Capítulo 61

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/Narra Hipo/
  Tuve una pequeña idea para poder terminar con esto, aunque sea por unos minutos. Todos me veían esperando a que dijera algo.

Hipo: Se me ocurrió una idea para evitar que corra sangre.

Dagur: *Molesto* Ahh. Que aburrido.

Alvin: Concuerdo con el demente.

Estoico: Dejen que diga lo que tenga que decir.

Hipo: Si hacemos esto, podrán obtener toda la violencia que quieran y aparte, será como una apuesta.

Todos: ¿Apuesta?

Hipo: Si. Si Dagur y Alvin nos ganan, harán lo que quieran con nosotros y nuestros dragones. Pero si nosotros ganamos, esta guerra se termina y ustedes dos estarán encerrados en la prisión de Berk hasta que sepamos que hacer con ustedes.

Alvin: Ja. Debes de estar de broma muchacho si crees que...

Dagur: Aceptamos - Estrecha mi mano haciendo oficial el trato.

Alvin: *Molesto* ¡¿Qué crees que haces?!

Dagur: Dah, aceptando. Va a ser muy divertido y también muy aburrido el pelear contra ellos.

  Fuimos al ruedo y allí todo el mundo, tanto los Berserkers y Marginado como Berkianos estaban en las gradas gritando como locos. Los dragones y sus jinetes, incluyendo mi madre, volaban al rededor para impedir ayuda externa o trampa de cualquier tipo.

Hipo: Las reglas son son simples. Estoico contra Alvin y Dagur contra mí. Así iniciará el combate, el como continúe dependerá solamente de nosotros. Podemos usar cualquier tipo de armas. Para que sea justo, no usaré mi magia. La pelea terminará solo cuando los dos combatientes de un lado no puedan continuar.

  Todos volvieron a armar escándalo. Este evento los emocionaba tanto que no era necesario pelear entre todos.

  Mi padre agarró su escudo y su martillo, Dagur tenía su hacha, Alvin su espada y yo saqué mis dagas para el combate.

Valka: Yo seré quién controle la pelea. ¿Listos? - Alzó su mano y el público quedó en un silencio profundo esperando la señal al igual que nosotros - ¡¡Ahora!!

  Los cuatro avanzamos hasta que chocamos nuestras armas contra nuestros oponentes.

Dagur: Veo que te diviertes hermano.

Hipo: Obviamente. Ya que será aquí y ahora donde te haré pagar por tus crímenes.

  Dagur y yo combatimos con nuestros puños y nuestra agilidad. Nuestras armas chocaba y nuestra sangre hervía como el disparo de un Escaldaron. Nosotros dos peleabamos de cerca mientras que mi padre y Alvin usaban su fuerza bruta para empuñar sus armas y ganar distancia entre nosotros.

Dagur: ¿Por qué no usas tú escudo y tú espada de fuego?

Hipo: Porque los uso solamente cuando me pongo serio y estoy dispuesto a matar.

  Esas palabras lo hicieron enojar.

  De coordinados y casi precisos, sus golpes se volvieron aleatorios y veloces. Intentaba retroceder pero me caí tropezando con mi propio pie de metal.

Dagur: ¡¡¡Ahora si te mataré!!!

  Estoico el Vasto lo empujó y me ayudó a levantarme. Sin embargo, hice que se agachara para evitar el corte de su enemigo y a este le di una patada en la cara.

Estoico: ¿Sabes hijo? Ahora mismo podría morir feliz.

Hipo: ¿Por qué?

Estoico: Porque por fin estamos peleando codo a codo como padre e hijo.

Hipo: Está no es la primera vez

Estoico: Esa vez peleé junto a Manthos. Ahora peleó junto a tí.

  Esas palabras me llenaron de orgullo y sentí que podría pelear por días sin descanso.

Hipo: ¿Sabes papá? Siento exactamente lo mismo. Por fin me siento en casa.

  Nuestras palabras, de algún modo nos brindó una fuerza exorbitante y con ella combatimos contra nuestros rivales. Él me ayudaba con Dagur y yo lo ayudaba con Alvin. Continuamos hasta que por fin los derribamos e hicimos que se rindieran ante nosotros.

Hipo: Esto se acabó.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt