Capítulo 120: Asuntos en la capital

Comenzar desde el principio
                                    

Pero Ling Ting se "corrigió" a sí misma, paso a paso. Poco a poco, se quitó todas esas cosas vulgares y frívolas. Al principio, había muchas palabras que no podía leer, por lo que estudió mucho durante las noches. Los trazos que no sabía escribir bien, los practicaba día y noche. Ella parecía ser la última fuerza que el Cielo dejaba al imperio del Clan Li, permitió que Xue Xiuzhuo viera un tenue rayo de luz en aquella situación de deterioro.

Hace unos meses, cuando la lluvia neblinosa envolvió las flores del árbol de seda -cuando Qi Huilian rechazó a Xue Xiuzhuo en el piso- Ling Ting estaba sentada recta en la mesa practicando su escritura.

Usó tanta fuerza en su escritura que casi rompió el papel.

Cuando terminó de escribir, giró la cabeza a un lado para mirar la llovizna. Lo observó durante mucho tiempo sin expresión alguna. XueXiuzhuo se acercó más tarde para comer con ella, sentándose en el asiento de menor prioridad y comió con modales precisos en la mesa. Xue Xiuzhuo tenía la particularidad de no hablar cuando comía, por lo que nunca hablaban a la hora de comer. Después de la comida, pondría a prueba a Ling Ting en sus deberes. Este fue la prueba más importante del día, Ling Ting tenía que ser precisa y clara en sus respuestas. Xue Xiuzhuo nunca la regañó, pero era más exigente con ella que con cualquier otra persona.

"Profesor". Ling Ting se detuvo por un momento mientras bajaba la cabeza. "¿Voy a tener un cambio de Profesor?"

Xue Xiuzhuo ordenó los libros y dijo con indiferencia: "Este no es un asunto en el que debas pensar".

Ling Ting guardó silencio mientras se incorporaba, escuchó cómo Xue Xiuzhuo se ponía de pie y caminaba hacia la puerta. De repente, volteó la cabeza a un lado para mirar a Xue Xiuzhuo y preguntó: "¿Porque soy una mujer?"

Xue Xiuzhuo se quedó quieto y se giró para mirar a Ling Ting también. Ling Ting no apartó la mirada, estaba tan tranquila como Xue Xiuzhuo.

"Soy una mujer". Dijo Ling Ting. "Si el nuevo profesor no está dispuesto a enseñarme por esta razón, entonces me gustaría pedir verlo".

Xue Xiuzhuo se giró de nuevo y se cambió de zapatos. El sonido de la lluvia afuera se intensificó. Dijo: "No. Simplemente no tienes la afinidad para ser profesor y estudiante con él. Aún así, seguiré enseñándote".

"La afinidad es lo más difícil de manejar, es difícil encontrar profesores sabios. No estoy dispuesta a dejar pasar a un profesor por esto". Ling Ting ya se había puesto de pie. "Profesor".

Pero Xue Xiuzhuo no le prestó atención, ni le respondió. Levantó la cortina y el joven sirviente que esperaba afuera levantó apresuradamente el paraguas. Sin dejar que el sirviente tocara los libros, bajó las escaleras y se fue.

Ling Ting se quedó donde estaba y miró a través del espacio de la misma cortina cómo Xue Xiuzhuo caminaba unos pasos antes de desaparecer bajo la lluvia. Sabía que esto era un rechazo silencioso de Xue Xiuzhuo. No importa lo que otras personas pensaran de Xue Xiuzhuo, a los ojos de Ling Ting, era extremadamente tranquilo bajo esa máscara gentil y refinada suya. Incluso era un poco engreído; nunca se expondría a la manipulación de otros, y era raro que hiciera caso a las palabras de los demás.

Ling Ting solo pudo dejar pasar el asunto. Se volvió a sentar, abrió el ensayo sobre política contemporánea que Xue Xiuzhuo había dejado y copió los caracteres de éste, pero ella nunca podría escribir como él. Porque no sabía cómo controlarse diplomáticamente, sus trazos eran como cuchillas de acero que nunca darían vueltas.



◈ ◈ ◈


El zorro y el lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora