Capítulo 36

2.2K 195 7
                                    

/Narra Estoico/
  Mi hijo volvío. Al fin volvió, luego de tanto tiempo. Estuve preocupado, triste y enojado por qué pudiera pasarle. Pero al ver lo mucho que ha crecido, explorado y contado como si fuera especial para él; me dí cuenta de que ya no me necesitaba.

Estoico: *Triste* Hipo... voy a darle tu puesto de heredero a Astrid Hofferson.

  Eso le tomó por sorpresa. Ya estaba decidido de que haría, no solo lo mejor para él, sino también que lo apoyaría para que sea feliz. Fue muy tarde para cuando me di cuenta de que mi hijo no era feliz en donde nació, sino a donde iba y con quiénes iba.

Estoico: Se que explorar te hace feliz. Te he buscado por todas partes en el mar y mientras estaba ausente, Astrid cumplía un buen rol como Jefa sustituto. Estoy seguro de que ella aceptará esto.

Hipo: *Sorprendido* Pero, papá...

Estoico: Hijo, sé que estar allá afuera te hace feliz. Se que cometí muchos errores y por ellos sufrías aquí. Quiero que vayas y encuentres lo que sea que estés buscando.

Hipo: Papá - Comenzaba a llorar mientras que me veía como si se quisiera disculpar por algo.

Estoico: Se que algún día te tendré que dejar. Yo quería que cuando ese día llegará, tú tendrías a una familia a la cual proteger y que te proteja. Nuestro pueblo es exactamente eso, una familia. Nos peleamos entre nosotros, pero siempre nos apoyamos.

  Cuando sea el momento, dejaré de ser Jefe y me dedicaré al océano para poder reunirme con mi hijo y ayudarlo en lo que pueda.

Estoico: Dejaré a Berk en mano de los Hofferson. Son personas de fiar y eso lo descubrí gracias a tí - Me reí para tratar de aliviar la pesada atmósfera - Se que esto te sorprende y quizás creas que es tu culpa...

Hipo: Papá, no tienes que hacer esto. Yo...

Estoico: No estás listo y no quieres hacer esto. Cuando veo tus ojos, veo el mundo que veía Valka. Eres igual a ella. Se que estaría muy orgullosa contigo si te viera en la persona en la que te has convertido. Espero el día en morir para poder bailar con ella aquella canción... una... vez... más.

  Me sentía débil, triste. Sentí que todo lo perdía, pero quería pensar que así también me ganaría su perdón y su amor.

Hipo: Papá. Te aseguro que no es necesario que hagas esto.

Estoico: Tranquilo. No tienes que forzarte, todo estará bien. Berk siempre te estará esperando cuando lo necesites.

  Nuevamente lloró y nos abrazamos. Me contó todo acerca de los cazadores y de lo que ha hecho hasta ahora.

Hipo: De no ser por esa biblioteca, no habría podido saber que ese dragón era venenoso al tacto.

Estoico: ¿Tan así?

Hipo: Si. Se dice que si lo tocas, estarás muerto en la siguiente luna.

Estoico: ¿Y cómo hiciste para salvarlo?

Hipo: Fue Manthos. El rompió la jaula y le dió un poco de menta de dragón para calmarlo.

  Dormimos esa noche llenos de sentimientos encontrados. Al despertar, cumplí con mis deberes como jefe y luego reuní a todos en el Gran Salón para dar un importante aviso importante.

Estoico: Gracias a todos por venir. Hoy quiero avisarles acerca de algo muy importante. Cómo sabrán, mi hijo viene y se va cuando quiere y puede. No me voy a interponer en su camino y no dejaré que el ser jefe lo haga también.

  Todos atendían a lo que decía.

Estoico: Por eso. Voy a entrenar a alguien para que sea el nuevo jefe de Berk. Esta persona tomará mi puesto y yo me dedicaré a surcar los mares el resto de mis días.

  La noticia impresionó a muchos, algunos estaban en desacuerdo y otros no tanto.

Estoico: Está persona, a quien le confiaré la tarea más importante, es... Astrid Hofferson.

  Todos celebraron al escuchar eso. Durante días se celebró mi anuncio y felicitaron a la joven vikinga. Hipo desapareció de pronto, pero esta vez esperaba poder hacer lo necesario para no interponerme en su camino.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Where stories live. Discover now