos encontraremos, ¿verdad? A dónde sea que vayamos, no importa que... nos encontraremos.

— ¿Sigues queriendo huir de mi? —André beso la frente de Victoria—. No creas que te dejare escapar o que dejare que te aparte de mi lado.

— Pero, ¿iras por mí si sucede? —ella sonrió de forma tímida—. Yo haría lo mismo por ti.

— No lo dudes, amor —para hacer más contundente la declaración, el príncipe la beso como su no hubiese un mañana—. Recorrería el mismísimo infierno para encontrarte o atravesar mundos o universos paralelos enteros... lo que sea por estar a tu lado y el de Mila.

— Ningún chico me había dicho algo así —ella sonrió con melancolía—. Se siente bien tener un amor correspondido. Además hubiese sido genial haberte conocido antes, así hubiésemos pasado más tiempo juntos, aunque muy probablemente hubiese seguido queriendo escapar de ti.

— Chica lista —el príncipe beso, esta vez, la nariz de Victoria. Ella volvió a acomodarse en los brazos de él, pues por algunos segundos se permitió relajarse.

— Debemos de recuperar el castillo, debemos atacar a Lilit.

— Lo haré...

— No —lo interrumpió—. Dije que lo haremos, juntos... sé que puedo controlar mis poderes mucho mejor que antes, Bastian me enseño bien, tengo que guiar a mi pueblo, tengo que hacer algo porque hasta ahora me he sentido como una inútil.

— No lo eres.

— Lo soy, hasta ahora tu me has protegido... todos me han protegido y no he pagado por ello —Victoria se levanto un poco para mirar su pecho—. Me siento mejor, no tengo control sobre los Davu, pero puedo pelear... además tengo cerebro, soy muy lista...

— Y bonita —ella sonrió, pero inmediatamente se supo seria.

— En verdad se pelear, mi padre Javier me llevo a mis hermanas y a mí a clases de defensa personal y artes marciales, teniendo solo hijas tenía que enseñarnos a defendernos. Lidere al grupo investigación de la universidad y una excursión en una selva en México.

— ¿Y crees poder dirigir a un ejército de sombras? —pregunto el príncipe preocupado.

— Sé que puedo, con asesoría claro está, pero puedo dirigirlos —dijo Victoria con convicción.

— Estás débil ahora.

— Pues aliméntame —los ojos del príncipe cambiaron instantáneamente de color, levanto su cuello y señalo su vena—. Adelante.

La mordida de Victoria fue cálida y con cuidado, succiono hasta que quedo saciada y después dejo al príncipe que lo hiciera, al principio se negó pero ella lo obligo a hacerlo.

Se quedaron otro rato más en silencio, ella pensando en una estrategia para echar a los demonios del castillo Vampir y él en cómo proteger a Victoria y a Mila de esta guerra. Poco después, Iván y Esmerald fueron por ellos, pues les avisaron que los guardianes junto con los hechiceros y las hadas atacarían de nuevo, pero en el lado sur, donde estaba un campamento de híbridos de todos los reinos.

Victoria, con ayuda del príncipe, salió del agua helada, motivada y con más energías para incluirse en el juego. Nadie ni nada la haría detenerse, pues pensaba que por casi dos meses y medio estuvo huyendo de aquí para allá, dejando que murieran por ella. Ya no lo podía permitir más, tenía que actuar y al entender lo que había dicho su hermano, su mente se ilumino.

La princesa tenía una idea.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora