Capítulo 17

3.2K 245 12
                                    

/Narra Hipo/
  La Muerte Roja parecía ser mucho más grande de lo que creía. Tenía que buscar la forma de derrotarla. Con un ejército de vikingos podríamos distraerla, pero ellos terminarían heridos o muertos. Los dragones podrían ayudar, pero solos no resistirán mucho. Sabía que Chimuelo y yo seríamos los únicos que podrían derrotarla.

Estoico: ¿Que vas a hacer?

Hipo: Sacarla de su nido, atacarla de frente y esperar no morir.

  Todos me vieron como si fuera como ellos. La verdad era que no tenía un plan y estaba desesperado por derrotar a esa cosa.

Estoico: Te ayudaremos.

Hipo: No te ofendas, pero... ¿Que pueden hacer un chicos, unos viejos y unas lanzas de madera?

Estoico: *Feliz* Llamar a casa.

  Al voltearme, noté que casi toda la flota de Berk nos había seguido.

Astrid: No te diste cuenta, pero en algún momento del viaje reducimos la velocidad para que la otra flota se preparará y nos siguiera.

Bocón: El darle indicaciones para cruzar el banco de niebla fue lo difícil.

  Estábamos a punto de entrar por las puertas del infierno hasta que se ocurrió una idea.

  Llamé a los dragones y los tranquilice. Los alimente y acaricié. Llamé a Astrid y a sus amigos y les dí instrucciones precisas.

Hipo: Los dragones solo se defienden. Si sienten amenaza cerca se vuelven agresivos. Para montarlos deben de tener cuidado. Primero alimentenlos.

Estoico: ¿Qué crees que haces? - Me pregunta mientras que sostiene mi hombro.

Hipo: Bueno, este dragón es gigantesco. Si podemos atacarlo desde arriba y abajo, tendremos más posibilidades de derribarla. Por eso es mejor si hay más jinetes, aunque sea solo por hoy.

  Todos estaban un poco dudosos hasta que Astrid dió un paso al frente, como siempre.

/Narra Astrid/
  Este jinete misterioso quería que montaramos bestias salvajes para vencer a otro más grande. Por más que lo escuchará, era una idea tonta.

  Nadie más tenía el valor para aceptar o negar esa idea, así que dí un paso al frente.

  El jinete tomo mi mano y había una sensación nostálgica. Puso mi mano en el hocico del Nadder. Estaba asustada porque un animal me iba a arrancar una extremidad y los otros solo veían.

Manthos: Estás asustada. Tu nerviosismo la asusta a ella también, así que tranquilizate o lo empeorarás.

  Hice lo que me dijo, y antes de darme cuenta, la dragona me lamía toda la cara. Ví fijamente sus ojos y me enamoré de su cara en un instante. Fue como si de un golpe viera otra perspectiva.

  El chico hizo lo mismo con Patán, Patapez y los gemelos.

  En pocos minutos, ya estábamos listos para volar. Nos equipamos, ayudamos con las catapultas, preparamos el ejército y solo restaba las órdenes del jefe.

  Estoico sé ubica al frente de todos con Bocón y el jinete a su lado. En eso se oyen sus gritos dando inicio al ataque.

Estoico: ¡¡¡ATAQUEN CON TODO LO QUE TIENEN!!!

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Where stories live. Discover now