Capítulo 37

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/Narra el autor/
  La celebración por lo de Astrid duro 7 lunas. Al acabar, todos volvieron a sus deberes y rutina. Los chicos estaban felices por ella pero no todo estaba completamente bien.

  En la aldea, quisieran o no, todavía se sentía un aura triste en el lugar. Aún cuando aceptaron a Astrid como nueva siguiente jefa, la presencia de Hipo era todavía necesaria para algunos.

  Todos continuaron con sus cosas mientras que Estoico entrenaba a Astrid lo básico para dirigir Berk. De pronto se oye que un barco llegó a los muelles y todos fueron a ver.

  Era Johan quién había arribado en Berk. Cómo siempre, traía su mercancía ayudaba a los Berkianos a elegir y sobre todos contaba sus absurdas y largas historias de lo que había vivido.

Johan: Ah, Berk. Mi isla favorita de entre todas las islas del archipiélago.

Estoico: Johan ¿Cómo te va en el mar, buen comerciante?

Johan: Bien, pero noto que tu aldea está un poco alegre y deprimida al mismo tiempo.

Estoico: No sabes de todo lo que te has perdido.

  Estoico le comentó acerca de todo lo sucedido en los últimos años.

Johan: ¿Porque nadie me lo dijo?

Estoico: Era una situación muy delicada pero ya todo está bien.

Johan: Bueno, tengo que irme, en cualquier momento comenzará una tormenta y no quiero que me alcance.

  Estoico estaba confundido ya que el cielo estaba muy despejado, tanto que no había ni una sola nube. Luego de que el mercader Johan se fuera, el pueblo volvió a hacer lo que hacía.

  Astrid, luego de estudiar unas horas con el jefe, decidió ir al bosque para descansar y, por si acaso, encontrar algo acerca de los jinetes.

  Esa tarde fue casi tranquila, solo algunos problemas con los gemelos, pero no era nada. Al caer la noche todo colapso. Bolas de fuego impactaron contra varias casas y cientos de Vikingos intentaron arrasar contra toda la isla. Habían rodeado a todos, la mayoría de los Berkianos lograron resguardarse en el Gran Salón, pero quedaron algunos como rehenes.

  Los Marginados y los Berserkers se habían aliado y su misión era devastar todo Berk. Estoico, Astrid, Bocón, Patán, Patapez, los gemelos y otros Vikingos estaban en medio de la plaza siendo amenazados. Dagur y Alvin solo los veían mientras se burlaban de su intento de combate.

Alvin: Pobre viejo amigo. Perdiste a tu esposa, perdiste a tu hijo, y ahora perderás a tu nueva heredera y a toda tu gente.

Dagur: Me encargaré de buscar a Hipo personalmente y decirle todo lo que ocurrirá. Cuando caiga en la depresión y agonía, podrá reunirse contigo y tu gente.

  Ambos reían descaradamente mientras hacían enojar a Estoico, él no podía hacer nada debido a que los guardias apuntaban a los rehenes con sus hachas y espadas.

Estoico: *Furioso* ¡Dagur! ¡Crei que teníamos un acuerdo de paz!

Dagur: Si, es es el punto. *Enojado* La paz es aburrida *Riéndose* Esto es mucho mejor.

  De repente, unas nubes de tormenta se hicieron presente formando un pequeño vórtice. Era casi como si el Bifrost estuviera apunto de abrirse ante ellos. Un rayo impacto contra la tierra haciendo volar a varios de los enemigos. Del mismo vórtice descendieron en picada tres jinetes sobre tres dragones raros. Ellos llegaron al suelo y ordenaron a todos retirarse, todos se rieron.

  Dagur veía como un Cortatormentas, un Furia Nocturna y un Látigo Afilado lo veían furiosos.

???: Dagur. Hoy conocerás tu destino. Hoy me vengaré por lo que le hiciste a mi isla.

???: Salgan de aquí ahora mismo o se arrepentirán de lo que pueda suceder.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora