Capítulo 76

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/Narra el autor/
  Había pasado un año desde que los jinetes hicieron suya la tarea de proteger ele equilibrio de aquellos que intentarán destruirlo. Valka volvía a Berk de vez en cuando, mientras que su esposo seguía siendo el jefe de la aldea. Los aliados también comenzaban a montar dragones, como Dagur, que luego de esa conversación espiritual con su padre recuperó la cordura y comenzó a montar un Triplete o Triple Ataque; Alvin era recuperó su amistad con Estoico y comenzó a montar un Relámpago al cual llamo Thornado, mientras que el Jefe de Berk montaba un Cuernatronante y lo llamo Rompecraneos.

  Todos cumplían con sus deberes, Hipo visitaba Berk al igual que sus jinetes y revisaban que todo anduviera bien. Comenzó una academia para los que quisieran formar partes de los jinetes y aumentar sus fuerzas.

  Muchas cosas cambiaron en un año, a tal punto fue que empezaron a ver cositas por ahí. Patapez siempre era amable con Heather en forma de disculpa por como la maltrató, en poco tiempo ambos se enamoraron y comenzaron a salir a escondidas, el único que lo sabía era Hipo ya que a él no se le escapaba nada. Brutacio y Brutilda seguían causado destrozos, Patán seguía igual de creído y Astrid entrenó tanto que por fin podía alcanzar y hasta superar en combate al castaño.

  Chimuelo volaba por su cuenta ya que tenía su cola independiente. Está le permitía estar lejos de su jinete y buscar por todas partes a aquella dragona que lo volvía loco. Lo que él no sabía era que ella lo observaba desde las nubes esperando que se alejara lo suficiente de su compañero y así mostrarle la verdad.

  Las cosas al fin se volvieron tranquilas, a excepción de que al otro lado del mundo, miles de barcos estaban preparándose para destruirlo todo. Los dragones estaban mejor organizados, los jinetes los ayudaban y los cazadores ya no eran como antes. Sus fuerzas se debilitan a y eso los molestaba. Lo único en que pensaban aquellas tres personas era que querían destruir a esa persona que los había estado obstaculizando.

  Habían cuatro líderes que estaban alrededor de una mesa discutiendo lo que más le incomodaba. Uno de ellos era una mujer en armadura; otro era un señor con aspecto oriental, también con armadura; luego había un hombre un poco regordete con armadura y por último un hombre con barba y y no poseía una armadura, solo una capa hecha con piel de dragón que cubría uno de sus brazos.

??? 1: Esto debe parar.

??? 2: Concuerdo. Mandaré a algunos cazadores y junto a ellos mi mejor alumno.

??? 3: También enviaré a soldados, por las dudas.

??? 2: Quizás también envie a mi mejor cazador de dragones.

??? 4: Bien, llamaré a mi amigo. Este tema se nos saldrá de las manos, cuanto más mejor. Es de fiar, es un cazador experimentado desde los 12 años.

  Al mismo tiempo, los jóvenes disfrutaban de uno merecido descanso.

  Todos estaban tan felices y escandalosos. Hipo tomó de la mano a Astrid y la llevó a un lugar un poco lejos para poder conversar con ella.

Hipo: Por fin solos.

Astrid: *Nerviosa* S-s-si.

Hipo: *Bromista* ¿Qué pasa? ¿Nerviosa?

Astrid: *Le da un golpe en el hombro* Claro que no. Recuerda que yo...

  No pudo terminar ya que alguien cerró sus labios con su dedo.

Hipo: No estés nerviosa, estoy contigo

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)Место, где живут истории. Откройте их для себя