Capítulo 164: Amanecer

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Estaba claro que sólo había una pequeña distancia entre ellos. Xiao Chiye observó atentamente a Shen Zechuan, su mirada se deslizó desde su frente hasta sus labios mientras decía con voz ronca: "Oh, te amo tanto".

Shen Zechuan sintió que un escalofrío lo recorría; era un temblor de derrota. Era como la noche capturada en la tenue luz, una oscuridad penetrante que aún envolvía a Xiao Chiye. El agarre sobre él era demasiado fuerte, tanto que todo lo que contenía sus ojos estaba completamente al descubierto para Xiao Chiye.

Xiao Chiye se acercó un poco más, en una postura que rozaba a un beso. Murmuró, perversa y maliciosamente: "Te amo mucho".

Shen Zechuan sintió que las palabras de Xiao Chiye estaban a punto de romperlo; esta línea lo remataba una y otra vez. No pudo mantener una onza de pretensión, y lo que quedaba de "Shen Zechuan" quedó totalmente expuesto ante Xiao Chiye. Este era un lado de él que el propio Shen Zechuan no se atrevía a afrontar. Todo lo que tenía que ver con la hipocresía, el engaño y la hostilidad fue arrastrado por las olas del deseo.

Shen Zechuan jadeaba.

La palabra "amor" significaba no retener nada.

Xiao Chiye hizo que los ojos de Shen Zechuan se humedecieran. Esa sensación de estar lleno surgió a través del cuerpo de Shen Zechuan al estar presionado contra el borde de la mesa, haciéndole gritar suavemente mientras se aferraba al calor de Xiao Chiye sin reservas.

Xiao Chiye sujetó ambas muñecas de Shen Zechuan, y la curva de su cintura se veía como una luna creciente. Aprovechó la oportunidad que le brindaba su altura para presionar contra esta lustrosa suavidad, empujando dentro y fuera con una fuerza abrumadora. Era como si quisiera clavar las palabras "Te amo mucho" en el cuerpo de Shen Zechuan, y luego grabarlas profundamente en sus huesos y sangre.

El pendiente de jade se pulió hasta que brilló con un resplandor acuoso.

Todavía se oían los sonidos del escuadrón de patrulla en sus rondas fuera de la tienda militar, de alguien charlando a poca distancia y del susurro del viento al pasar. Pero todo eso pertenecía a otro universo; ninguno de ellos pertenecía a Shen Zechuan. Sólo podía oír el golpe de la mesa al moverlo fuera de lugar, el clímax de su unión y los latidos del corazón de Xiao Chiye.

Cada estocada deletreaba "Te amo mucho".

Esto fue demasiado para Shen Zechuan; estaba a punto de deshacerse, ya fuera su voz u otra parte de él. Temblaba, incapaz de mantenerse firme sobre sus pies, y mientras sus gritos se desencadenaban, extendió un dedo de sus manos restringidas para engancharlo en el dobladillo de la ropa de Xiao Chiye.

Ésta acción derritió el corazón de Xiao Chiye en un charco de papilla.

Xiao Chiye besó a Shen Zechuan en la nuca, como si estuviese en su boca. Evidentemente era tan feroz y, sin embargo, también era así de tierno. Shen Zechuan se reclinó contra Xiao Chiye, íntimamente unidos al unísono desde la cavidad de sus pechos hasta cada parte de ellos.

Una hermosa línea se extendía desde la parte baja de su espalda, acentuándola.

Xiao Chiye deshizo las ataduras, pero Shen Zechuan renunció de alcanzar el borde de la mesa. No se podía confiar en nada en este mundo, nada excepto en Xiao Chiye. Xiao Chiye murmuró algo al oído de Shen Zechuan; era como si lo estuviera incitando, y al mismo tiempo, lo colmara de elogios.

Shen Zechuan era el  jade.

Xiao Chiye lo besó.

Gotas de agua cayeron de las esquinas de los ojos de Shen Zechuan; cerró los ojos, húmedos de lágrimas, y con todo el autocontrol que pudo reunir, llamó con voz suave y temblorosa: "Ah-Ye".

El zorro y el lobo.Where stories live. Discover now