Capítulo 79

1.1K 92 5
                                    

/Narra el autor/
  En la oscuridad de la noche, solo estaban dos personas en un lugar cerrado y sin que los demás supieran de esto. Solo eran una chica rubia con ojos azules y buena figura, y un chico de cabello marrón, ojos verdes y con buena figura también. Hipo estaba inconsciente en su cama mientras que la chica solo la observaba desde donde se encontraba. Eran los únicos en la habitación y la puerta estaba cerrada por lo que nadie los interrumperian.

  Al mismo tiempo, Chimuelo y Tormenta estaban fuera de la base en un vuelo nocturno. Chimuelo estaba buscando a Kila mientras que Tormenta lo acompañaba para asegurarse de que nada le pasará ya que eran amigos desde hace años.

Chimuelo: Te dije que no hace falta que me sigas. He aprendido muchas cosas y tengo muchos trucos.

Tormenta: Yo insisto, somos amigos y de no haber sido por tí todavía estaría en ese ruedo o peor, muerta.

Chimuelo: Agradécele a Hipo, fue él quien insistía en ayudarlos.

Tormenta: Gracias a ambos estoy bien. Nunca pude ayudarte o devolverte el favor. Por eso te pido que me dejes ayudarte, es lo menos que puedo hacer.

Chimuelo: *Suspiro* Ok, pero ten mucho cuidado.

  En la oscuridad de la noche, los dos reptiles buscaban a la Furia Luminosa para poder arreglar las cosas entre ella y Chimuelo. Durante horas buscaron y no encontraron nada. El Furia Nocturna, descepcionado, se elevó hasta lo más alto hasta llegar a las nubes para pensar y desahogarse.

  Cuando estaba en lo más alto del firmamento oyó un rugido que le era familiar. Al darse vuelta notó que era la Furia Luminosa. Voló rápidamente hacia ella y la abrazó con sus patas mientras se mantenía en el aire con sus alas.

Chimuelo: Estaba muy preocupado, creí que algo te había pasado.

Kila: La que debe estar preocupada soy yo, todo el tiempo estás muy cerca de los humanos, tengo miedo de que te arranquen las alas o te lastimen.

Chimuelo: Estos humanos no son así.

Kila: *Alterada* ¡Te están engañando! ¡No quiero que te hagan daño! Por favor ven conmigo.

Chimuelo: *Tranquilo* Tranquila, ven conmigo, solo un día, la isla está rodeada de dragones y solo hay siete humanos. Ven conmigo y te demostraré que son de fiar. Por favor, hazlo por mí.

  La desgona se mostraba dudosa ante las palabras de su amado, pero solamente cerró sus ojos y sin pensarlo dos veces accedió a la oferta.

Kila: *Rendida* Esta bien. Iré, pero prométeme que si no es seguro vendrás conmigo al mundo oculto.

Chimuelo: *Bromista* Pareces una madre sobreprotectora. *Serio* Ok.

  Kila, poco a poco comenzó a descender. Los enamorados ya estaban separados del abrazo por lo que volaban por cuenta propia.

  Los dos descendieron lentamente hasta llegar a la isla donde los esperaban los demás dragones. Detrás de ellos iba llegando Tormenta algo preocupada por la desaparición repentina de su compañero.

  Los seis dragones se reunieron en tierra firme y gorgojearon de felicidad por la reunión. La dragona de marfil seguía confundida y asustada. Le costó toda la noche poder tenerle confianza a aquellos que confiaban en los humanos.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora