/Narra Hipo/
Luego de que pasará una semana, llegó el momento de irnos.Toda la aldea se reunió y ante ellos estaban los dragones listos para irse.
Brincanubes se quedaba a lado de mi madre todo el tiempo, Cizalladura y Heather se fueron antes para patrullar y espiar a los cazadores. Chimuelo estaba a mi lado todo el tiempo. Tormenta y los otros esperaban en el bosque, pero el día de la despedida, ellos estaban cerca del ruedo mirando con nostalgia aquel horrible lugar.
Hipo: Todos monten a sus dragones.
Cada uno subió al mismo dragón que montaron cuando pelearon contra la Muerte Roja. Todos los padres despedían a sus hijos mientras que el mío abrazaba a mi mamá con esperanza en sus ojos.
Hipo: Dragones, vámonos.
Todos nos fuimos hacia la isla mientras que atrás habían gritos de apoyo.
Durante unos minutos, los chicos comenzaron a quejarse por la escamas en el trasero, hambre o simplemente porque estaban aburridos.
Patán: Hipo, ya nadie del pueblo te vé ¿Por qué no te quitas ese casco?
Hipo: No quiero que un cazador pase por aqui y vea mi rostro.
Patán: ¿Por qué? ¿Acaso son tus novios?
El pesadilla monstruos arrojó a Patán al mar. Chimuelo lo vio serio y este fue a buscarlo antes de que cayera el agua. A pocos centímetros, el Jorgenson fue salvado y su aferró al cuello del dragón por el miedo.
Hipo: ¿Que te pasa Patán? ¿Le tienes pánico a las alturas?
Las quejas continuaron por un tiempo y todavía quedaba 2 días de viaje, en barco sería mucho más tedioso y largo el viaje.
Hipo: *Sarcastico* Genial, tengo bebés a bordo.
Nos detuvimos en una isla cercana para que los dragones descansaran y nosotros también.
Hipo: Sin unos bebés, maduren. Falta al menos uno día y medio para llegar.
Patapez: ¿En barco?
Hipo: En aire. Los dragones sin mucho más rápido que una flota o un simple barco. Cuando cumplía con el trato de una vez por mes, tenía que salir con algunos días anticipado.
Brutacio: ¿No tienes una silla como el que tiene tu dragón para nosotros?
Hipo: Como estos dragones no tienen jinetes, nunca pensé en darles una silla.
Brutilda: Ahhh. Me duele el trasero. Creo que deberíamos...
Hipo: Emprendamos el vuelo. Chimuelo, podés tomarte un descanso, explora un tiempo si quieres. Los demás, síganme.
Todos se subieron a sus dragones y me siguieron. Yo desplegué mis alas de furia nocturna y comencé a elevarse. Volamos por unas horas más hasta que llegó Chimuelo. Y allí continuamos hasta llegar a otra isla.
Hipo: Última parada. De aquí volaremos hasta llegar a la isla.
Pasaron los días y finalmente ví alivió al alzarse la luz del sol. Distinguí una tormenta feroz y arrasadora.
Hipo: ¡¡Llegamos!!
Astrid: *Sorprendida* ¡¿Qué?!
Patán: ¡¿Estas loco?! ¡¿Esa cosa nos matará?!
Silbé un poco y la tormenta cesó un poco. Se abrió un pequeño hueco y dejó verse a lo lejos la isla de Manthos.
Hipo: Vamos.
Al llegar les pedí a todos que esperarán mientras que dejé a cargo de los novatos.
Fui a la base y guardé algunas cosas de valor y delicadeza. Luego de hacer, me cambié y salí y llamé a todos los dragones de la isla. Cuando los chicos llegaron, su piel se volvió muy pálida al ver la cantidad de reptiles que había.
Hipo: ¿Asustados? No tienen ni idea de lo que les espera.
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Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia distinta)
أدب الهواةEs exactamente igual a la película original (bueno, solo el principio) pero con algunos cambios. ¿Qué hubiera pasado si Hipo le hubiera dado a Chimuelo una aleta con manejo independiente? ¿Y si lo hubieran "raptado"? ¿Y si hubiera conocido a alguien...