La chica sintió alivio al verlos aun con vida y repentinamente recordó la pulsera que había robado de su antigua habitación. Corrió a su habitación y comenzó a buscar la pulsera por todos lados, temió a que se le hubiera caído en la pelea en el bosque o que alguien se la hubiera robado. No fue así, la encontró en uno de los cajones dentro de una bolsa de plástico que tenía su nombre.

Después de bajar de la habitación, la mayoría estaba por terminar su desayuno. Victoria se sentó a un lado de Claudius, le retiro su plato vacio y lo puso a un lado para poner frente a él la pulsera. El príncipe arrugo el ceño para después verla a ella con un gran signo de interrogación en su cara.

— Mi hermana Elena, un día me dijo que desde bebé tengo esta pulsera —todos en la mesa guardaron silencio al escuchar a la princesa—. Javier y Marlen nunca me dijeron que era adoptada, así que en ese momento no note nada raro. Muchas veces, en el castillo Vampir, vi lucir a Violet un bonito collar con los mismos dijes que recordaba de mi pulsera. Y luego, te escuche decir que te agradaba que ella usara tu regalo.

— Se lo di en su cumpleaños, el collar y la pulsera —dijo Claudius mirando lo que le había regalado a su amada.

— Quizás lo dejo como una pista para mí, pero nunca me perteneció —Claudius mira a Victoria—. Leí uno de los libros de la biblioteca del castillo, para su muertos hacen una cabaña con una cama de heno en el interior, también ponen todas las cosas que pertenecieron a los vampiros en vida para que los ocupen porque tal vez necesiten un hogar al lugar a donde van o necesitan sus pertenencias, lo demás no lo entendí por que aun no dominaba bien el rumano... en fin, supongo que no tienes algo de ella...

— ¿Cuál es el punto? —pregunta Claudius intentando no reflejar ninguna emoción.

— Te estoy regresando la pulsera.

Después de eso nadie volvió a decir nada, Victoria simplemente tomo un plato y se sirvió un poco de lo que había preparado su tío Spector para unirse a los demás. El desayuno fue ameno, al menos se enfrascaron en conversación mundanas y sin relevancia, Victoria todo el tiempo miraba a su padre, pero Elian no dijo ni una palabra de lo que hablaron en el bosque y ella silenciosamente se lo agradeció.

Poco después Su Yeong, autoproclamado enfermero de los desahuciados, llevo a los príncipes y a Rumpel a descansar al igual que Ilea para que le hiciera compañía, mientras que Elian, Spector, Iván y Victoria fueron hacia uno de los campamentos de entrenamiento para los soldados sombras. Era muy poco tiempo para que los mellizos aprendieran un montón de trucos que ellos no sabían que tenían, pero serviría para ayudar a controlar los poderes que habían desarrollado y conocían.

Bastian ya se encontraba ahí, siendo el líder tenía que ser él quien entrenara a un grupo, aunque fuera pequeño. Cuando el soldado miro a sus hermanos y a sus sobrinos, una amplia sonrisa apareció en su rostro, una sonrisa que decía "voy a matar a alguien y lo voy a disfrutar". Y en efecto, Bastian no espero un saludo o que sus sobrinos se cambiaran a una ropa más cómoda, todo lo contrario. Apenas y llego a ellos les dijo que corrieran dos vueltas alrededor del campo, lo más rápido que pudiesen. Desconcertados, los mellizos se quedaron un momento pensando que hacer.

— ¡¡AHORA!! —grito Bastian.

Iván corría rápido, pero no llevaba ni cien metros recorridos cuando Victoria ya estaba dando la segunda vuelta y terminar en el punto de partida con su cabello alborotado por el aire. Iván sacudió la cabeza y en segundos se convirtió en un poderoso lobo que en cosa de nada, hizo las dos vueltas al campo para llegar a un lado de su hermana y rugirle. Rápidamente Elian se pudo en medio de sus hijos en caso de que a alguno se le ocurriera comenzar una pelea, lo cual era raro porque nunca los había visto enojados uno con el otro.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora