Capítulo 12

3.7K 281 11
                                    

/Narra Astrid/
  Por lo que pude ver, el chico más débil de la aldea, aquel que no es capaz de levantar un armas, pudo soportar el fuego de un Pesadilla Monstruosa y salir con vida. Con solo un movimiento de manos logró controlarlo y me derrotó sin necesidad de lanzar un golpe. Según su padre, el era débil, torpe y muy obsecionado por cosas raras. Cuando lo ví hoy, era como si fuera otra persona. Su aspecto no cambió, pero es como si alguien lo hubiera entrenado para algo importante.

  Al recuperar mis fuerzas me levanté y fuí a buscarlo. Distinguí a la distancia a Patón y otros dos Jorgenson. Los Jorgenson tenían un ligero odio o desagrado a Hipo debido a todos los problemas que causó. Tres Jorgenson lo rodeaban, justo llegó su padre y calmó la pelea. Patón intentó enfrentar a Estoico, pero todo el mundo sabe que en una pelea mano a mano con Estoico el Vasto, es una pelea pérdida desde el inicio.

  Fui hacia ellos cuando me detuvieron mis amigos, necesitaba hablar con Hipo pero no pude. Hoy era un día de festejo. Dejaría que padre e hijo discutieran todo lo que tenían por contarse y luego de eso, ahí recién trataría de pedirle que me enseñe como me venció.

/Narra Hipo/
  Luego de una "charla" con los Jorgenson, hablé con mi padre sobre todo lo que hice, obviamente omitiendo algunas partes.

  A lo lejos distinguí la herrería de Bocón. Fui corriendo hacia allá y pude ver todos mis planos, antiguos proyectos y las armas que hice cuando trabajaba junto a mi mentor. De repente, la mano derecha de mi padre llegó y me dió una palmada en la espalda. Por poco salí, literalmente, volando del susto.

Bocón: *Alegre* ¿Que hay muchacho? Por un momento creí que los dragones te cenarían cuando tuvieran la oportunidad.

Hipo: Ja. Ya te dije Bocón. No sabrán que hacer con todo esto.

Bocón: Jajajajaja. Cierto. Olvidé que a los dragones les gustan los huesos blandos.

Estoico: Bocón, deja de burlarte de mi hijo.

Bocón: *Susurrando* Aunque no lo creas chico, tu padre no descansaba de la tristeza por haberte perdido.

  Eso me hizo sentir muy querido, y a la vez muy culpable. Tenía que buscar una forma de decírselo. Quería contarle sobre mis poderes, sobre los dragones, pero los vikingos no dejarán nunca de ser Vikingos.

  Al caer la noche, nos fuimos a casa y fui a mi viejo cuarto, papá justo entró y dijo:

Estoico: No toque ninguna de tus cosas. Limpie tu habitación cada noche luego del trabajo de ser jefe. Mañana nos espera un gran día. Te contaré mis aventuras, te enseñaré a portar un arma, lanzaremos ovejas, te mostraré lo que mi padre...

Hipo: *Serio* Papá.

  Él, al ver mi cara, supo que algo andaba mal.

Hipo: He descubierto nuevos dragones. Ví morir a alguien con mis propios ojos, y le prometí que me cuidaría y al legado de su familia. Lo que hago me gusta. Quiero quedarme, pero tengo que irme.

  Mi padre estaba a punto de explotar en llanto otra vez. Quería mostrárselo todo, pero tenía miedo de que me viera como un monstruo.

Estoico: Pero... hijo, este... es tu hogar.

Hipo: Si lo es. Pero tengo mucho trabajo que hacer.

  Su tristeza era cada vez más notoria.

Hipo: Te prometo que me cuídate. Vendré a Berk cada mes. Esto que hago me gusta, y viste que me ha hecho más fuerte. Tienes que apoyarme, por favor. Mañana vendrán por mí, tengo que averiguar quién está controlando a los dragones y derrotarlo.

Estoico: Entiendo. Es lo que tienes que hacer - Me dedicó una sonrisa mientras ponía una mano sobre mi hombro - Pero entiende que ya perdí a tu madre - Siento como una mano pesada me golpea en el abdomen - No puedo perderte otra vez.

  El golpe me dejó sin aire y poco a poco termino quedando inconsciente.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Where stories live. Discover now