Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)

Capítulo 47

/Narra Hipo/
  Iba a enseñarles algo a los chicos para que entendieran mejor la situación en la que ahora están.

Hipo: Por cierto. Patán, nunca amenaces la madre de un dragón, sobre todo el de un Titán.

Patán: *Sorprendido* Entonces ¿En serio esa cosa enorme nació de eso?

Brutacio: Debió dolerle haber dado a luz a tal bestia. Jajajaja

  Astrid y Brutilda golpearon al mismo tiempo a Brutacio haciendo que cayera.

Astrid: Nunca se insulta al hijo de una madre, incluso si se trata de un dragón.

Brutilda: Si, eso no nos gusta a las mujeres.

Hipo: Les contaré una historia para evitar este clima tenso - Brutacio se levantó y todos atendieron mientras me seguían - Encontré a un Susurro Mortal un poco antes de romper mi promesa con mi padre. Los marginados intentaron capturarla pero Chimuelo y yo lo impedimos, salvamos a los otros dragones y los trajimos aquí. Al poco tiempo, le dí el nombre de Lucy y ví como puso sus huevos. Uno de ellos era especialmente grande y de un color un poco distinto. Ella tuvo la suerte de tener un hijo titán. Cuando Rath nació, intenté criarlo y entrenarlo y lo logré apenas.

Astrid: ¿Qué come esa cosa?

Hipo: Islas. Los Susurros Mortales comen tierra y rocas, pero este es especialmente grande, por lo que come cosas grandes como islas y flotas. Gracias a él hemos hecho que los cazadores tengan dificultades.

  Todos parecían aterrados por lo que dije. Caminamos hasta llegar a la base de la montaña.

Astrid: ¿Aquí dormiremos?

Hipo: No. Acá es incómodo, dormiremos adentro.

Todos: ¿Adentro?

  Chimuelo y yo activamos la entrada para la cueva inicial y todos vieron.

Patán: *Sarcástico* Genial, dormiremos apretados.

Patapez: Al menos no dormiremos en el frío y con lluvia.

Hipo: Acá no. No sean impacientes - Al decir eso sorprendí a los chicos. Active el pequeño mecanismo y el muro de piedra se habría. Eso me hizo acordar a la primera vez que vine - Bienvenidos al antiguo hogar del verdadero Manthos. Ahora es mi base y mi hogar también.

  Los chicos quedaron boquiabiertos al ver el enorme lugar.

Hipo: Esto es solo el comedor, todavía queda muchos lugares que no han visto.

  Les enseñé desde los dormitorios hasta el pequeño ruedo, sin olvidar la biblioteca y la herrería.

  Sus dragones también habían entrado y estos se fueron al ruedo para desahorse un poco.

Patán: *Sorprendido* Este lugar es increíble.

Astrid: Ahora entiendo porque lo ocultas tan bien.

Patapez: *Emocionado* La biblioteca es asombrosa.

Brutacio: Tiene cientos de habitaciones.

Brutilda: Yo quiero un arma, la herrería es tan grande que tranquilamente Bocón puede hacer todas las armas que quiera.

Hipo: Me alegro que les guste, porque nos quedaremos aquí dos días y volveremos a viajar.

Todos: *Molestos* ¡¿Qué?!

Astrid: Pero este lugar...

Hipo: Tenemos que irnos al nido del Salvajibestia. Ese era nuestro objetivo inicial, solo paramos para buscar unas cosas, descansar, equiparnos y luego irnos. El bebé Salvajibestia va a nacer en cualquier momento, y si el o su madre caen en el dominio de los cazadores, entonces el caos reinará este mundo. Cómo mi mamá está protegiendo Berk, nosotros vamos a ir en su lugar.

  Luego de eso, todos se dispersaron y cada uno se fue por su lado.

Hipo: *Serio* Última cosa... *Muy serio* No rompan nada o los romperé a ustedes

  Luego de eso, fui a la biblioteca para volver a estudiar los dragones, en eso me encuentro con Patapez indeciso por cual libro agarrar.

Patapez: Ah, Hipo. Cuál enciclopedia de dragones me recomiendas.

Hipo: Sígueme - Lo llevé hasta una parte del lugar donde había miles de libros - Todo esto.

Patapez: ¡¿Todo esto?!

Hipo: Si. Cada libro habla acerca de un dragón en específico. Tuve que estudiar durante meses, años. Están organizados por clase, prefiero que siga así. Y ni se te ocurra sacar un libro de esta biblioteca, no hay otra copia. Son lo último que queda del conocimiento Dracomano.

Patapez: Los Dracomano están...

Hipo: Extintos. Cómo les dije antes, soy el último de esta raza, y debo cuidar su legado hasta que vuelvan a nacer.