Capítulo 40

2.3K 170 14
                                    

/Narra Hipo/
  Salí del Gran Salón sabiendo que la alegría conquistaría la noche entera. Una vez afuera, estaba dispuesto a quitarme ya que se estaba llenando de olor. Pero unos segundos antes de hacerlo escuché una voz familiar.

Astrid: ¿Que pasa "Manthos"?

Hipo: *Nervioso* Eh... ho-ho-hola. ¿Que hacen acá?

Patapez: Vinimos a buscar a Hipo.

Hipo: Bien. Él está por ahí, suerte. Yo me... sip... me tengo que ir.

Astrid: Alto ahí Haddock.

  Esas palabras paralizaron por completo mi cuerpo. No podía moverme, no importaba cuanto lo intentará.

Astrid: Quítate el casco, Hipo.

Patapez: Si Patán, que es un Jorgenson, descubrió tu identidad, es obvio que nosotros también lo descubriríamos.

Astrid: Si la jinete misteriosa que monta el dragón de cuatro alas es la esposa de Estoico y ella te dijo "hijo", lo más lógico es que Manthos es el hijo de Estoico también.

Patapez: Como nunca se supo de un segundo hijo de Estoico, la respuesta más lógica es que eras tú, Hipo. Además, "Manthos" nunca dejaba ver sus rostro, nunca estaba en el mismo lugar que Hipo al mismo tiempo, y su estilo de pelea era similar al del nuevo Hipo.

Hipo: Parece que me descuide mucho.

  Me quite el casco y volteé. Al tener la cara descubierta, ellos tenían una expresión de arrogancia y alegría.

  Al poco tiempo, Patán y los gemelos salieron y vieron al castaño.

Brutacio: *Gritando* ¡Wow! ¡Entonces! ¡¿Manthos todo es tiempo era...!?

  No pudo terminar ya que use mis habilidades de Aguijón Veloz. Quedó completamente paralizado.

Brutilda: *Gritando* ¡Hipo y Manthos...!

  La paralice también, y por si acaso, también a Patán.

Hipo: Escuchen. Vámonos a un lugar más tranquilo y alejado.

  De un silbido, aparecieron Chimuelo, Tormenta, Albóndiga, y los otros. Entre los cinco nos llevaron a todos a la Cala en donde Chimuelo y yo nos hicimos amigos.

Hipo: Lo que les inyecté fue veneno de Aguijón Veloz. Un dragón que no posee alas pero puede desplazarse moviéndose de una isla a otra a través del agua.

Patapez: *Curioso* ¿Cómo lo hacen?

Hipo: Corren sobre el agua.
...
...
...

Hipo: En sus colas hay un pequeño e inofensivo veneno. Este veneno puede paralizar a quien toque. La parálisis puede variar dependiendo de la edad del dragón y de cuántas veces te pique. Ahora la parálisis solo les durará media hora.

Patán: Shaa shen sha mphashagh ghaackk.

Patapez: ¿Que dijo?

Hipo: Ya me las pagarás, Haddock.

Astrid: *Sorprendida* ¿Entiendes los que dice?

Hipo: De alguna forma tengo que extraer información de mis enemigos.

  Todos quedaron sorprendidos.

Hipo: Ok, les explicaré. Cuando hacíamos el entrenamiento de matar dragones, en los momentos libre ayudaba a Chimuelo, lo visitaba, lo alimentaba y prácticabamos el volar juntos.

Astrid: Entonces... si lo derribaste. Decías la verdad.

Hipo: Si, pero no podía dejar que muriera por mi culpa. Le hice una aleta de manejo independiente para que volará sin mí. Pero ya nos habíamos encariñado tanto que no nos gustaba estar separados. El día de mi examen, él me "capturó" de repente.

Chimuelo: *En humanes* Creí que estaba en peligro y traté de rescatarlo.

  Todos se asustaron.

Patapez: T-t-t-t-tú dragón... puede habbbbbb - Y se desmayó.

Hipo: Ya lo oyeron hablar antes ¿No se acuerdan?

Astrid: ¿No era un sueño?

Hipo: No. Continuemos.

Chimuelo: Lo rescaté y lo llevé lejos. Luego, cuando iniciamos nuestro viaje, nos encontramos con Alguien. Luego nos fuimos a una isla y ahí hemos estado viviendo hasta ahora.

Hipo: Es la isla de Manthos.

Astrid: ¿Otra vez tu segunda personalidad?

Hipo: No, del verdadero Manthos - Saqué de mi bolsillo el pedazo de hoja en donde estaba pintado el y su familia - Él y su familia vivían aquí en Berk, estaba herido y cuando quise ayudarlo no pude hacerlo bien. Me heredó su magia y su isla. Allí aprendimos cosas nuevas sobre dragones, una raza casi extinta, armas y muchas cosas más.

  Terminaba de contar la historia y de paso les conté el como me encontré con mi mamá y lo que tenía que hacer. Sobre todo les conté acerca de los cazadores.

  De pronto, Tormenta y Albóndiga sé acercaban a Astrid y a Patapez mientras arrullaban.

Hipo: Parece que los extrañaron.

Heather: Tranquilo, no los extrañarán más ya que ellos también entrenarán dragones.

  Cuando Heather llegó de sorpresa los chicos se disgustaron un poco, incluso los paralizados.

Astrid: *Molesta* ¿Que haces aquí?

Hipo: ¿Por qué tanto odio?

Astrid: Ha Hipo. Déjame que te cuente...

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Where stories live. Discover now