Capítulo 10

4.1K 307 7
                                    

/Narra el autor/
  El jefe de Berk y su heredero trataron de organizar algún tipo de trato que los beneficiaría a ambos.

Hipo: Si usted libera a los dragones, deja que investigue lo que sucede y no lastima a mi compañero, yo traeré a tu hijo y dejaré que este un día completo aquí.

Estoico: ¿Cuál es el truco?

Hipo: No hay truco. Él es mi compañero y me ha dicho que extraña su hogar. Así que podemos matar dos pájaros de un tiró. Confío en él y él en mí. Es mi fiel compañero, así como tú y Bocón.

  En eso me mira sospechosamente.

Estoico: ¿Cómo sabes eso? ¿Quién eres?

  Se me acercaba con una mirada de sospechar todo.

  Lo arruiné, me delaté solo. Tenía miedo de que quitará el disfraz. Tanto era mi temor que libere mis alas por error. Ví terror en su mirada, a tal punto que retrocedió unos pasó.

Estoico: *Asustado* ¿Qué... Qué eres?

Hipo: Bueno... yo.

Estoico: ¡Fenómeno! *Enojado* Eso eres ¡Eres un fenómeno! Un monstruo.

  Definitivamente eso dolió, pero no lo culpo. Yo también me asusté cuando ví a Manthos y sus alas.

Hipo: Ahhh. Hipo extraña tanto su hogar pero como su padre tiene miedo, no creo que sea capaz de venir. Le voy a dar las malas noticias.

Estoico: ¡Espera! Liberaré a los dragones, tú y tu mascota se podrán ir, pero primero quiero a mi hijo.

/Narra Estoico/
  Faltaba un par de semanas para poder volver al mar y buscar a mi hijo. Me levanté temprano para patrullar la aldea. Me fui al gran salón y noté que nada estaba fuera de lugar. Al descender por los escalones, distinguí una mancha negra junto a una persona sobre él. Inmediatamente reconocí a la criatura que se llevó a Hipo. Cuando lo encontré, le advertí que si no me devolvía a mi hijo lo mataría. Dice cosas como que son compañeros, protege dragones y que se yo. No importa. Solo quiero que él vuelva a casa. Al mencionar a Bocón y a mí, supe que algo andaba mal. Si él no era de está aldea ¿Cómo supo acerca de mi amistad con Bocón? Me acerqué a él y luego liberó unas alas negras. Era un fenómeno de la naturaleza. Dijo que Hipo jamás volvería a su hogar si yo no liberaba a los dragones. No tuve más opción que negociar con él.

Estoico: ¡Espera! Liberaré a los dragones, tú y tu mascota se podrán ir, pero primero quiero a mi hijo.

???: Entonces tenemos un trato. Me voy ahora mismo, lo traigo y quiero que mañana cumpla su parte del trato.

Estoico: Está bien.

  Montó a ese condenado reptil y se fue sin dejar rastro. Unos minutos después, el mismo animal vino pero cargando a mi hijo con la misma ropa que tenía cuando se fue.

/Narra Hipo/
  Mi padre me permitió negociar con él. Obviamente no podía ir con esta ropa a Berk o sospecharía. Nos fuimos de ahí hasta la isla cercana. Por suerte había equipado mi ropa antigua, la que usaba antes de "desaparecer". Me cambié, oculté unas dagas por si acaso. Y luego le pedí a Chimuelo que me llevara.

  Cuando aterrizamos le dí las instrucciones a Chimuelo de lo debía hacer, le pedí que se fuera y luego volteé en dirección a mi padre. El solo vino corriendo y me abrazó con fuerza. Si bien no podía respirar, me sentía más feliz que nunca.

  Cuando toda la aldea despertó, fue reunida inmediatamente al gran salón y mi padre, con alegría, anuncio mi regreso.

Estoico: *Feliz* ¡¡¡HOY ES UN DÍA DE CELEBRACIÓN!!! ¡¡¡HOY, MI HIJO VUELVE A CASA!!! - Me levantó con sus brazos hasta estar en sus hombros. Todo el mundo quedó sorprendido pero victoreaban felices.

  Me sentía mal, ya que al día siguiente debería volver a irme para investigar.

  Todos se me acercaba y me preguntaban cosas de "¿Cómo sobreviviste?" y esas cosas.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Where stories live. Discover now