Capítulo 13

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/Narra Hipo/
  Al despertar, noté que estaba en un sitio oscuro, las paredes eran de piedra excepto por una que era de metal.

Hipo: *Gritando* ¡Hola! ¡¿Hay alguien?!

Estoico: Veo que despertaste, hijo.

  Mi padre me hablada desde el otro lado.

Hipo: ¿Donde estoy?

Estoico: Estás en una de las jaulas de dragones. Primero hemos "liberado" al Gronckel. Está en la plaza mientras que otros Vikingos se aseguran de que no escape.

Hipo: Papá ¿Que estás haciendo?

Estoico: Ya te dije. Perdí a tu madre y te perdí una vez. No permitiré que vuelva a pasar.

Hipo: Pa, esto es mucho más grande de lo que crees. Solo yo tengo la clave para esto. Hay... hay algo...

???: ... Muerte Roja... Reina... Peligro...

Hipo: ¿La Muerte Roja es una reina?

Estoico: ¿Reina? ¿Conoces a la reina de los dragones?

  Extraño los días cuando no me escuchaba.

Hipo: Papá, esto es mucho más grande que tú y tus actos vikingos. Por favor.

Estoico: Perdón. Cubeta, Abono, no dejen que salga de este ruedo.

Ambos: Si Jefe.

  Espere por unos tres minutos a en las puertas de la jaula. Sabía que Chimuelo vendría a recogerme en cualquier momento y no podía quedarme aquí o Thor sabe que podría pasar.

  Active mis poderes y me concentré en lo que debía usar. Luego de pensarlo por unos segundo supe que debía usar. Use la piel de Gronckel que es tan dura como las rocas; la armadura de Látigo Afilado; y las escamas y fuerza de un Cuernatronante. Era una combinación que estaba trabajando junto a Chimuelo pero nunca lo pude probar. Me puse frente a la puerta y recé para que funcionara.

  De un solo golpe destruí la puerta y la mandé lejos. Antes de salir escuché unos gritos y quejas. Resulta que al volar la puerta, también derribe junto a ella a mis guardias.

Cubeta: Abono. Me duele mucho

Abono: A mí también me duele cubeta.

  Salí corriendo lo más rápido que pude pero me detuve al recordar a los demás dragones. Los liberé a todos y los entrené un poco. No tenía mucho tiempo así que hice lo básico con ellos. Les ordené que anduvieran cerca y luego fui en dirección a la aldea para encontrarme con mi dragón. Al llegar noté que se estaban preparando para atraparlo a él y a mí. Corrí hacia una casa y de ahí me subí al techo. Crei que no me habían visto hasta que escucho la voz de mi padre.

Estoico: Hipo ¿Cómo saliste?

Hipo: Te dije que no estuve todo un mes sin hacer nada.

  Chimuelo se acercaba con velocidad y le dí un par de instrucciones nuevas a través de las señas. El hizo caso y se acercó al techo alejándose lo más posible del alcance de las redes, cuerdas y otras armas de largo alcance. Yo salté sobre el y me atrapó a tiempo.

  Al llegar en donde nos quedabamos comencé a pensar lo mucho que me extrañaba mi padre. Tenía que cumplir con mi promesa y proteger el legado de los Dracomanos, tenía que ayudar a los dragones y derrotar a quienes mataron a Manthos. Tenía mucho que estudiar, hacer y completar. Me cambié para ir como el jinete misterioso y negociar con mi padre.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora