Capítulo 34

2.3K 193 2
                                    

/Narra Hipo/
  Me di cuenta que habían pasado algunos años y yo me había ausentado por mucho tiempo. El trato que hice con mi padre, lo rompí más de lo que creí.

Hipo: Oh no - Tenía la mirada perdidas porque sabía lo que mi padre iba a hacer - Papá va a matarme.

Valka: ¿Qué pasa con tu padre? ¿Él no está en Berk?

Hipo: Creí haberte contado. Chimuelo me llevo lejos de él cuando discutíamos. Cuando volví, estaba encapuchado y sobre Chimuelo. Al reconocerlo a él y no a mí, creyó que era otra persona y que me había secuestrado. Hice un trato con papá a cambio de liberar a los dragones del ruedo. Cada mes "Hipo" volvería a casa. Pero como no volví desde hace años, debe estar ahora mismo navegando todo el océano tratando de encontrarme.

Valka: *Sorprendida* Oh no. No podemos dejar que encuentre este lugar.

Hipo: ¿Qué te parece si te ayudo? Tengo algunas ideas.

  Mi madre y yo, poco a poco fuimos recuperando el tiempo perdido. Durante semanas estuvimos arruinando el plan de los cazadores como madre e hijo. Le mostré mi isla, la biblioteca, los proyectos que hice y la magia que recibí. Le conté acerca de Manthos y todo lo que le prometí hacer.

Hipo: Es hora de hacer todo lo posible para terminar con esta guerra de una vez por todas.

  Un día logramos sacar la información acerca de la base de Viggo y sus cazadores. Yo tuve fuí a Berk para recordar mis orígenes y quizás tener algo de suerte, cuando sentí un olor familiar, le indique a mi dragón que usáramos el Salto Nocturno.

  El Salto Nocturno es una habilidad que poseen algunos dragones especiales. Para esta habilidad hay que tener un poco de magia y entrenamiento, lo que teníamos. Servía para hacer largos viajes en minutos, se usaba magia y la energía de la noche. Luego de que el dragón lo utiliza, queda completamente cansado e incapaz de defenderse.

  Luego de hacer ese salto, chimuelo apenas pudo volar. Yo abrí mis alas continue volando mientras cargaba a mi amigo hasta llegar a la base del enemigo. Pasaron algunos minutos para que mi compañero se recuperara completamente, yo mientras tanto lo cubría.

  Una vez en territorio enemigo hice lo posible para obtener la mayor cantidad de información que sea posible. Saboteé todos los barco, jaulas y planos que tenían, no sin antes memorizarlos o anotarlos. Ví quienes eran Viggo y Ryker, pero también supe con quién trabajaban, y eran personas que nunca esperé ver.

  Pasaron varios días hasta que finalmente nos descubrieron, mi mamá se fue antes para tratar de organizar un ejército para contrarrestar sus fuerzas. Está vez, yo fui quién hizo el Salto Nocturno mientras cargaba a Chimuelo ya que le destrozaron la aleta artificial.

  Caímos en una laguna y mi dragón me despertó y me sacó del agua.

Hipo: Estoy bien, estoy bien.

Chimuelo: Grrrrr

Hipo: Ok, si. Tengo hambre, tengo frío, estoy mojado y acabamos de hacer un Salto Nocturno. Y para colmo no sé en donde estamos.

Chimuelo: Ghhaaauhh. Ggggggghhhh.

Hipo: ¿En Berk? Sabes muy bien porque nos alejamos de aquí. Los cazadores se volvían más violentos en la captura de dragones y acordamos no venir hasta detenerlos. Fue un acuerdo que hicimos Tu y yo y nadie más.

Astrid: *Sale de su escondite* ¿Entonces Hipo no tenía elección?

Hipo: *Asustado* Hey, Astrid... ¿Que haces aquí?

Astrid: Responde.

Hipo: Bueno... yo... este...

  Del cielo nocturno apareció un dragón con cuatro alas nunca antes visto.

Patán: *Sarcástico* ¿No que tú libro mencionaba todo acerca de todos los dragones?

  Sobre este había un caballero con un casco que le cubría toda la cara, tenía un escudo y un bastón. Manthos tenía una armadura simple robada y un casco negro que le cubría la cara a excepción de los ojos.

Valka: Hijo, tenemos que irnos, ya.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Where stories live. Discover now