Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
— ¿De qué? —se encoge de hombros y permanece otro rato en silencio—. ¿Cómo sabrías que vendría? Además, ¿cómo llegaste antes que yo?
— El embarazo te debilita porque el bebé necesita mucha sangre, es la respuesta a tu forma de caminar tan lenta —sonríe de forma forzada y saca algo de su bolsillo—. Spector olvido el teléfono, hay un directorio en esa casa y llame a un taxi —suelto un bufido, no me lo puedo creer.
— Llegaste hace horas.
— Si, se que tus padres han ido a trabajar y llegarán en la tarde, tus hermanas están con los abuelos. Por cierto, es agradable saber que Elena se casó —recuerdo que Elena y Claudius estudiaron en la misma escuela en Londres.
— Si es agradable —de nuevo el silencio incomodo. Claudius me tiende una hoja de papel, la miro por escasos segundos y después la tomo y la desdoblo. Inevitablemente sonrió al ver el dibujo de él mismo, justo el que yo dibuje cuando una tarde nos quedamos en mi habitación, cuando descubrí aquellos pergaminos que contaban sobre el deseo de mi padre y las profecías—. ¿Por qué traes el dibujo?
— Me gusta —se encoje de hombros—. Además, es un buen recordatorio de lo que eras.
— Norah era buena, justa, alegre, pero sobre todo era débil.
— Norah no era débil, lucho y acepto con valor lo que era y de donde venia realmente —dice él sin mirarme—. Norah no era débil, nunca lo fue.
— Ella murió, solo quedo yo... Victoria.
— Ninguna sombra es mala, solo han aprendido a defenderse y poner un escudo para protegerse de quienes les hacen daño, tu igual —me quita el dibujo y lo vuelve a guardar—. Norah era una chica la cual aprendí a soportarla y quererla —sonríe de forma melancólica, no puedo soportar esto así que me levanto y voy hacia la ventana
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—. Sé que Victoria tiene un alma oscura, pero también sé que está peleando internamente, lo sé cada vez que cierra sus ojos e ignora a todos o cuando cierra sus puños con fuerza y trata de no herir a nadie con sus manos iluminadas. Victoria aun está luchando como lo hubiese hecho Norah; Victoria está luchando por ser mala pero no puede por que una pizca de Norah aun habita en ella —me giro para ver al príncipe, se levanta de la cama y viene hacia mi sin apartar su mirada verde de la mía—. Spector dijo que no recuerdas cuando te capturaron, pero Violet murió salvándote.
— ¿¡Qué!? —lo miro perpleja—. Pensé que... ella aun...
— ¿Estaba viva? —asiento—. Ella no lo resistió, tu sostuviste su mano, ambos la vimos morir en medio de una pelea contra los demonios e híbridos, cuando Violet se durmió tu besaste su frente y le agradeciste por cuidarte.
— Claudius, yo no recuerdo mucho, vi que la lastimaron pero yo pensé que...
— Solo te cuento un poco, porque quiero pedirte algo —asiento y espero a que hable—. Salva a mi hermano, dale tu vena y deja que beba de ti.
